-Kageyama Tobio, mi nombre es Kageyama Tobio.
-Ugh... Que nombre tan feo -Sin embargo Hinata no pudo evitar enamorarse.
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-Kagehina
-Asanoya
Cover by @MOCHIZOUKING
Entonces mamá dijo —Nishinoya quitó una mariquita y prosiguió—; no podré estar para esta navidad pero te traeré un regalo cuando llegue y yo le dije que señor conejo se pondría triste también y al final no pude convencerla —terminó de rellenar con abono las nuevas flores que había llevado a la escuela.
—¿Verdad? Nadie va cenar conmigo además papá aun no vuelve de su viaje en las amazonas —Secó un poco el sudor de su frente y comenzó a regar las nuevas residentes—Pueden manejar muy bien la selva sin la ayuda de papá.
Un cacareo se escuchó detrás del arbusto próximo, Nishinoya dejo aún lado la regadera de abeja y caminó inseguro hacia el arbusto aun con sus guantes puestos de jardinería.
No pudo evitar sentir que su corazón latiera rápidamente —¿En verdad eres tú?— Escuchaba el crujido de unas hojas y silencio, así hasta que estuvo frente al arbusto.
Con sumo cuidado se asomó tratando de no hacer ningún ruido y entonces fue cuando lo vio.
—¡Manjū! —Chilló Nishinoya detrás del animal.
El gallo al escuchar la voz chillona y potente de Nishinoya salió corriendo como alma que lleva el diablo.
—Manjū espera ¡Prometo no volver a vestirte de abeja! ¡Manjū!
—Nishinoya corría tras del gallo color naranja por todo el campo de fútbol.
Había sido en el festival de primavera pasado donde conoció a Manjū.
—Le doy la mitad de lo que me pide por el gallo, se ve en buena forma pero es muy pequeño para los de su edad.
—Pero señor es muy poco, mi ave vale más que eso.
La señora del puesto no lucia muy convencida por entregar al ave. El pequeño gallo de color naranja yacía en una jaula junto con un pequeño bote de comida a su lado.
Nishinoya quien pasaba con unas bolsas de mercado detuvo su andar al observar la escena, no tenía mucho tiempo ya que el festival estaba por abrir y en su salón aún faltaban algunas decoraciones que el llevaba pero se encontraba cerca de la escuela, así que el festival podía esperar un poco más.
—Le daré solo un poco más de la mitad de lo que está pidiendo pero le advierto que nadie más le dará esta oferta, ese gallo se va morir y no le habrá sacado ningún beneficio.
La anciana suspiró cansada, no estaba completamente segura si vender el gallo era la mejor opción y es que su nieta adoraba a ese animal y lo trataba como si fuera su mascota pero necesitaba dinero con urgencia para sus medicinas.
—¡Manjū! Así te llamarás a partir de ahora, ¿sabes? hoy serviremos ese postre en nuestro puesto, además tu color me recuerda al cabello de mi mejor amigo del mundo mundial.
Tanto el señor como la anciana se sorprendieron al ver a un chico de baja estatura con el gallo entre sus brazos. ¿En qué momento había llegado ese chico? Y sobre todo ¿Cómo carajos había sacado al gallo de la jaula? Le habían puesto llave. La expresión de sus rostros eran un caso.
—Mocoso dame al animal —El señor no ocultó la molestia en su voz— Ya lo he comprado.
¡No!—Sentenció Nishinoya y eso solo hizo que abrazará más al ave sin intención de dejarlo escapar—Manjū es mío.
Que me des al gallo—Intentó quitárselo pero al final fallando.
—Pagaré, pagaré el triple por Manjū —Nishinoya miró suplicante a la anciana— o lo que usted quiera.
Vendido —ese niño se veía más confiable y responsable, no había dudado la dueña.
Después de que el viejo se fuera diciendo maldiciones, Nishinoya se dio cuenta lo tarde que se le había hecho.
Tome —Entregó al ave junto con el dinero— vendré a visitarlo regularmente, se lo dejaré pero no olvide que Manjū es mío.
Y sin dejar hablar a la anciana Nishinoya salió corriendo hacia la escuela que estaba cuesta arriba.
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—¡Te atrapé!
Nishinoya cayó intentando atrapar al gallo mas no obtuvo buenos resultados al ver sus manos vacías—¡Rayos! —Se levantó nuevamente y siguió corriendo aunque esta vez con dirección hacia los edificios.
Cada vez que estaba por alcanzarlo el ave se escabullía, pronto Nishinoya se dio cuenta que se estaba haciendo tarde y no había entrado a dos de sus clases. Durante diez minutos lo perdió de vista.
Estaba por rendirse sin embargo mientras atravesaba el campus se dio cuenta que Manjū estaba parado frente a un retrato, camino más y un chico de cabello largo se figuró a su lado. Al parecer aquel chico que estaba pintando no se había dado cuenta de la presencia del ave.
— Que concentración... —Susurró Nishinoya.
Se acercó tan rápido como pudo, quería atrapar a su amigo acosta de todo. Porque si, para Nishinoya los animales no eran mascotas si no amigos.
Cuando lo iba a tomar el gallo cacareó, el chico en ese momento volteó y Nishinoya cayó.
Cayó en algo tan blandito como los algodones o eso creyó.
Unos ojos marrones le dieron la bienvenida, él sonrió apenado de caer encima de aquel chico. Alejo las plumas que cayeron sobre ellos por el leve vuelo que había tenido su ave.
—Hola...
—Ho-hola
Contestó una nerviosa y suave voz que no iba para nada con la apariencia ruda de ese chico.
Hay diferentes formas de conocer al amor de tu vida, entre plumas y pintura por ejemplo.
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Gracias por leer!!! amaría que dejaras un comentario para saber si lo estoy haciendo bien o no en esto de escribir xD Disculpa si hay algún error ortográfico.