12/02/1939
Abro los ojos y veo a mi madre. Mi madre me está sonriendo con adoración.
—¿Quién es la bebé más hermosa de este planeta? —me hace cosquillas y yo no puedo evitar reír.
Miro a mi alrededor y veo que estoy en una habitación de color claro, dentro de la cuna.
—Eres hermosa—estira sus brazos y me coge por las axilas.
Me sostiene en el aire durante unos segundos y luego me pega a su pecho.
—Vamos a ver a papá—me avisa mientras empieza a caminar.
Me apoyo en su hombro y voy observando a mi alrededor mientras caminamos por un pasillo con varias fotos en blanco y negro.
—Mira quién viene a visitarte —chilla mamá entrando en otra habitación.
Su voz hace que gire mi cabeza de nuevo y mire a mi papá vestido con su traje del ejército. Debe irse.
Me llevo el puño a la boca y lo miro.
—Mi reina—sonríe y se acerca a mí para cogerme él en brazos —¿A que vas a echar de menos a papi? —yo solo le miro con una sonrisa y mi puño en la boca.
—Seguro que sí —contesta mamá por mí.
—Papá —escucho que gritan. Entonces es cuando veo a mis tres hermanos corriendo hacia mi padre. Juan, Francisco y Laura.
Veo como se dan un abrazo y mis hermanos tienen agua en las mejillas.
A mí de repente me suena la barriga y no puedo evitar ponerme a llorar.
—Ay, mi pequeña Adela tiene hambre —dice mi madre empezando a mecerme en sus brazos.
Me empieza a doler la garganta por llorar y mi mamá saca su pecho hasta ponérmelo en la boca. Con una mano lo sujeto y empiezo a beber la leche.
—Mamá —escucho que dice uno de mis hermanos —¿No debe de dejar ya de tomar el pecho?
—Es muy pequeña aún Juan —murmura mi madre con voz dulce y yo voy cerrando los ojos porque me son muy pesados.
[...]
Abro los ojos y me veo de nuevo en la cuna. Miro hacia arriba y veo cosas que se mueven y me quedo embobada viéndolo.
De repente escucho un ruido y al girarme veo a Laura entrando con dos trenzas.
—Mamá, Adela ya despertó —grita y yo arrugo la nariz con molestia para empezar de nuevo a llorar.
—No chilles Laura —veo que entra mamá detrás de ella —Es muy pequeña y se asusta cuando alguien eleva la voz.
Se acerca a mí y yo paro de llorar cuando me coge en brazos.
—¿Puedo cargarla? —escucho que dice Laura así que yo la miro.
—Voy a cambiarla y ahora si quieres la llevas al salón donde están tus hermanos jugando —me lleva a un sitio acolchado
Eleva mis piernas y me quita lo que llevo puesto para después el pañal. Yo mientras miro a Laura que tiene algo en la mano.
—Ya estás limpita —escucho que dice mamá y la miro riéndome —¡Ay que risueña es mi pequeña! —me da besos por toda la cara y yo no puedo evitar reírme.
—Me la llevo mamá —se acerca Laura dispuesta a cogerme pero mamá la frena con la mano.
—Cuidadla bien. No quiero que se ponga a llorar ¿sí? —la avisa.
—Sí mamá —veo como pone los ojos en blanco.
Mamá me coge y me deja en los brazos de Laura en donde me acomodo y me apoyo en su hombro.
Camina conmigo en brazos y baja con lentitud las escaleras.
Llegamos al salón donde Juan y Francisco juegan en la alfombra del suelo.
—¿Para qué te trajiste a Adela? —hace algo raro con la frente Francisco dejando de jugar.
—Sí, no puede hacer nada. Es muy pequeña —le sigue Juan.
—Pero quería estar con ella —se sienta en un sofá verde y me sienta sobre su regazo.
Yo solo observo por la ventana que tiene detrás.
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80 días
Teen FictionEl tiempo puede ser considerado algo poético para muchos autores, puede resultar una pesadilla para aquellos que quieren conocer el secreto de la inmortalidad pero no lo hacen, puede ser un alivio para los que desean que ciertos momentos pasen un po...