Capítulo 7: Preparaciones

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***Alice***

Entramos a una sala enorme, es un cine de lujo. Tiene cientos de asientos que se ven muy cómodos, además de ser de dos pisos. La pantalla es la más grande que he visto, y tiene un efecto curvo. Todo está apagado.

—Bienvenidos a una de mis salas favoritas de la mansión: el cine. Aquí se transmitirán videos especiales. Lamentablemente, no podrán ver cualquier película que quisieran, porque aquí no estamos para eso —explica Harland.

Me parece contradictorio. Siempre ha estado recalcando la necesidad de "relajarse", menos en este lugar en específico. Me da curiosidad, se ve realmente serio al estar aquí.

—¿Videos? ¿De qué? ¿Cómo funciona eso? —cuestiona Theo.

—Pronto se sabrá; lo descubrirán durante el juego, ¡así como muchas otras sorpresas! Todo está diseñado perfectamente. El presidente no se equivoca, nunca. Hemos diseñado eventos a lo largo del espectáculo para que todo sea cada vez más entretenido. —Harland camina entre los asientos.

Veo que Hildur está un poco más tranquila. Su respiración no se ve tan agitada, y las tenues luces me dejan ver con detalle que ha dejado de sudar. Me siento un poco más tranquila al respecto.

—Quiero irme ya. —Stephine está desesperada—. Quiero largarme.

—Todos queremos eso, pero cálmate. —Samuel la escucha—. No hay escapatoria.

El suelo tiene lucecitas diminutas cada cierta distancia. Las observo, perdiéndome en ellas. Pienso en lo que ha sucedido antes de que llegáramos a la mansión. Steiner... logró localizarme. ¿Cómo mierda lo logró? Imposible, mi tecnología de encriptación era excelente. Algún hueco había en la ciberseguridad del lado de Theo.

Steiner sabe de la existencia del desfile. Sabe que estoy involucrada, y para este punto, no me sorprendería que sepa el resto de mi información... pero... ¿qué más sabe?

¿Qué estará haciendo el presidente para encargarse de ese problema? Me molestan estas incógnitas. Me molesta saber que alguien sabe de todo esto... y que está ahí, afuera. Podrá llegar a ser contraproducente.

Se abre la puerta al final del pasillo del cine. Hay luz ahí; es otro pasillo con una alfombra roja. Junto a ese, hay otro con una de color café y blanco, así como el del resto de la mansión.

El de la roja está extremadamente oscuro. Se ve tétrico, me da unas vibras terribles. Es como si fuera producto de una pesadilla... no puedo describir lo que me hace sentir.

Harland no camina hacia el lugar.

—¿Qué hay ahí? —cuestiona Chrystel intrigada.

—No haremos tour por ahí. No se podrá pasar hasta que comience el juego —aclara Harland; ni siquiera lo voltea a ver—. Pero bueno, por este lado está el resto de los dormitorios.

***Lyra***

•—Empezar Música—•

—Esto no se ve bien... para nada. —Sonnet camina junto a mí, cerca del oscuro pasillo.

—Tendremos que adentrarnos ahí si queremos saber qué es lo que hay. —Tricia se queda quieta, absorta en las sombras del umbral.

—No es buena idea. No lo hagan —pido a ambos. No deseo saber qué hay entre la oscuridad, no quiero más muerte.

—Parece un lugar cómodo para estar —comenta Zorika con una sonrisa. Sus ojos están abiertos, viendo hacia el vacío. Amalea está callada, se me acerca con disimulo.

—Sé que odias a tu representante... yo también. Necesitamos encontrar la manera de eliminarles —susurra.

Sus detalles de elfa son perfectos. Me cuesta trabajo verla como un humano normal, se ve preciosa, perfecta. No puedo distinguir qué es falso o real en su cuerpo.

—¿Cómo? —Tengo muchas dudas. El solo hecho de "eliminar" a alguien me da náuseas.

—Tengo miedo de no saber la manera de eliminar a Zorika antes de que comience el juego. Mantengámonos juntas cuando todo empiece. ¿Sí? —cuestiona.

