5: La muerte

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Capítulo 5: La muerte

En la nube de desesperación y tristeza en la que me encontraba, podía sentir una nueva sensación.

Esperanza.

La policía había encontrado a un hombre que cumplía con todas las carecterísticas del señor White, mi padre. Se encontraba gravemente herido, con mucha pérdida de sangre, pero los doctores creían que sobreviviría.

Entré al hospital junto con mi hermano, y casi corrimos al policía que nos esperaba junto a un servidor del hospital. El frio viento colado por las ventanas del hospital provocaron escalofrios a mi estaciado cuerpo. Ni las camillas con personas heridas, ni el horrible edor a medicina, ni el personal corriendo de un lado a otro, podían distraerme de mi objetivo principal. La habitación 47.

El oficial de policia abrió caballerosamente la puerta para mi, acompañado con una "encontadora sonrisa" de dientes amarillos y retorcidos, y la dejó cerrar para mi hermano. Reconozco que a la edad de 17 años despierto deseos en los hombres no tan dignos de admirar. Sí Richard no hubiera estado tan distraído por el asunto del hombre que tal vez sea nuestro padre, se habría detenido a darle una buen susto por como me miraba aquel oficial de policia.

Entramos a la habitación, fría y poco acogedora para cualquiera que entrara en ella, sin ninguna decoración más que la ventana que daba vista a un paisaje no tan consolador. El clima a fuera era como casi todos los días, nubes grises tapando al amable y caluroso sol.

Mi corazón dió un giro doloroso, cuando mi mirada encontró al Doctor Cullen examinando aquel hombre, el cual definitivamente no era mi padre. Richard al percatarse de lo mismo, maldijo y salió nuevamente por la puerta dejandome sola. En cambio yo, me acerqué aquel hombre moribundo.

-¿Sobrevivirá?- Le pregunté al hermoso hombre a mi lado. No quería verle directamente, mucho me estaba costando sacar su imagen, su voz, y su aroma de mi mente desde la última vez que lo ví. El doctor Cullen tiene 22 años, es 5 años mayor que yo, y además, es un hombre casado; tener sentimientos por él es lo más tonto que podría hacer.

Carlisle guardó silencio, y luego mormuró un casi inaudible "no".

-Pobre hombre, ¿quien le haría algo así? Dejarlo a la deriva del bosque, herido y con un frio horrendo.- Me lamenté.- Además le han quitado todo, caballo, dinero, y su identidad. La policía no sabe quien es, y yo tampoco. Morirá como un desconocido a los ojos del mundo, su familia debe de estar preocupada, tal vez tenga una hija que al igual que yo esté desesperada por encontrar a su padre.

El doctor Cullen quien había permanecido en silencio escuchandome, colocó sutilmente su mano en mi brazo derecho, pareció dudar antes de girarme y rodearme con ambos brazos hasta pegarme a su pecho. No había llorado hasta hoy, me había prohíbido seguir llorando desde aquella noche en la que soñé estar en el cementerio llorando a mi madre.

Parecía que el doctor Cullen sabía que no lloraba por aquel hombre moribundo a un lado mío, sabía que lloraba por mi madre, y por mi padre.

Hace unos meses no miraba a la muerte como lo hago hoy. Antes pensaba en la muerte como una amiga que pasaba a recoger tu alma herida, cuando tu hora llegaba. Creía que la muerte no nos roba a los seres amados. Al contrario, que no los guardaba y nos los inmortaliza en el recuerdo, pero, me doy cuenta que si nos los roba, y definitivamente. Se los lleva sin permiso, sin previo aviso, sin mirar cómo, ni donde, ni cuando, sin mirar el daño que dejará.

La muerte es egoísta, sólo piensa en ella, nunca en los deseos de la víctima, ni los de sus allegados. Recuerdos, la muerte sólo deja recuerdos que se pierden en las imperfectas memorias. Lagrimas, dolor, desesperación, promesas y metas sin cumplir, eso deja.

✔️Media Luna [CREPUSCULO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora