Capítulo LXXV

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¿Están listos para el último capítulo mis viajeros?

Se ha llegado el día...

Disfrútenlo.
💎


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Recibir esa carta causó que mi corazón sufriera un vuelco.

Hace un tiempo que el caballero esmeralda había desaparecido del mapa, se había despedido, y como él mismo lo había dicho, yo pensaba que jamás volvería a saber nada de él, y que probablemente nunca sabría quién era el chico que se escondía ante ese seudónimo tan peculiar.

El caballero esmeralda había dejado de estar presente en mi mente hace mucho, y justo ahora, que estaba por irme de Puerto Estela, aparecía de nuevo, y me citaba en ese lugar tan misterioso. Sabía que era peligroso ir a ese lugar, aunque había algo en mis adentros que me empujaban hacia la puerta de salida de casa, y me gritaban esa dirección.
Apreté en mi puño esa llave, tal vez tenía una última cosa que resolver antes de marcharme.

El camión de la mudanza había llamado, se retrasaría por lo menos dos horas, pues en su anterior viaje había tenido un percance, por lo que no lo dudé tanto, y salí de casa con la excusa de querer tomar un poco de aire antes de la cena.

Metí en los bolsillos de mi chamarra las llaves de casa, además de unas tijeras con las que cortaba cartón, tenía que llevar algo para protegerme.
Me aseguré de tener el teléfono a la mano, y con la batería llena, y aunque estaba mortificada por la simple idea de que algo pudiera pasarme, sentía que todo estaría bien.
Tal vez solo era la adrenalina de correr hacia una casa que jamás había visto, y encontrarme con el misterioso chico con el que había tenido una conexión increíble.

Mis entrañas se retorcían, ya quería llegar.

Y sí, como lo había sospechado, conocía la calle Costa Azul, recordaba ser una de las calles favoritas en las que Esteban y yo tomábamos atajos para llegar a la secundaria varios años atrás, y para mi tranquilidad, la calle estaba muy concurrida, muchas personas iban y venían por las banquetas, pues justo al final de toda esa hilera de casas gemelas, se había instalado una feria, como conmemoración por el aniversario de un refugio para animales. Lo había escuchado en el verano, la gente estaba emocionada por el hecho de que se presentarían artistas locales.

Llegué hasta la casa marcada con el 33, y me sorprendió el hecho de que era una casa linda, con el pasto podado y hermosas flores en el jardín, además de tener todas las luces prendidas.
La casa era acogedora, más pequeña que la mía, pero resultaba perfecta para un hogar, y no era para nada parecida a como me lo imaginaba, y bueno, es que ver tantas películas de asesinos me había hecho hacerme una idea un poco errónea de la situación, yo imaginaba algo así como una casa abandonada, con cristales rotos y árboles secos, incluso había imaginado unos cuantos cuervos volando por el cielo; sin duda alguna tenía que dejar de ver películas de terror.

Me llevé una gran sorpresa al encontrar la puerta del jardín abierta, por lo que rápidamente me dirigí a la puerta de entrada, mirando a ambos lados del lugar para asegurarme de que la calle no se había quedado desierta de repente, aunque ahora las personas pasaban con regularidad por enfrente de la casa.

Respiré hondo y saqué la llave que me había entregado el caballero esmeralda del bolsillo, y la inserté en la cerradura de la casa, y girando la llave la puerta cedió ante mí.

¿Y si te digo que me enamoré de ti?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora