Capítulo 8

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Regla número ocho para el estudiante de primer año: "Demuestra tu capacidad".

Todos cantaban y bailaban, viviendo el momento con diversión.

Los novatos bailan con todas sus fuerzas, aliviando la tensión después del encuentro con los veteranos. Esa vez, el castigo que recibieron de ellos, consistió en flexionar las rodillas como si estuvieran sentados sobre una silla invisible, por cinco minutos. Las piernas de los alumnos de primer año estaban completamente entumecidas después de los tres minutos y difícilmente podían soportar hasta que la cuenta regresiva se detuviera. ¡Pero ahora, a pesar del difícil esfuerzo físico previo, nadie podía parar su danza! Por decirse de una manera clara, estaban cooperando al máximo para recuperar el buen humor después del encuentro con los alumnos de tercer año. Las risas no cesaron hasta que los miembros del grupo creativo les pidieron parar.

–¡Gracias, por hoy acabamos! –exclamó uno de ellos– ¡Recuerden que quien quiera participar en la competición, debe registrarse en la lista a las siete de la noche!

El grupo creativo repitió la última frase, para recordarles a los jóvenes que las inscripciones estaban abiertas, intentaban fomentar la iniciativa para que participar del evento más importante para los estudiantes del primer año.

–¡Las competiciones entre estudiantes del primer año consisten en la realización de competencias de varios deportes, para demostrar el rendimiento y sincronización de los novatos de cada facultad!–prosiguieron, sin agregar que también habría competencias para los integrantes de los equipos designados.

Kongpob miró el reloj en su muñeca, ya eran seis y media. Estaba deseoso de salir disparado de ahí para por fin ir a cenar, pero, apenas dio la vuelta para alejarse de la audiencia, alguien lo llamó.

–¡Espera Kong!–reconoció la voz, era su amigo más cercano, Em.

Kongpob se detuvo a esperar a que su amigo se acercara.

–¿Estás libre? Quiero inscribirme en la competición de baloncesto ¿Te unirás conmigo al equipo?– preguntó apresuradamente.

En la oferta de Em, no había nada sorprendente. En su tiempo libre después de la escuela, él jugaba regularmente baloncesto con Kongpob. La mayoría de las veces, jugaban con chicos más jóvenes por diversión. Pero, aunque no jugaban realmente en serio, tenían la suficiente capacidad para ganar en competencias callejeras. Por ello, Kongpob asintió y respondió brevemente:

–Bueno, vamos, pero que sea rápido que quiero cenar.

Kongpob pensó en un principio que ir hambriento sería una clara desventaja, escuchando en su mente la frase: "un soldado hambriento, no llega lejos". Para calificar para competir y poder participar en el equipo, era necesario demostrar sus habilidades, y jugar de estómago vacío, le sería difícil. Por lo tanto, cambiaron de planes para hacer la cafetería su primera parada. Sus amigos y él comieron toda la comida que pudieron para reunir sus fuerzas, ya que, también, estaban agotados después del encuentro con el comité de bienvenida.

Cuando terminaron la comida, faltaba muy poco para la hora señalada para el registro. Se apresuraron al corredor de deportes de la universidad y, apenas cruzaron el umbral, vieron a una multitud de estudiantes de la Facultad de ingeniería, no sólo novatos, sino también chicos mayores. Uno de ellos, chico bien alimentado, con el alma de una niña, que se hacía llamar Minnie. Cuando vio a Kongpob, Minnie se apresuró a saludarle:

–¡Kongpob, mucho tiempo sin verte! estaba aburrido, ¿cómo llegaste aquí?

–Hola Minnie, mi amigo y yo queremos entrar al equipo de baloncesto–dijo Kongpob con cortesía, cruzando las manos a la altura del pecho en el típico saludo tailandés. La declaración de Kongpob hizo que Minnie se agitara.

SOTUS- El malvado veterano y el estudiante de primer añoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora