Capítulo 19

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¿Porqué seguimos aquí? ¿Cual es la verdadera razón de que Bastian ni muera y de que yo reencarne?

¿Puede ser posible que nuestro amor sea tan fuerte que ni el hilo de la vida logre romperlo?
Si es así, entonces estoy cometiendo un grave error.

Pero estar con un hombre que amo desde hace años no puede estar mal, él me ama y me lo ha demostrado con creces.

—¡Merde!
Esa voz y ese idioma son de Bastian, el carruaje se detiene de golpe por segunda vez y en menos de un segundo estoy de nuevo bajo la lluvia.

Corro al frente del carruaje y me encuentro con Bastan sobre unos de los caballos, James llega corriendo tras de mi y nos observa a ambos sin entender nada.

Y la verdad es, que yo tampoco entiendo.

—Buenas noches. Saluda Bastian como si fuese totalmente normal estar sobre unos de los caballos de un carruaje.
—¿Qué es lo que usted busca?
James esta muy molesto y aunque lo entiendo me molesta su actitud.

Bastian, sin embargo, nos observa con una media sonrisa y con lentitud baja del caballo, se acerca a mi y me toma por sorpresa cuando su mano rodea mi cintura y me aparta de mi marido para acercarme a él.

James, atónito ni hace más que observarnos, los tres completamente empapados somos algo ridículo o dramático, según se vea.

El intenso e incómodo silencio se rompe con el sonido de otro carruaje que se acerca, deteniéndose a nuestro lado, bajan mi hermana y Sam.

—¿Qué esta pasando aquí? Sam nos observa a los tres con el ceño fruncido mientras Madeleine baja a tropicones del carruaje.
—Este... Este... Este hombre interrumpe mi boda cada cinco minutos, desaparece con mi esposa cada vez que le viene en gana y ahora se interpone en nuestro camino y se adueña de mi esposa como su tuviera todo el derecho del mundo.
—Señor, le recomiendo calma.

Todo se queda en silencio nuevamente y yo no puedo hacer más que aferrarme a Bastian y bajar la cabeza.

El corazón me late acelerado y el impulso de morderme las uñas es demasiado fuerte.

Sam y James se miran a los ojos y yo conozco a la perfección esa mirada, ambos se conocen también desde niños y sin palabras puedo ver que se han puesto de acuerdo para atacar.

Cuando la mano de James va hasta el ligar donde se encuentra su puñal mi primer impulso es correr hacia él y detenerlo pero Bastian me mantiene bien sujeta, lo miro sin comprender y con un gesto de cabeza me hace mirar hacia mi hermana.

—¡Pero que estupidez! La voz de Madeleine es pastosa y las palabras le salen revueltas por el alcohol en su cuerpo.
—Madeleine, deberías volver al carruaje. Mi hermana ignora a su marido y se acerca, no sin dificultad, a James.
En mitad de camino tropieza con sus propios pies pero James esta cerca y evita que caiga.
Una risita nerviosa escapa de los labios de mi hermana cuando se abraza con más fuerza de James.
—Amor, hace tanto que no me tocabas así.
—Ese es James, cariño. Aclara Sam
—Lo sé.

Me es casi posible escuchar mi corazón romperse.
El aire abandona mis pulmones y las piernas se me doblan, si no fuera por Bastian ahora mismo estaría en el suelo.

—¿Qué estas diciendo, Madeleine? Sam esta claramente conmocionado.
—Solo esta ebria.
—Si estoy ebria, pero eso no tiene nada que ver.
—¿Qué esta pasando?
La tensión en la voz de mi cuñado refleja perfectamente lo que al parecer todos sentimos.
—Anda, Jamie dice los.
—¿Decirnos que?
—James no te ama, hermanita, "tu hombre perfecto" me ama a mi, me desea a mi y solo me ha tocado a mi. Hemos estado juntos innumerables veces desde hace dos años pero por alguna razón te eligió a ti, a la "perfecta Olivia" ¡solo para cumplir con un estúpido contrato!

No, no, no, no, no.

Creí enamorarme.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora