Piano

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Creo que no hace falta decir que los de la foto eran Suga, V y Kookie porque creo que es algo bastante obvio. Mi cabeza me dolía tanto que temía que explotara en cualquier momento. Estaba apoyada en el hombro de Jimin mientras que él peinaba mi pelo de manera adorable con aquellas manos tan pequeñitas y gorditas que parecían de un bebé. El camarero del bar, que podía tener unos treinta años o así, se acercó para darme un vaso de agua y para preguntar si podía ayudarme en algo. Sin embargo, Jimin negó con la cabeza y dio como excusa que mi perrito-que ni siquiera tenía uno- se había escapado de casa. Mojé mis labios con el agua e intenté calmarme un poco. Tomé una servilleta y me quité el resto de máscaras de pestañas que tenía bajo mis ojos. Respiré hondo, sabía que no iba a solucionar nada de esa forma pero tantas preguntas estaban en mi mente sin respuesta iban a volverme loca. El principal pensamiento que vino a mi fue, ¿qué son en realidad? Porque según me dijo Kookie, ellos eran producto de mi imaginación si se puede decir así y que los habían enviado mis padres, entonces, ¿por qué mierdas eran reales? Segundo, ¿Suga se colaba en mi habitación? Es decir, eso es cierto, es real, pero muchas veces había sentido que estaba allí pero no lo podía ver. Realmente me iba a volver loca. Solo quedaba hacer una cosa para resolver aquello. Iba a ir donde trabajaba Jin e iba a hablar con Taehyung, con Jungkook y obviamente con Yoongi debido a que había muchas cosas que me tenían que contar

 (...)

Mi valentía, la cual apareció en mi mente cuando dije aquellas palabras, había desaparecido en el momento en el que me encontraba delante de la empresa donde trabajaba mi hermano. Era un edificio alto y lleno de enorme cristales. No había sido difícil convencer a Jin de que me llevara a su trabajo ya que él mismo me había invitado numerosas veces pero ningún cantante me llamó la atención por aquel entonces. Sin embargo, ahora que Jin sabía que estaba interesada por algunos de ellos, aceptó sin duda a mi petición desinteresada de ir a la empresa en la que trabajaba.

-Bueno, pues este es el lugar donde paso el mayor tiempo de mi día-dice Jin mientras observaba ese enorme edificio.

-La mayor parte del día lo pasas en el baño tomándote "un baño relajante" con música-él puso los ojos en blanco pero no pudo aguantar reírse debido a que sabía que tenía razón.

-En fin, como sea. Tengo mucho trabajo así que no podré estar mucho tiempo contigo, ten cuidado y donde ponga no pasar significa no-pasar-esto último lo dijo de manera seria y es que, ¿a quién no le llama la atención aquellas cosas que no se pueden hacer? Por eso cuando veo los carteles en la puerta que dicen "prohibido el paso" hacen que quiera pasar.

-Sí,sí... lo que tu digas. Venga, vete y déjame sola. ¡Eso te importo!-dramaticé un poco, lo sé, pero me encantaba hacer pequeñas tonterías cuando estoy con él.

Comencé mi pequeña excursión por la empresa y todos los trabajadores me saludaban amablemente ya que sabían que era "la hermana del hermoso y respetado Jin". Me subí en el ascensor y subí a la última planta antes de la azotea. Al salir, me encontré con pasillos totalmente solitarios y algo en mí me dijo que no era buena idea estar ahí. Bah, qué iba a pasar, ¿que un asesino viniera a por mí? En realidad, estaba algo asustada para qué engañarnos pero quería saber que había allí.

La música que provenía de un piano llamó mi atención, por lo que me acerqué hacia la puerta de la habitación de la cual salía aquella melodía. Abrí la puerta tan suavemente que no emitió ningún sonido pero aún así el chico que estaba tocando se percató de mi presencia.

-Al fin llegaste, te estaba esperando-hizo que la sangre que pasaba por mis venas se congelara. 

 

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The KidnappingDonde viven las historias. Descúbrelo ahora