Capítulo 8

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Esta mañana cuando iba camino a la ceremonia con mis padres no vimos ningún cerdo ni un funeral en el camino.
¿Entonces porqué esto no es como yo creía que seria?
Ojala hubiese llovido pero tampoco sucedió ¿Será eso un mal augurio?*

Ya no sé que pensar, nunca he creído totalmente en las creencias de las Highlands pero ahora me estoy cuestionando muchas cosas.

Mi mente viaja al día del “Creeling the
bridegroom”* *aún no puedo creer que James aceptara hacerlo.

Ese día me desperté con el sol de lo preocupada que estaba. Desde la noche anterior mi padre, Sam y William habían estado llenando la cesta con rocas, les rogué que no fueran tan agresivos pero así era la costumbre así que no pude hacer nada más.
Al amanecer me apresure a arreglarme y salí al jardín pero mi madre y Madeleine me obligaron a entrar nuevamente. El solo hecho de imaginar a James haciendo lo del cortejo provocaba que me temblaran las manos de impotencia.
Me apegue a la ventana toda la mañana y cuando lo vi pasar casi salto por la misma para alcanzarlo.
—Debe dar por lo menos un recorrido completo. Me reprendió Madeleine
—Es muy romántico que lo haga, además es una costumbre.
—Ya lo sé, mamá.

Espere y espere y los minutos se me hacían eternos.

Cuando lo vi aparecer de nuevo por la ventana corrí entre un lío de faldas hasta la puerta y sin importarme los reclamos de mi hermana corrí hacia él y lo bese.
Fue un beso rápido y apresurado pero lo único que yo quería era que se deshiciera de la maldita cesta.
Y cuando lo hizo lo bese de nuevo y esta vez de verdad.
—Te amo. Susurró contra mis labios.

Siempre nos hemos tenido mucha confianza, pero ahora no puedo hablar, no puedo decirle qué es lo que me pasa porque ni yo misma lo sé.

—¿Olivia?
Su voz entra en mi tan clara, tan normal que no me sobresalto.
—¿Falta mucho para que esto termine?
—¿Qué?
—No me malentiendas, es que estoy muy cansada.
—Estamos cerca de media noche, aun falta el discurso de tu padre.

No puedo evitar sentir una opresión en el pecho al pensar en mi padre ¿como podrá pararse en frente de todos y hablar de mi matrimonio? De un matrimonio que el arreglo, ¿Porque me ha mentido así? ¿Porque puso en juego mi amor de una manera tan vil? No lo entiendo.

—Perdoname, James
—No hay nada que perdonar, amor mio
—Si lo hay, estoy arruinando nuestro día
—Olivia, mi Olivia no estas arruinando nada, entiendo que puedas estar cansada, nerviosa, esta noche será especial y algo totalmente nuevo.
—Nuevo para mi.
—¿Cómo estás segura de eso?
Su expresión me hace reír, de verdad que es un buen actor, esa cara de sorpresa podría convencerme si no conociera a sus amistades.
—¿Me vas a decir que eres virgen?
La palabra 'virgen' me sale en susurro y solo con pensarlo mi rostro debe parecer un tomate.
—Por supuesto que sí.
Y eso me hace reír aún más.
El guapísimo y conocido James siendo virgen a su edad, imposible.
—James, me avergüenza hablar de esto.
—Pero te he hecho olvidar lo que te afligía.
—Cierto.
Pero ahora lo he vuelto a recordar y me abrazo a él para sentir su calor.
—¿Así que virgen?
Preguntó riendo contra su pecho.
—Solo para que quede claro, soy virgen no un santo, he hecho cosas.
—¿Qué? ¿Con quién?
No puedo evitarlo, una pizca de celos se clava de pronto en mi.
—Soy un caballero.
—Desde hoy serás solo mi caballero.
—Siempre lo he sido, amor mio.

—Lamento interrumpir.
—¿Cómo se atreve a entrar aquí, señor LeFleur? ¿Porqué sigue aquí?
—James calma.

Yo creí que Bastian se había ido después del golpe que James le propino.
—La entrada es libre, según sé y además no he hecho nada malo como para marcharme.
—¿Decir que conoce mejor a mi esposa que yo mismo no le parece suficiente?
—La verdad nunca será una ofensa.

Siento el cuerpo de James vibrar de furia, así que tomo una de sus manos para asegurarle que estoy con él sin importar lo que Bastian diga.

—Quisiera hablar con la señorita. Me señala con un dedo y eso es lo peor que puede hacer frente a James.
—Mi esposa no es ningún objeto, cuide sus maneras. Le pide mas tranquilamente de lo que yo hubiera esperado.
—Lamento eso y como estoy de acuerdo con usted en que Olivia no es un objeto por lo mismo ella puede responder, ¿Podemos hablar a solas? Me pregunta directamente y siento como James aprieta un poco más mi mano.

—Yo no creo que sea correcto.
—Es algo muy importante.
—Solo un momento
El que yo acepte su propuesta tan fácilmente es algo que sorprende a James pero en voz baja le aseguro que todo estará bien y que solo lo hago para que Bastian se marche antes de causar más problemas.
Dudando, James asiente y me besa muy apasionadamente, ese el el hombre escoces que en el fondo, quiere mostrar que soy suya y yo se lo permito porque sé que es su manera de defenderse y sentirse seguro aunque no estoy de acuerdo con su manera de actuar.

Nos deja solos a mi y a Bastian, respiro entrecortadamente por que el beso me dejo sin aliento, literalmente.
No puedo evitar el rubor que ahora cubre mis mejillas pero Bastian parece no notarlo.
Lo veo apretando las manos en puños y con la mirada perdida.

—Señor LeFleur.
—Disculpa, Olivia.
Se recompone rapidamente y se acerca un poco a mi para hablar.

—Lo amas.
Lo dice como una afirmación y la amargura en su voz me confunde un poco.
—Es mi esposo.
—Lo sé.

El silencio se alarga y su mirada me pone nerviosa, no sé que quiere decirme, yo quiero respuestas pero tengo miedo de preguntar.

—Tus ojos brillan, las mejillas están sonrojadas, tu respiración es acelerada y su olor esta en ti.
—¿A dónde quiere llegar con esto? Me está incomodando de nuevo, Bastian
—Esto tampoco es fácil para mí porque así eras cuando estabas conmigo, cuando me amabas.
—Me estoy cansando de esto. Niego con la cabeza intentando aclarar mis pensamientos.
—Olivia, tienes que escucharme y creerme, si cierras la mente no lograré nada y estaremos así toda la noche.

Yo enamorada de él. No puede ser cierto, es totalmente imposible.

—De acuerdo-lo pienso un momento antes de preguntar-¿De que es mi cicatriz?
—Esa es una buena pregunta.

Sonríe y esa sonrisa despierta algo en mí.

Un recuerdo, un sueño.
Esa sonrisa la vi en uno de mis sueños, mejor dicho, en una pesadilla.

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* Si durante el
camino hacia una boda escocesa se encontraban un cerdo o un funeral,
debían reiniciar el paso desde el principio ya
que era señal de mala suerte. Si por el
contrario encontraban un gato negro, un
cordero, un sapo, un arcoíris o había una
pequeña lluvia, simbolizaba que la suerte les
acompañaría.
** “Creeling the
bridegroom” : el novio cargara a su espalda una
gran cesta llena de pesadas piedras y cruzara
el poblado de un extremo a otro hasta que su
mujer saliera de su casa para entregarle un
beso. Quizá un cortejo algo sufrido, pero les
funcionaba!

Creí enamorarme.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora