Power ranger & señor conejo

Policías y ladrones p.1

–Volveremos el domingo en la noche, te lo estoy pidiendo por favor –suspiró la mujer– no me hagas ir a buscarte a la estación de policías como la última vez.

–No haré nada malo mamá, ya lo repetí varias veces –bufó el peli naranja.

–Mamá no sé porque le adviertes, ya sabemos que el nunca obedece –la pequeña Natsu dijo mientras tomaba su maleta.

–Yi sibimis qui ninca ibidici –se burló Hinata.

Después de varias advertencias con su madre y peleas con su hermana por fin salieron las mujeres de su hogar. Resulta que ellas iban de visita a la casa de los abuelos de Hinata no obstante ellos vivían en otra prefectura por lo tanto su madre se tomó el fin de semana para ir a visitarlos, el peli naranja odiaba esos viajes así que se abstenía de ir.

Una hora más tarde mientras terminaba de arreglarse tocaron a su puerta y temeroso de que fuera aquel imbécil bajó con precaución y trató de mirar por la pequeña rendija de la puerta, sin tener éxito no pudo ver a nadie.

Volvieron a tocar y esta vez Hinata no tuvo más remedio que abrir la puerta.

–¡Hola! –chilló Nishinoya y sin pedir permiso entró a la casa.

–¿Qué haces aquí? –preguntó sorprendido Hinata.

–Tu mamá me pidió que viniera a cuidarte –Nishinoya sonrió mientras dejaba un mini cactus en la mesita de su sala.

–Buena suerte con eso pero voy de salida –Hinata subió las escaleras para ir a su habitación.

–No, tu mamá dijo que Sho chan no podía salir en la noche –Advirtió el más pequeño.

Hinata se detuvo, nunca pensó que aquella mujer utilizaría a su mejor amigo, que bajo había caído esa mujer.

–Bueno entonces tú vas conmigo.

–N-no, Hina va a lugares que dan miedo y además traigo a señor conejo... él debe dormir temprano –Sacó a su pequeño amigo y lo dejó a la vista del peli naranja– quedémonos en casa veamos luces de la ciudad, será divertido y nada riesgoso.

Hinata sonrió por lo miedoso que podía ser Nishinoya y a decir verdad este tenía muchas razones para temer salir con él y es que al peli naranja le gustaban las emociones fuertes, solía frecuentar los bares de mala muerte de la ciudad, le resultaba más fácil porque no necesitaba mostrar identificación alguna.

–Nunca conocerás los placeres de la vida si sigues así Noya y ya te dije, si quieres puedes quedarte en casa y disfrutar de una noche de películas mas no cuentes conmigo, tiene bastante tiempo que no salgo a divertirme un rato –Hinata no esperó respuesta y fue por su chamarra de cuero.

Nishinoya rendido no le quedó otra opción que salir con su mejor amigo, le había prometido a la mamá de Hinata que lo cuidaría y el no rompía sus promesas.

–Ya te he dicho que no se aceptan menores de edad.

–¿En serio? Vamos ya me conoces Daichi san.

Un hombre con cabello negro y de presencia fuerte limpiaba el vaso de vidrio mientras veía aquellos chicos sentarse en la barra.

–Te conseguiré una cita con Suga san –sonrió Hinata.

–No necesito una cita con el enfermero de tu instituto –rendido les sirvió un vaso de cerveza a los dos.

–Mentir es malo.

Ambos habían llegado al club cuervo, a Hinata le gustaba ir ahí porque los viernes tocaban música realmente buena.

Mientras tanto un miedoso Nishinoya tenía agarrado el borde de la playera de Hinata, no le gustaba ese lugar. El pequeño había hecho planes muy diferentes, recordaba la última y primera vez que tomó alcohol; terminó desnudo arriba de un árbol, por suerte su ropa estaba a un lado en unas ramas.

–Es lindo pero no significa que me guste.

–Ajá claro.

Hinata sabía del flechazo que su mayor tenía hacia el enfermero de la escuela, un día descubrió que estudiaron juntos la escuela media sin embargo el barman no tuvo el valor nunca de declararse y ahora ya de adultos soñaba con tener una cita con el albino pero seguía sin poder superar ese estúpido miedo a ser rechazado.

Se conocían e incluso habían charlado un par de veces con él pero de eso no pasaba a más.

–Oye ten cuidado –Hinata se quejó al ver que un hombre lo había golpeado al pasar.

–¿O si no que? enano –Retó y se burló el hombre de apariencia robusta.

Daichi sabía que no era buena idea molestar a Hinata, ese pequeño mocoso podía defenderse muy bien y definitivamente el barman no estaba para soportar peleas de borrachos, pero muy tarde Hinata ya había hecho su movimiento, tumbó aquel hombro con solo pegarle en la entrepierna, odiaba que lo llamaran enano. Nishinoya se asustó tanto que dio un saltó cuando grito aquel hombre.

–¡Agárrenlo! –el hombre gritó con una voz llena de dolor y otros matones que estaban en la mesa de billar se apresuraron a tomar a Hinata.

–¡Corre Noya! –Hinata corrió buscando la puerta trasera.

Nishinoya tomó a señor conejo que estaba a punto de caer de su bolsillo y comenzó a correr tras su mejor amigo sin embargo uno de los matones logró atraparlo y al entrar en pánico lo único que se le ocurrió fue morderlo tan fuerte como pudo.

–¡Maldito mocoso!

El pequeño chico salió corriendo y alcanzó a Hinata quien no se detenía, llegaron hasta unos callejones cada vez menos iluminados. Los corazones de ambos palpitaban a una velocidad impresionante, Nishinoya pensó que tal vez tomar el vaso de cerveza no hubiera sido tan mala idea.

–¿Sho chan a dónde vamos? –Preguntó una vez que se detuvieron a tomar aire.

–Tenemos que robar esa moto y salir de aquí lo antes posible –Una Harley negra estaba estacionada a unos metros de ellos.

–P-pero robar es malo, está prohibido –contestó temeroso Nishinoya.

Se escuchaban unas voces acercándose y eso no era nada bueno para los dos chicos.

–Si quieres quedarte aquí adelante pero yo si quiero salvar mi trasero.

Hinata buscó el cableado de encendido de la moto y una vez que lo encontró sacó uno de los tres cables que había cerca del manubrio, Nishinoya a su lado no dejaba de temblar y mirar a todos lados, a lo lejos vió a varias personas correr hacía su dirección.

–¿Qué estan haciendo? –preguntó una voz detrás de ellos.

¡Hola! en serio lamento mucho por no actualizar ayer pero tenía mucha fiebre y dolor de cabeza TT_TT

Espero les haya gustado, comenten y voten! me ayudaría mucho ;) (lamento los errores ortográficos)
¡mañana actualizo temprano!