Me da pesar. Creo que no conoce a nadie en el lugar... en cambio yo tengo a Sonnet, y al tenerlo de mi lado, Tricia también estará dispuesta a trabajar en equipo, o eso supongo... de todas maneras no planeo darle tanta confianza.

—Está bien... —respondo preocupada—. Está bien.

—Vamos a bajar. Quiero enseñarles los jardines de la mansión. —Harland baja las escaleras lentamente; los guardaespaldas siguen rodeándonos.

Me siento algo débil, pero tengo que aguantar. Sé que toda la información que estoy recibiendo será de gran importancia en un futuro cercano.

Caminamos hasta una gran puerta transparente hacia lo que parece es el jardín exterior. Harland la abre, está atardeciendo. Todos nos reunimos en el exterior. Recibo aire fresco, me da nuevas energías.

Lo que veo me asusta... es simplemente impresionante.

—Este es el jardín externo número uno. Como podrán ver, ¡todo el jardín es un enorme laberinto hecho de plantas! Un consejo, ni intenten pasar a través de ellas, pues hay paredes de pierda en el centro. —Guiñe un ojo.

—Impresionante... —Dorothy ve hacia la entrada del laberinto.

—¿Qué hay del otro lado? —cuestiona Alice.

Harland la ve y sonríe.

—Eso lo dejaré a tu curiosidad. ¿Quién será tan valiente para descubrirlo? Este es un lugar perfecto para esconderse, o para aventurarse y explorar, encontrar alguna que otra sorpresa. —Él mueve las manos.

Veo hacia los lados. Las paredes son altísimas, no hay manera de escalarlas, o siquiera ver qué es lo que hay detrás de los muros del fondo, en el exterior de la mansión.

—Vengan, vengan —comanda Harland, guiándonos hacia la derecha. Hay un pasadizo con un túnel hecho de árboles, que lleva hacia el segundo jardín.

Ahí veo una casa enorme del árbol. Es gigante, y la casa es casi del tamaño de un apartamento real. Las gradas son hermosas y tienen adornos de piedra. Hay dos fuentes, una a cada lado del árbol.

—No podremos ir a la casa del árbol, lamentablemente. Ya se hace de noche y tendremos que empezar el juego —avisa.

Se me eriza el cabello del cuerpo. Tengo miedo... y mi corazón se acelera.

—¿Eso fue todo? —cuestiona Tricia—. ¿No hay más lugares en la mansión de los que necesitemos saber?

—Lo que dices es correcto —contesta Harland con una sonrisa.

—¿Qué sigue? —habla Duke.

—Lo que sigue... es el juego —responde el anfitrión—. El juego macabro. Tomen a los modelos ahora.

Amalea grita, un guardaespaldas la sostiene, y otro esposa a Ledalí, quien no pone resistencia. Se rinde fácilmente.

Stephine corre con agilidad, pero le disparan un dardo tranquilizante. Ella cae al piso, cerca del jardín del laberinto. Intenta moverse, y un guardaespaldas la levanta del cabello. Ella grita y cae inconsciente.

Chrystel llora, pero no pone resistencia; sabe que no tendría escapatoria, aunque así lo deseara.

—¡Hermana! —Hildur exclama junto a mí, mientras un guardaespaldas lleva a Alice.

—¡Hildur! —gime Alice—. Tranquila, ¡estaré bien!

Siento una enorme mano en mi brazo. ¡Me quieren llevar! Sonnet se mueve rápido e intenta empujar al guardaespaldas, pero antes de poder hacerlo le disparan un dardo en el cuello. Él cae.

—¡Sonnet! —Me hacen lo mismo.

Siento los músculos del cuerpo aflojarse poco a poco... el sueño me gana en segundos. Vincent cae junto a mí.

El juego iría a empezar pronto. Ya no habría vuelta atrás... pero... ¿acaso la hubo alguna vez?

El Juego Macabro (#2 En actualización) - GRATISDonde viven las historias. Descúbrelo ahora