Capítulo 10

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Regla número diez para el estudiante de primer año: "No cuestiones las elecciones de tus superiores".

El escenario estaba listo. La iluminación estaba lista. Y, a pesar de eso, Kongpob no lo estaba.

– ¡Buenas noches, por fin, ha llegado el momento que ustedes esperaron! ¡La competición de las estrellas de la universidad comenzará ahora!

Kongpob escuchó las voces de dos chicas que serían las presentadoras anunciar el inicio de la competición. Después de que sus voces se apagaran un rugido de gritos de aprobación de la tribuna se escuchó con fuerza por todo el corredor.

Debido a que muchas personas querían asistir al concurso al final del evento se planeó un concierto con una banda famosa, celebrando el final de la competición entre los alumnos del primer año. Por ello, algunos de los estudiantes comenzaron a llamar al evento la noche de liberar el espíritu. Y se lo estaban tomando muy en serio.

No sólo los de nuevo ingreso, incluso los alumnos de grados superiores querían divertirse ese día, así que la mayoría estaba presente en la tribuna o paseándose por los pasillos. Todos aguardando el inicio de la competición de luna y estrella de la universidad, observando ansiosamente algún movimiento en el escenario, hasta el momento, vacío.

Pero Kongpob, que estaba detrás de las cortinas al fondo del escenario, tenía sentimientos encontrados. Sí era sincero, no estaba seguro de lograr llevarse la victoria.

Ganar como luna de la universidad no era un desafío fácil.

El principal componente de éxito en el deporte era el espíritu de equipo, trabajar como uno en el partido. Pero en la competición de las estrellas cada participante sería evaluado individualmente. Kongpob estaba consciente de que el programa incluía, entre otras cosas, una presentación conjunta entre los postulados a luna y estrella de la facultad a la que representaran. Pero, al final, seguía siendo una lucha que ganaría una sola persona. Un puesto por la luna y otro para la estrella.

Pensándolo mejor, Kongpob se dio cuenta de su arrogancia al hacer dicha promesa. Ahora, por ello, la carga en sus hombros se sentía más pesada.

Esta vez, Kongpob no tenía a quien culpar, él mismo se había metido en aquella situación gracias a su lengua afilada. Prometiéndole sin dudar al líder de las novatadas que ganaría. Con la cabeza en alto le afirmó que se llevaría el título de luna y si no lo cumplía era más que seguro que Arthit buscaría un cruel castigo con el cual recordarle su derrota. No por nada Kongpob ya era un enemigo jurado del líder de los veteranos. Eso le hizo pensar, incluso que Arthit se las arreglaría para castigar a sus compañeros si no conseguía ganar.

No le temía a sufrir solo. Por ello no había problema. Pero, lo conocía lo suficiente como para tener sus dudad, y ahí, Kongpob si se sentiría terriblemente culpable si él fuera la causa del sufrimiento de sus compañeros de curso.

¿Valía realmente el esfuerzo y la osadía de retarlo sólo para obtener algo de Arthit?

Kongpob suspiró aun preocupado. Su nerviosismo podía leerse fácilmente en su rostro por lo que Minnie se acercó a él para animarlo antes de pedirle que se preparara para salir.

–Kongpob, no estés tan preocupado o dime, ¿Por qué estás tan serio? ¡Tienes que sonreír! El futuro ganador debe tener una gran sonrisa en su rostro, piensa en la recompensa. ¡Escuché que este año el concurso tiene muchos patrocinadores! Si ganas, vas a tener muchas ofertas en puerta.

Kongpob dejó que la única frase que su cerebro retuvo retumbara en su cabeza..."Si ganas".

Esa era, después de todo, la verdad. Si Kongpob ganaba, Arthit estaría obligado a hacer lo que fuera que él le pidiera. Kongpob pensó en la cara furiosa del jefe de las novatadas e involuntariamente sonrió. Se sentía confiado, animado en intentarlo. Con la sonrisa burbujeando en sus labios se giró a mirar a Minnie.

SOTUS- El malvado veterano y el estudiante de primer añoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora