XIII

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Yixing llegó a Yau Ma Tei entre el calor del verano, una fina lluvia y el ajetreo de las calles, Zitao dejándole a unos pocos metros de distancia de su casa. Se le hacía raro volver a pesar de que solo había estados dos días fuera, pero con todo lo que había pasado en tan poco tiempo parecía que había perdido la percepción del tiempo.

Bajó del coche respirando el olor de la zona, tan diferente al de Almiralty. Pudo ver desde donde estaba que el restaurante estaba lleno de sus clientes habituales del mediodía. Jóvenes que salían de sus clases y pedían algo de camino a casa o algún trabajador en busca de un plato caliente que llevarse al estómago tras la jornada de la mañana. Cerrando la puerta del coche, Yixing se giró despidiéndose de Zitao que se había quedado de pie al otro lado del coche.

Había dado un par de pasos cuando la voz de Zitao le llamó la atención, detrás de él.

-Él no sabía nada -Yixing se giró, encontrándose con la mirada afilada de Zitao, el chico vestido como siempre en su traje negro y camisa blanca a pesar del calor que hacía.

Lo sé, se dijo Yixing. Porque en el fondo lo sabía, lo había visto en la mirada sincera de Yifan cuando le dijo que no dudase de él. Cerró los ojos soltando un suspiro. Sabía que el hecho de que lo hubiera hecho y lo hubiera expresado talmente le había dolido a Yifan.

- No olvides que para él esta situación es tan difícil como lo es para ti.

Yixing abrió los ojos. Zitao siempre le llamaba la atención porque no solía hablar, haciendo más el papel de observador silencioso. Las veces que se habían visto le había dicho unas pocas palabras a Yifan o se había mantenido a unos metros de ellos, pendiente del escenario que les rodeaba. Le parecía una persona peculiar. Era más joven que él o que Yifan pero aun así hablaba con palabras justas y cuidadas, con una serenidad que le llamaba siempre la atención. Tenía una mirada que podía resultar intimidante a primera vista pero detrás de ella se escondía una persona que Yixing había llegado a apreciar. Había observado el curioso vínculo que tenía con Yifan, forjado tras años de confianza, respeto y un entendimiento mutuo. Yixing se alegraba de que Yifan tuviera una persona como Zitao velando por él.

Pensó en las palabras que le acababa de decir sin comprenderlas del todo.

- ¿Por qué lo dices?

-Piensa en lo que te dijo y lo sabrás -dijo, empezando a darse la vuelta pero parándose un momento-. Y Yixing, eres la única persona que ha dejado acercarse tanto a él.

Y con ello se alejó de él para subir de nuevo al coche, Yixing quedándose mirando cómo se alejaba calle abajo y desaparecía al torcer hacia otra dirección.

Subió la escalera que llevaba a su casa sumido en sus pensamientos, abriendo la puerta de la calle y entrando en el piso de manera automática. La primera persona con la que se encontró fue su abuela, que se sorprendió al verle de vuelta. Le dio la bienvenida con un abrazo y una sonrisa en su cara risueña, la cual Yixing había echado en falta sin haberse dado cuenta. De repente sintió que quería que le abrazase eternamente.

- ¿Tanto me has echado de menos que no quieres soltarme? Si sólo han sido dos días, Yixing -le dijo su abuela con voz alegre, Yixing separándose al final de ella-. Aunque tendrías que haber visto a tu padre, ¡tan preocupado!

Yixing pudo ver que su padre estaba sentado en la mesa del comedor organizando el correo. Parecía haber envejecido aún más de repente desde la última vez que había hablado con él, sus ojos apartándose de Yixing cuando sus miradas se cruzaron. Le dio un beso en la mejilla a su abuela diciéndole que iba a descansar un rato, obviando a su padre al pasar junto a él. No se veía capaz de cruzar palabras con él, no en ese momento.

[kray] Like a Typhoon in Mid-SummerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora