Capítulo 48: Proceso de sanación

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Actualidad...

***Steiner***

Conducía hacia el hospital psiquiátrico para poder hablar con Serina. Ella, quien había sido tramitada por Robert, podría tener pistas que yo en mis momentos de ceguera no pude notar. Ella podría tener conocimientos sobre Sonnet, Robert, o simplemente dar alguna pista sobre lo que sucedía entorno al desfile macabro.

Manejé por tres horas hasta llegar al destino que se encontraba consumido entre el Bosque Conmutativo, a las afueras de todas las ciudades. Este territorio neutro era una reserva natural que fue constituida hasta después de haber construido el no muy famoso hospital, con años y años de experiencia recapacitando a las personas con problemas psiquiátricos lejos de las ayudas convencionales.

El bosque estaba lleno de cientos de venados, los cuales solo se encontraban en ese lugar. Mientras conducía los observaba a los lados de mi auto, como si fueran delfines y acompañaran a una lancha a lo largo de un profundo océano de árboles e incertidumbre. Sus ojos negros reflejaban los alrededores, siendo infinitos, aunque efímeros.

El grupo de pálidos edificios contrastaban con la oscuridad que rodeaba el lugar, y la luz de la luna hacía que reflejaran una energía extraña... no muy confiable. Los enormes portones negros estaban abiertos, así que entré y detuve el auto cerca de la entrada. Me bajé y sentí el gélido aire pegar en todo mi cuerpo. Antes de seguir tomé una fotografía con la cámara de Travis. En un instante recibí una de Aisha.

En la fotografía se podía observar el letrero que decía "Bienvenidos a la Ciudad Cursiva". Ella había logrado llegar sin problema alguno. Guardé la cámara en mi bolso y seguí caminando, pasando por la puerta principal. Me limpié los pies en una alfombra negra antes de entrar.

—Bienvenido al Hospital psiquiátrico Lunezca. ¿En qué le puedo ayudar? —pronunció una voz. Volteé a ver hacia un escritorio finísimo. Ahí, una muchacha con cabello rojo y unos grandes lentes redondos estaba sentada, viéndome fijamente. Había un pequeño cartel en su escritorio que decía "Beatriz".

—Buenas noches. ¿Puedo ver a una chica que está internada en este lugar? Soy un agente especial de la Ciudad Onírica —dije mientras caminaba por la sala del lugar, muy amueblado, por cierto.

—Agente especial... entiendo. El doctor Nollan no se encuentra disponible. En este momento creo que está en terapia con un paciente. —Ella se levantó—. Si gusta le avisaré que ha venido. ¿Le dejo algún mensaje de su parte?

—No deseo ver al doctor Nollan, verá... busco a una chica llamada Serina. Fue internada en este lugar —explico intentando controlar mi impaciencia.

—El doctor Nollan no está disponible, ¿quiere dejarle algún mensaje? Si quiere también le puedo dar su mensaje a Serina. Se lo haré llegar eventualmente. —Sacó una hoja en blanco y un lapicero.

De repente la música de un piano empezó a sonar a lo lejos. El sonido captó mi atención. ¿Quién tocaría piano a estas horas de la madrugada? Caminé hacia el sonido, dándome cuenta de que provenía de otro edificio, en donde una luz estaba encendida.

—¿El doctor toca el piano? —Me toqué la barbilla intrigado.

—No. No debería de estar nadie tocando el piano a estas horas... hablaré con Raúl, él es el encargado de que los pacientes se encuentren en orden durante el día y la noche. —Tomó su teléfono y empezó a marcar.

—Espero que no le moleste que me de una caminata por este lugar, Beatriz. —Empecé a caminar lentamente, adentrándome en un pasillo con una puerta negra al final. Ella caminó rápidamente para alcanzarme, pero antes de que lo hiciera la puerta del final del pasillo se abrió. De ella salió un hombre fornido vestido de blanco totalmente.

El Juego Macabro (#2 En actualización) - GRATISDonde viven las historias. Descúbrelo ahora