Cenizas (Quinto Capítulo)

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"Sergio" dije un poco agitado. Tenía miedo de acercarme y el solo me veía con una cara sorprendida.
"Quieres explicar?" Preguntó. Su cara comenzó a mostrar sus líneas de expresión en la frente.
"Aquí no, vamos a un lugar más privado" dije. Nos montamos los caballos y nos fuimos a nuestro lugar favorito, el río. Todavía me acordaba de lo que había sucedido entre Sergio y yo y me preguntaba cómo era que Julián había estado ahí? Será que nos siguió? Será que se quedó a ver todo?. Me baje del caballo y lo amarre debajo de un árbol donde podía comer un poco de pasto. Sergio quién era nuevo montando estaba tratando de bajar por su cuenta pero al ver que no podía le ayude. También amarre el caballo al lado del otro para que comieran juntos. Sergio y yo bajamos por un camino de tierra que nos llevó al lugar donde habíamos tenido relaciones solo que esta vez estábamos aquí por distintas razones. Ahí le explique todo lo que había ocurrido desde el principio y él no dijo ni una palabra hasta que termine mi historia. No sabía si las expresiones de sorpresa de él eran algo bueno o algo malo pero esperaba entendiera todo lo que había sucedido.
"Esto explica porque siempre que lo veía me daba una mirada fría" dijo Sergio al terminar mi historia.
"No sé exactamente qué es lo que Julián busca ahora, yo ya no soy el mismo de antes y creo que el ha cambiado mucho también" dije.
"Y..... todavía lo amas?" Preguntó Sergio con curiosidad en la cara.
"No" dije. Lo miré fijamente a los ojos mientras lo dije. Sabía que en su totalidad no era cierto pero quería creerlo. Tal vez decir que no fue un error pero no quería que Sergio se alejará de mí por Julián. No quería que lo que había iniciado con Sergio se terminará tan pronto.
"Es obvio que Julián no te va dejar en paz ahora que estás conmigo." Dijo Sergio.

Sus palabras me hicieron sonrojar y me hizo sonreír. Me tomo de las manos y me dió un abrazo y después un beso en la frente mientras me sostenía de la cintura. El olor de su perfume mezclado con su sudor tenía una aroma muy llamativa la cual hizo que sintiera excitación al instante. Me beso en la boca mientras bajaba sus manos a mis glúteos, metió su mano dentro de mis calzoncillos y con uno de sus dedos comenzó a rodear mi ano. Mi pene endureció y sentí el pene de Sergio en mi entrepierna. Me jaló a unos arbustos cerca que tapaban todo alrededor y me comenzó a desnudar. Me volteo y levantó mi trasero para poder meter su lengua y dedos dentro de mí ano. Pasó su lengua de atrás para adelante y después en círculos mientras su mano jugaba con mi pene. Sentía una mezcla de cosquillas y placer que me ponía la espalda como piel de gallina. Me volteo de nuevo y metió su pene en mi boca. Le pase la lengua por los testículos y después a lo largo de el pene y lo volví a meter su pene completo en mi boca. Él cerró los ojos y se recargo en su espalda. Le puse saliva a su pene y me puse un poco en el ano y me monte sobre Sergio. Él me tomó de la cintura y comenzó a meter su pene dentro de mí con movimientos suaves al principio y después más acelerados. Me acerqué a su boca y lo bese sin dejar de moverme de arriba abajo como dando sentadillas. Sergio jalaba mis caderas hacia abajo, y yo sentía su pene pulsar dentro de mí. El tomó mi pene y comenzó a frotar rápidamente como dándome a entender que no aguantaría más. Yo sentía que terminaba así que me movía más rápido también, los dos tratando de terminar al mismo tiempo. El término en mi y yo en su abdomen, Sergio tenía una de sus manos en mi cadera que seguía jalandomela hacia abajo. No quería que me moviera y tenía una sonrisa en la cara.
"Se... que no es la forma indicada.... Pero... quieres ser mi novio?" Me preguntó. Sergio estaba agitado, sudando, pero con una sonrisa grande.
"Si" le dije con una sonrisa. Me acerqué a su cara y le di un beso.

Al llegar a mi casa Sergio me invitó a comer con sus padres. Dijo que era tiempo de que los conociera y quería evitar algún encuentro con Julián. Su casa estaba un poco más cerca de el centro del pueblo. Era una casa de ladrillo rojo con techo negro. La entrada era un portón con una puerta más pequeña blanca. Al entrar ví que su patio estaba lleno de plantas. Tenía un corredor bastante amplio afuera, habían sillas y una mesa redonda de cristal. Entramos a la sala donde su padre se encontraba leyendo. Era un hombre de estatura baja, tenía el cabello negro y algunos rasgos similares a los de Sergio cómo su nariz y cejas. Nos miró y abrazó a su hijo con una sonrisa.
"Pensé que no llegarías, tu madre ya tiene lista la comida" dijo el padre de Sergio.
"Papá, este es Luan. Luan este en mi padre Ernesto" dijo Sergio. Estire mi mano para saludar al señor pero él me dió un abrazo.
"Ya era hora de conocerte" dijo Ernesto con una sonrisa y riendo un poco.
"Mucho gusto señor" dije.
"Llámame Ernesto" dijo Ernesto. "Amelia! Ven para acá!" Gritó Ernesto hacia la cocina donde se encontraba su esposa. Ella era una mujer alta y delgada así como Sergio y tenía los labios parecidos a él. Sus ojos eran amables y sin sonreír ella se veía alegre. Le dió un beso a Sergio y después me tomó de las manos y me miró de pies a cabeza dándome una sonrisa.
"Eres más apuesto de lo que imaginé" dijo Amelia.
"El es Luan, y Mamá por favor no lo avergüencen" dijo Sergio.
"Claro que no hijo, solo que nunca has traído a un chico a la casa" dijo Amelia. Ella ahora también sonreía y sentí mis mejillas calientes.
"Mamá!" dijo Sergio con desesperación.
"Vamos, vamos, ya está todo listo" dijo Amelia y nos llevó a la cocina.

Vidrios Rotos (1er Libro) (Terminado)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora