Capítulo 36: Confidencia rota

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Llegamos al fin a su residencia. Era un apartamento que no colindaba con nada, era de una sola planta, y las matas estaban muy crecidas a sus alrededores. Al parecer nadie había siquiera pasado cerca del lugar en bastante tiempo. Tenía apenas una cerca de madera y era todo de color blanco, lo que hacía que la suciedad cerca de la tierra se notara fácilmente.

Bajé del auto en aquella fría y oscura mañana, muerto de la intriga por saber qué ocultaba aquel muchacho... mientras que Aisha intentaba averiguar el enigma del mensaje que él había impregnado en la hoja. Caminé por la calle vacía, era una calle sin salida y el resto de las casas a los alrededores daban un aura de depresión y abandono.

Caminamos hacia la entrada. Intenté abrir la puerta, estaba bloqueada. Empecé a intentar tumbarla, hasta que Aisha me sostuvo el hombro.

—Espera... —dijo con una voz calma—. Tengo la solución.

Sacó una llave hermosa de color plateado, que parecía como un espejo. Todo en los alrededores era reflejado por la misma. La insertó y al instante la puerta se abrió. Ella entró en silencio, me quedé asombrado al ver este artefacto tan especial... pero no era tiempo de preguntarle sobre el mismo.

Todo estaba relativamente ordenado, no había nada fuera de lo común. Había un dormitorio, un baño y la sala de estar, aparte de la cocina. Todo parecía en orden, empolvado, pero en orden. Junto a la cama del muchacho había una foto. Aisha la tomó. Me la dio... un escalofrío entró en mi cuerpo. ¡Lo conocía! ¡Él...!

—Él es un miembro del desfile. Estoy seguro. —Suspiré molesto—. Pobre Lyra... estoy seguro, él tuvo que ver con su secuestro.

—Él dio un mensaje a la madre de Lyra el mismo día que la secuestraron. ¿Él sabía? Pero, si lo que dices es cierto... ¿por qué intentó evitarlo? —Ella se sentó en un escritorio con una computadora portátil. La abrió, tenía una clave. Aisha sacó un chip para hackear la clave y se metió sin problema alguno.

—No lo sé... ¡No lo sé! ¡Diablos! ¡Aquella estúpida noche! —Lancé una patada contra la cama—. Si no hubiéramos ido aquella noche... ¡Estúpido Vincent! ¿Por qué accedí? ¡Mierda!

—Este documento... tiene los tres primeros dígitos del código escrito en el papel. —Aisha señaló, estaba encriptado.

—¿Puedes abrirlo? —Me acerqué—. Puede que necesites ayuda de Travis.

—Reconocimiento de voz activado... cargando... cargando... —La computadora empezó a hablar apenas pronuncié mi voz de cerca.

—¿Qué diablos...? —Aisha se acercó para ver qué pasaba. El archivo se desbloqueó instantáneamente. Mi corazón empezó a latir rápidamente. Estábamos a un botón de la verdad sobre Frederick... o, aquel conocido como "Dereck".

Aisha presionó el botón de abrir el documento. Un video inició... el video que daría cientos de revelaciones en segundos. Abrí los ojos para recibir toda la información posible, mientras que Aisha tenía su lapicero y libreta listos para captar todo lo que pudiera.

•—Empezar Música (Dead letters from broken Homes)—•

Frederick apareció. Estaba sentado justo donde se encontraba Aisha, estaba grabándose a sí mismo. Estaba respirando muy agitado, con ojos rojos, llorosos. Estaba temblando, estaba teniendo un ataque de pánico. Conforme empezaba a hablar las lágrimas fluían a través de su ser.

—Esto que voy a decir... jamás me arrepentiré de haberlo dicho. Mi nombre es Frederick, soy participante de la Deep web, soy participante del "Desfile macabro", o... solía serlo. Estoy arrepentido, y sé que en este momento me están viendo las personas que me deben de estar viendo.

» Agente Steiner, lo siento. No sabe cuánto lo siento... yo... no tengo mucho tiempo. Alice sabe que los he traicionado y me va a mandar a matar seguramente, así que cada segundo que tengo es oro. Agente, solo tuve la oportunidad de conocerlo una vez, y tuve la dicha de tener su voz grabada para usarla a futuro, jamás pensé que le daría un uso como este, pero aquí vamos.

» Sé muy poco sobre el desfile en sí, pero sé de varias personas que están involucradas, y estoy seguro de que esto les servirá al menos para obtener nuevas pistas. Dorothy y Theo, doctores de alto prestigio en la Ciudad Onírica, dicen que están en unas supuestas vacaciones cada año... cuando en realidad son parte del desfile.

» El chico con el casco negro, lo he visto varias veces. La noche en la que... intenté secuestrarlos, él juró que nos mataría... a mí y a... —soltó un llanto incontrolable—. Agentes, tienen que hacer algo, antes de que sea tarde... para nosotros...

» Sé que Quinn fue secuestrada por Gabriel, su vecino. ¡Él la tiene en el sótano! He escuchado cómo se reporta ante Alice. ¡Todo es una gran mentira, es una mierda! Stephine fue secuestrada por Theo, sé que la tienen encerrada en su sala privada de operaciones, junto con un chico... del que no recuerdo el nombre.

» Me tengo que ir ahora —suspiró—. Tengo que intentar... tengo que intentar que a ella no le suceda lo mismo que a mí. ¡Tengo que salvarla! Oh Dios mío... lo siento tanto... siento haber sido parte de esta asquerosa maraña de mentiras y torturas. ¡Lo siento mucho! Espero que algún día obtenga el perdón de Dios...

» Intenté por todos los medios el alejar a las personas involucradas... pero no pude. Soy responsable ante todo lo que está pasando, al igual que el resto de los representantes y el organizador: el presidente del desfile. Quien sea que escuche esto: por favor... salven a Lyra. Ella es lo único que me importa en este mundo.

» Sé que no nos volveremos a ver. Lo sé, porque lucharé hasta perder la vida, pues no la merezco. Intentaré correr la voz hacia todas las personas posibles... espero que no sea tarde para redimirme. Adiós, agente Steiner... adiós... Sonnet... adiós... Lyra... y nunca olvides, mi amor, que te amaré por siempre, aunque no esté presente contigo... te seguiré amando, y aunque haya pretendido no quererte más... fue por tu bien. Te amaré hasta el fin.

El mensaje terminó, y se borró para siempre. Aisha y yo nos quedamos boquiabiertos. Aquel muchacho se había arrepentido, había buscado redimirse... había sido lo más noble que jamás presencié. Aisha tenía todos los nombres anotados, mientras que yo estaba reflexionando sobre lo que acababa de suceder... ese muchacho era una luz entre toda la oscuridad que nos rodeaba. Había completado su cometido, y sí... estaba cien por ciento seguro de que él pudo redimirse y morir sabiendo que dejó una esperanza en el mundo.

Un sacrificio... el sacrificio que daría una luz de esperanza hacia todos. Los sacrificios eran la manera más pura de amor que jamás alguien había conocido.

El Juego Macabro (#2 En actualización) - GRATISDonde viven las historias. Descúbrelo ahora