Declaración de guerra

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–¿Porque fumas?

–Creí haberte dejado en la casa de los sustos –Hinata le dio una calada a su cigarrillo.

–No eres muy inteligente –se burló Kageyama.

Hinata se contuvo de gritarle unos cuantos insultos.

–Lo digo en serio, ¿Por qué me sigues? –preguntó.

–Me gustas –respondió Kageyama– lo repetiré tantas veces quieras escucharlo.

–No soy gay, no me gustas de hecho me pareces odioso entonces ¿Por qué sigues parado a mi lado?

Kageyama tomó el cigarro de los labios de Hinata y lo lanzó desde la tercera planta donde se encontraban, a sus pies se podía ver el término del primer día del festival de la escuela, era el turno de los concurso de talentos y una banda tocaba en aquel escenario.

–No contestaste mi pregunta.

Hinata saco otro cigarrillo y volvió a encenderlo – ¿Te da asco? mejor para mí, así sabrás lo desagradable que es mi aliento.

El peli naranja fue tomado entre un par de brazos fuertes, Hinata había olvidado lo alto que era el imbécil pero a pesar de ello no se acobardo.

–Es malo para ti, el cigarro no ayuda con tu enfermedad.

Kageyama tomó el cigarro nuevamente y lo apagó sin embargo Hinata no dudo en aventarle el humo a la cara retándole.

–¿Por qué niegas tus sentimientos hacia mí? –Kageyama trató de no importarle aquella acción.

Hinata no quería enamorarse más de lo que ya estaba, lo detestaba por meterse en su cabeza cuando quisiera. No lo conocía, sabía su nombre pero no sabía nada tras ese nombre; ¿estaba dispuesto a entregarle sus sentimientos? No, el mismo se dijo desde el momento en que lo besó aquel día.

Sentía que si le abría sus sentimientos la muralla que planto en su corazón iba a desmoronarse y vaya que le había costado tanto construirla. La mirada que le lanzaba Kageyama le hacía estremecer cada fibra de su ser, desnudaba su alma y eso le molestaba, no obstante la sostuvo.

–Suéltame.

–Solo dime que te gusto, que serás mío.

–No me gustas y nunca seré tuyo –Finalizó Hinata.

Kageyama se acercó lentamente a su cuello, respiró el aroma que desprendía el peli naranja y le gusto estar tan cerca que no dudo en dejarle un casto beso antes de que el feroz gatito le propinara un golpe que eludió perfectamente.

Una distancia prudente yacía entre los dos.

–No fumes, es malo para ti pequeña mandarina –Kageyama bajó de la azotea.

Quemaba, los lugares que aquel chico había tocado y besado quemaban, Hinata sabía que eso había sido peligroso en todos los ámbitos. Empezaría el verdadero cortejo y le aterraba.

Lamento actualizar tan tarde pero cuando ya lo tenía listo el capítulo listo el archivo no apareció y casi tiro mi lap por la ventana xD

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Lamento actualizar tan tarde pero cuando ya lo tenía listo el capítulo listo el archivo no apareció y casi tiro mi lap por la ventana xD. Tuve que escribirlo de nuevo y esto salió, disculpen si no les gustó el cap

Lamento cualquier error ortográfico TT_TT

Mañana actualizo c:

Power ranger & señor conejoWhere stories live. Discover now