El viento frío azota mi rostro en cuanto pongo un pie fuera del salón.
Mi seguridad para saber más sobre Bastian mengua en cuanto más me alejo.Lo que estoy haciendo no es correcto, abandonar a mi marido justo la noche de nuestra boda no está bien.
Entonces ¿Porqué no doy la vuelta y regreso a sus brazos?Porque el sudor sigue en mis manos, la agitación sigue en mi corazón y el horror de imaginar a otro hombre usando mi cuerpo frente al hombre que me amaba con el solo propósito de hacerle sufrir se siente real.
Mi corazón late más deprisa cuando veo a lo lejos a Bastian y mis piernas, aunque tiemblan, aceleran el paso.
Llego a su altura entre jadeos y maldiciendo más que nunca al corsé.—¿Qué haces aquí?
El tono agresivo de su voz me hace dar un traspié, parece notarlo porque se apresura a disculparse.
—Quería saber si se encuentra bien.
—No, Elise, lo siento, Olivia. No me encuentro bien. Sonríe amargamente.
—Parece que me culpa de su malestar, señor LeFleur
—Cada vez es más difícil estar a tu lado.Guardo silencio intentando comprender a qué se refiere, se niega a mirarme directamente por lo que tomando una gran bocanada de aire me acerco a él, con decisión toco su hombro para que me mire y doy un pequeño grito cuando sus manos se posan en mis hombros y acerca mi cuerpo al suyo.
—No sabes, no entiendes, no comprendes.
—¿De qué me habla? Y suelteme.
Ignora mis palabras y con voz temblorosa, casi en susurros, parece perderse en si mismo.
—Te veo, a Elise. No sabes lo difícil que es tenerte tan cerca y no poder tocarte, mis manos arden en deseos de acariciarte, de perderse en tu cabello. No entiendes lo doloroso que es ver tus labios y recordar su sabor, su dulzura pero no poder besarlos. No comprendes lo difícil que es ver tus ojos y notar que no hay ni un ápice de reconocimiento, escuchar tu corazón latir cerca mio y saber que no late por mi sino por otro hombre. Esto me mata, tu me estas matando y lo peor es... Que quiero que lo hagas.Con un nudo en la garganta me aparto de Bastian, cierra los ojos preso de la frustración, sus manos forman ahora dos apretados puños que ponen blancos sus nudillos, su respiración es acelerada y mi voz sueña dolorosamente ahogada cuando hablo.
—¿Qué pasó con nosotros después de lo del bosque?
Sus ojos se abren desmesuradamente.
—¿Quiere decir eso que me crees?
—Quiere decir que deseo saber la verdad.
—Me basta con eso, por ahora.
«Te dejaron a mis pies, los muy cobardes se marcharon creyendote muerta. Yo estaba destrozado pero tenia la esperanza de que siguieras conmigo, me acerque rápidamente a ti sin importar el dolor de los golpes que me habían dado y sentí el más grande alivio a ver que aunque débilmente, tu pecho subía y bajaba, respirabas, seguías viva. Saqué fuerzas de donde no las tenía, te cubrí lo más que pude con mi saco ensangrentado y te cargue, tenia que llegar al pueblo, con un doctor, porque temía perderte.
Con el paso de los minutos mis fuerzas menguaron y con un grito de impotencia caí de rodillas, ya lograba ver a algunas personas pero me desmaye antes de ser capaz de pedir ayuda.
Desperté dos días después y con pesar me di cuenta de que estaba en prisión, en una maldita celda húmeda y fría.
Al final alguien nos había encontrado pero equivocaron las cosas.
Me acusaron de haber abusado de ti y de intentar asesinarte, cuando se adentraron en el bosque y descubrieron el cuerpo de la anciana me tomaron como culpable. Tu prometido y su hermano declararon en mi contra. Nadie creyó en mi, mi palabra no valía nada contra la suya.
Me dijeron que estabas viva y apunto de casarte, lo primero al menos fue un alivio.
Me condenaron a la horca.
Cuando llegó el día deseaba morir, no podía soportar vivir sabiendo que te había fallado.
Había mucha gente reunida para ver mi muerte y la de otros tres pobres diablos condenados por otras cosas.
Me negué a mirar a nadie pero cuanbo me colocaron la soga alrededor del cuello me obligaron a levantar la cabeza. Y ahí estabas tu, intentabas apartar la mirada pero tu prometido te tenía bien sujeta, el muy desgraciado quería que vieras. Tus ojos estaban llenos de dolor y las lágrimas surcaban tus mejillas, te implore perdón con la mirada y me mantuve firme, no podía permitir que te culparas por mi muerte, nuestro único pecado había sido el de enamorarnos. El piso de madera bajo mis pies se abrió de par en par y todo se oscureció.
Debí morir pero no fue así. Desperté en medio de docenas de cuerpos, la garganta me dolía horrores y no podía hablar, supuse por la presión de la cuerda cuando me colgaron. A pesar de saber que eso no podía ser posible, que no podía seguir vivo después de un ahorcamiento lo único que ocupaba mi mente eras tu. Te busqué como loco, siempre cubriendome las espaladas para no ser reconocido. Cuando logré llegar a la casa de tu prometido había muchas personas ahí reunidas, incluidos tus padres, con dolor pensé que era tu boda la que celebraban pero era todo lo contrario...
—¿Qué era entonces? ¿Qué celebraban?
—Un funeral.
—¿Mi prometido? ¿Había muerto?
—Ojala hubiera sido él pero no, la persona que estaba en el ataúd eras tu.
Un vacío en mi pecho me impide respirar, y un escalofrío me recorre la espalda al oír esas palabras.
—¿Cómo es que...
—Te habías quitado la vida, el dolor de mi supuesta muerte te había sumido en la culpa y no lo soportaste, habías ingerido veneno.
«Saber que mi muere había sido la causante de la tuya me destrozó por completo y quise morir también, primero marque en mi piel la misma cicatriz que seguramente te había hecho la anciana pensando que si nos encontrábamos en el otro mundo así sabrías que era yo, me lance al río, todavía recuerdo el ardor en mi pecho y la desesperación por coger aire mientras el agua me engullía. La corriente me arrastro por horas y cuando por fin toque tierra me desmaye. Cuando desperté de nuevo lo entendí. No podía morir, mi castigo seria vivir cargando con la culpa por tu muerte. »
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Creí enamorarme.
RomanceEl día más feliz en la vida de Olivia es hoy, pues por fin verá cumplido su sueño de casarse con James. James es un reconocido actor de teatro y en palabras de la misma Olivia "es el hombre perfecto, mi primer y único amor". Pero algo inesperado suc...