—Manuel, ¿a dónde vas? —inquiero sujetándole del brazo cuando pretende levantarse de la cama.
—Tengo que irme Laura —intenta soltarse de mi agarre
Me siento en la cama con las sábanas tapando mi desnudo cuerpo y le miro con el ceño fruncido.
Manuel es un hombre de pelo moreno y ojos oscuros. Siempre tiene barba de varios días pero, de alguna forma, eso logra darle un toque adulto que me encanta. Llega cerca del metro noventa y tiene el cuerpo bastante ejercitado.
—Pero si son las 6 de la mañana —exclamo mirando el reloj de mi mesilla —¿A dónde pretendes ir tan temprano? No empiezas a trabajar hasta las 9 —intento hacer que entre el razón.
—He quedado antes con Julio para preparar bien la reunión de esta mañana —se suelta de mi agarre y se encierra en el baño a darse una ducha.
Bufo cansada y me cruzo de brazos. Lleva haciendo eso desde hace dos semanas. Se va temprano a trabajar, con la excusa de tener que preparar una presentación para ese día, y regresa tarde, con la excusa de haberse quedando hablando con su jefe o de haberse ido con sus amigos a tomar unas copas.
Le veo salir en bóxer del baño y con el pelo mojado. Se pone a rebuscar en su armario para encontrar su traje.
—Está abajo. Lo planché anoche mientras esperaba que regresaras —mi voz desprende el reproche pero Manuel ni lo nota. Solo asiente y sale despedido por la puerta.
Miro hacia la ventana con rabia, ni siquiera ha amanecido todavía. Me enfurece ver como pasa tanto de mí. Ni que fuera una mierda.
—Me voy—lo veo entrando ya con su traje negro puesto.
—Podrías quedar con Julio a una hora más tarde. Quedan 3 malditas horas para esa reunión —me quejo.
—Es importante —se acerca a la cama y me da un pico a los labios —Nos vemos esta noche —se despide.
—¿Vendrás pronto esta vez? —suavizo mi voz intentando calmarme. Es su trabajo y debo entenderlo.
—Lo intentaré —promete como siempre y sale de la habitación. Al minuto escucho su coche arrancar y salir de nuestra casa.
Intento dormirme de nuevo pero no puedo parar de darle vueltas a todo el asunto de Manuel, así que decido levantarme y prepararme yo para mi trabajo.
Manuel trabaja en una gran multinacional como director ejecutivo. Sé que le costó mucho llegar a ese puesto y que no puede perderlo, requirió demasiado esfuerzo de su parte. También sé que ocupa mucho tiempo y que tiene diversas cosas que hacer. Pero quiero a mi novio junto a mí. Ser yo la que se despierta primero y puede despertarle a besos como solíamos hacer.
Beso su nariz y veo como la refunfuña. No puedo evitar reír al ver lo mono que se pone. Beso su frente y él se revuelve un poco molesto pero tengo que despertarlo para irnos a trabajar. Llegará tarde a su reunión.
—Despierta —susurro en su oído y le beso debajo de la oreja —Llegaremos ambos tardes y tienes reunión.
Me subo encima suya y empiezo a besarle toda la cara. Le beso hasta los párpados. Solo paro cuando él abre un ojo.
—¿Nunca te han dicho que eres muy pesada y que no dejas dormir? —frunce el ceño pero sé que lo dice en broma.
—¿Nunca te dijeron que eres muy difícil de despertar y que te echarán del trabajo por llegar tarde? —le contesto con una sonrisa todavía encima de él.
—Te amo —acerca mi cara a la suya y junta nuestros labios en un beso lento.
—Y yo a ti, pero llegarás tarde holgazán. Levanta —me quito de encima suya para dejar que se levante. Le cuesta pero lo hace.
Apago la ducha y salgo de ésta envuelta en una toalla.
Me pongo un pantalón blanco de vestir con una chaqueta a juego y debajo una blusa negra. También me pongo tacones negros a pesar de que soy una mujer de metro setenta. Decido dejarme el pelo suelto. Y, bueno, luego me maquillo para simular esa piel tan blanca que poseo.
Bajo y me sirvo mi típico desayuno, unos cereales con un café con leche mientras leo en mi tablet las noticias. Las mañanas se volvieron muy solitarias últimamente.
Cuando el reloj de la cocina marca las 8, decido irme al trabajo aunque vaya con una hora de antelación. Quizás así pueda ir adelantando cosas.
Tras aparcar a una calle de mi edificio, voy caminando tranquilamente aunque las personas que pasan a mi alrededor van corriendo de un lado para otro.
Yo trabajo en un gran edificio de 25 plantas pero que solo unas cuantas nos pertenecen, las más altas. Soy la directora de una pequeña revista donde se trata de cosas simples, de alzar nuestra voz y que seamos escuchados, escuchadas. Poco a poco vamos siendo conocidos y eso me produce una gran satisfacción.
Subo a la planta y me encuentro a mis trabajadores ya en sus puestos.
—Buenos días —saludo a unos cuántos.
—Laura —se acerca a mí mi secretaria, Mara
—¿Qué ocurre? —pregunto y dejo la puerta abierta para que pase a mi despacho.
—Varios puestos de prensa y tiendas se interesaron en vender nuestra revista en sus locales. Llamaron esta mañana —me informa.
—¿Vale la pena realmente? —me siento en mi silla
—La comisión que nos dan de sus ventas serían buenas pero eso habría que ponerlo todo sobre la mesa con todo el equipo —opina —También sería una ventaja que seríamos más conocidos —se encoge de hombros.
—Bien. Cuando venga Javier, dile que se pase por mi despacho para hablarlo —ordeno y ella asiente.
[...]
—Bien —río —¿Puedes llamar tú entonces a los afortunados? —inquiero mientras recojo todos los papeles esparcidos por la mesa.
—No hay problema Laura —sonríe mientras se pone de pie —Nos vemos —se despide y cierra la puerta de mi despacho.
Cojo mi móvil y miro para ver si tengo algún mensaje de Manuel. No es así. Así que decido mandarle un mensaje yo.
¿Almorzamos juntos?
Guardo mi móvil en el bolsillo de mi pantalón y cojo la carpeta para dirigirme a la planta baja donde está el salón de reuniones.
Al entrar encuentro a mi equipo sentados charlando.
—Buenos días —saludo al entrar y sentarme en mi sitio —¿Empezamos? —cuestiono y todos asienten —Bien, ¿de qué irá este mes? Propuestas —pido.
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Recupérame
Teen FictionLaura y Manuel están enamorados. Muy enamorados. Llevan saliendo 3 años y piensan que es el momento ideal para dar un paso más en su relación. Pero algo cambia de un día para otro y la relación parece desgastarse. Manuel deja de prestarle atención...