Calma

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Lo primero en recibirlo fue un cuadro mediano, era un paisaje de montañas mientras que la pared de donde colgaba estaba pintada de un verde manzana, a su lado había una pequeña mesa de madera con un vaso de agua y unas flores.

Hinata se levantó un poco, sentía como si un auto hubiera pasado sobre él.

¿Cómo llegó ahí?

Recuerdos borrosos bombardearon a su memoria, el ataque de ansiedad que tuvo no fue nada leve y lo último que sintió fue como su cuerpo se relajó después de un punzón en la parte de su cuello.

El chico se quitó la sabana de encima y se miró en el espejo de cuerpo completo que yacía frente a él.

Fue en ese instante que se percató de la venda que adornaba su cabeza. ¿Tan fuerte habían sido sus golpes?

Hinata si recordaba el haberse lastimado mas no creía que a una magnitud tan grande.

Inmerso en sus pensamientos no se dio cuenta que la puerta había sido abierta dando paso al chico de cabellos negros.

Traía en sus manos una charola con medicamentos y una toalla.

–Debes descansar un rato más –Kageyama dejó la charola en una mesa.

Hinata se preguntó cuánto había estado inconsciente, por el hambre que sintió dedujo que fueron horas.

–¿Es tu casa? –Hinata dejo de ver a Kageyama por el reflejo del espejo y se volteó para verlo cara a cara.

–Si, estas en mi habitación –Kageyama respondió.

–¿Que me inyectaste? –Hinata preguntó de nuevo.

Un sedante...-Kageyama titubeo.

¿Cómo es que él sabía inyectar? ¿No era ilegal para un menor de edad? Estaba cansado de pensar pero quería saber muchas cosas que Kageyama le estaba ocultando.

–Quiero ir a casa- sentenció Hinata comenzando a ponerse sus zapatos.

–Llamé a tu casa, no le dije a tu madre que tuviste una crisis, solo que te quedarías a dormir aquí, estas débil y necesitas descansar, quédate.

Hinata levantó la mirada y se encontró con esos ojos que tan le intimidaban pero que no estaba dispuesto admitir.

–No te pregunte –Hinata pasó a lado de Kageyama pero este le detuvo tomándolo del brazo suavemente.

–Quédate –Dijo una vez más.

Hinata no tenía la fuerza necesaria para salir huyendo pero el quedarse con Kageyama una noche estaba fuera de sus planes.

–Quiero irme –Hinata se soltó del agarre- no sé nada de ti, no es suficiente el que sientas atracción por mí.

El más pequeño veía una leve expresión de angustia en la mirada de Kageyama. ¿Era cierto lo que escuchó de los labios de esa chica? ¿Kageyama era un idiota como todos?

–Me gustas, Hinata me gustas pero no es fácil más bien no debo decirte acerca de mí.

–¡Entonces aléjate de mí! –Hinata no pudo evitar gritar, Kageyama en cambio mantuvo la misma calma desde el principio.

–No puedo, siento que debo protegerte.

El peli naranja cayó sentado en el suave colchón y trató de relajarse. Kageyama era imposible de entender, sus actos le hacían dudar de pensar en él como un chico bueno.

–Dormiré aquí pero me iré a primera hora en la mañana y no me detendrás ah, no vuelvas a inyectarme porque no te lo perdonaré, ahora déjame solo.

Kageyama asintió sin replicar y abandonó la habitación.

Lamento los errores ortográficos!! me estaba mudando por eso no había podido subir ningún cap

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Lamento los errores ortográficos!! me estaba mudando por eso no había podido subir ningún cap. estaré actualizando lo mas pronto que pueda :D no se olviden de votar y comentar!!!

Power ranger & señor conejoWhere stories live. Discover now