Capítulo 19: Juegos de pelucas

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Hace 5 meses...

***Lyra***

Estoy atendiendo algunos clientes en la tienda, mientras que Daisy está haciendo algunas cuentas en la caja registradora, se está acercando el cierre del día y necesitamos que las cuentas estén completas.

No puedo dejar de pensar en la noche anterior... fue muy movida... pero casi no recuerdo nada. Sé que salí con Frederick a bailar, pero aparte de esto... todo está borroso. Cada vez que intento recordarlo me duele un poco la cabeza, ha de ser por el alcohol.

—Listo, gracias. —Una señora se aleja con su hija, acaban de comprar un par de blusas.

—¡A ustedes! Espero que regresen pronto. —Camino hacia Daisy, sus pestañas azules resaltan con su piel un poco morena, de una manera hermosa. Ella suelta una risilla.

—Sobraron algunos billetes. ¿Nos los repartimos? —Los toma y da una vuelta bailando—. A este paso seremos millonarias.

—Eso desearía... —comento al recordar la situación de mis padres. Ella se acerca, me da todos los billetes.

—Tranquila. —Dobla su cabeza, me acaricia el cabello—. Si estás conmigo... en lo que ya sabes, y ganas, tendrás todo el dinero del mundo.

—Sí, lo sé... —Odio hablar del desfile mientras es de día... y no tengo mi peluca—. Pero creo que hoy tenemos que celebrar. ¿Qué dices?

—¡Pues claro! —Arrebata los billetes de mis manos—. Hoy es noche de chicas, vamos tú y yo.

—Vamos entonces, pero primero tengo que pasar a mi casa. —Tengo que ir por mi peluca... o no me siento cómoda para nada.

—¿No traes tu...? —Baja la voz muchísimo—. ¿Peluca?

—No... —respondo. Veo que ella me enseña su bolso, trae la peluca azul con ella a todos lados.

—Pues vamos a tu casa entonces. —Está riéndose. Cerramos la tienda, ya es de noche.

Caminamos por las desoladas calles de la Ciudad Onírica. Es algo tarde, y hace algo de frío. Es una noche sin luna... pero puedo sentir la energía que Daisy emana. Es una muy buena amiga.

—¿Qué piensas del desfile? —Está caminando levantando los brazos hacia el cielo, estirándose.

—¿Del... desfile? ¿Qué pienso sobre qué del desfile? —Me siento incómoda cuando ella lo menciona con tanta naturalidad.

—¿Ya tienes modelo? —Me golpea el brazo—. Despierta Lyra, no te pongas tan rara.

—Eh... no... no tengo modelo aún... —Volteo a ver hacia los lados de la calle oscura en la que vamos pasando. Sólo hay algunos postes de luz cada diez metros.

—Yo tampoco. ¿Conseguimos uno? Tenemos la noche entera para hacerlo. —Sonríe mientras ve hacia el cielo, caminando.

—Puede ser... —Ya quiero llegar a mi casa, no me gusta hablar de eso en público—. Apurémonos.

—Bueno, bueno. —Daisy camina más rápido que yo—. Vamos.

Llegamos a mi casa después de veinte minutos. Mis padres están en la sala, haciendo cuentas... como casi siempre en las noches.

—Buenas noches Daisy, qué gusto verte por acá de nuevo. —Mi madre le da un abrazo—. Hay pollo cocinado en la mesa, coman lo que quieran.

—¡Muchas gracias! —dice Daisy, saluda a mi padre.

—Gracias. —Tomo los platos, sirvo la comida y le doy el suyo a Daisy. Ambas subimos a mi cuarto. Cierro la puerta con seguro.

—Amo cómo cocina tu madre. ¡Lo amo! —Daisy se sienta en mi cama y empieza a comer el pollo con las manos, estamos hambrientas después de una jornada tan larga de trabajo.

El Juego Macabro (#2 En actualización) - GRATISDonde viven las historias. Descúbrelo ahora