Capítulo 16: Largo de aqui

301 38 10
                                    

SOPHIE

Me miro al espejo nada más despertar. Todavía no se me nota el vientre, estoy de casi 3 meses, y aveces siento algunos síntomas, pero lo normal. El pequeño invasor se está portando muy bien. Y yo cada día le cojo más cariño. Se me cae la baba cuando paso por el pasillo de la ropita de recién nacido. Me lo imagino y me derrito.

–Que serás, invasor, o invasora (?)– digo con una sonrisa mientras tocó mi tripita.

Cojo el peine para intentar hacerme una coleta y vestirme. Que asco de pelo. Definitivamente es más fácil domar a un león salvaje, que a mis rizos. Me da gracia cuando hay personas que dicen desear el pelo tan rizado, pero creo que a los meses de querer tener el pelo suave, liso, y peinado, y por el contrario despertar siendo una leona, entenderían lo desesperante que es no poder meter ni el cepillo.

Lo único que me gusta, es mi color de pelo , porque me recuerda a nuestra escapada, mi Pheobe también lo tiene del mismo color, y eso me hace sentir cosas bonitas.

No he vuelto a saber de ella desde hace un par de días, solo sé que me llamo por teléfono y no pude decirle cuánto la extrañaba porque Alex estaba a pocos centímetros de mi, apuntándome con su pistola. Y bueno por lo visto ella está con un chico. Alex me ha dicho en palabras textuales que «esa zorra ya tiene a otro imbécil, mira qué pronto te olvida».

Y aunque confío en ella, algo me hace sentir miedo y celos, me da envidia que ese chico pueda verla, tocarla o incluso besarla cada día, quedar con ella, o verla dormir. Y yo me tenga que conformar con esperar a que aparezca y tenga que decirle que se vuelva a marchar, porque tendré a Álex amenazandome. Realmente es tan jodido y triste como suena.

–TE VOY A MATAR HIJA DE PUTA–un grito monstruoso retumba por todas las paredes del apartamento y mi cuerpo activa todas las alarmas.

Va a hacerme mucho daño esta vez. Y me es imposible no sentir pánico. No sé qué habré hecho esta vez, pero seguro que algo horrible por la manera en la cual se aproxima hacia mi con mirada asesina.

–Alex por favor, no vuelvas a hacerme daño, creo que no he hecho nada malo, hice bien la comida, no me pasé de sal, ni me quedé corta. Limpie la casa entera, estuve buscando trabajo, y tampoco he hablado con Pheobe.– grito llorando al comprobar en la mierda de relacion que estoy metida.

–La puta de tu amiguita, me ha destrozado mi coche! No sé ni cómo lo he reconocido! Está completamente forrado de plástico y un líquido viscoso y denso.– dice con cara de asco.

–Vamos a ver, como puedes estar tan seguro de que ha sido ella? Pudo haber sido cualquiera.– intento relajar el ambiente.

Entonces parece que mis palabras hayan activado un sensor en su sistema, por qué me agarra fuertemente del brazo y me baja a rastras por las escaleras hasta llegar a la calle y tener a su preciado deportivo delante nuestro.

–E...Es este?– unas ganas enormes de reírme sin control invaden todo mi cuerpo.

–Te estás descojonado en mi puñetera cara?– susurra con violencia contra mi oído.

Me sujeta del pelo con fuerza y me mete a toda prisa otra vez al portal. Intento zafarme de el, pero me ha agarrado de mi cabello muy fuerte y me arrastra hacia arriba haciéndome daño.

–Sueltame puto loco de mierda! Me haces daño! Solo me reí porque me pareció cómico el momento! No me reía de ti! Explícame como me río de ti sí te tengo pánico!– chillo con asco,y le miró con repugnancia.

–Haré que me tengas pánico– dice riendo como un poseso y sé que no me miente, este hombre está neurótico.

Al abrir la puerta lo primero que me ocurre es un empujón brutal contra la pared del salón. Se acerca y me cruza la cara. Otra vez ese sabor familiar. Sangre. Mi mente intenta auto tranquilizarse y empiezo a pensar que acabará pronto. Se desfogara un rato, y todo habrá acabando, con unos cuantos moratones, quizás algo de sangre en la boca, pero habrá acabado.

Para otra vida ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora