11. La voz de Grindr no sabe poner una lavadora

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Aviso que al final del capítulo hay una escena que puede herir la sensibilidad de algunas personas. No es muy explícita, pero por si a caso ya he avisado. 


El sábado por la mañana Raoul se levantó con un nudo en el estómago. Prácticamente no fue capaz de desayunar nada –un simple zumo y media tostada –y ya no le quedaban uñas que morderse.

En unas horas iba a conocer a Antonio, y estaba más nervioso de lo que había estado en su vida. Tenía la cabeza llena de dudas, no dejaba de imaginarse situaciones buenas y malas. ¿Y si en persona resultaba ser diferente? ¿Y si Raoul se quedaba mudo de los nervios? ¿Y si a Antonio no le gustaba él?

No dejaba de hacerse preguntas absurdas que le ponían cada vez más nervioso. Pero había una que le preocupaba más que todas las demás.

¿Y si cuando le beso no siento lo mismo que con Agoney?

Últimamente estaba muy confundido con el canario. Estaba claro que algo había cambiado entre ellos, pero no sabía ver el qué. Agoney se mostraba mucho más alegre y despreocupado con él. Le besaba cuando le apetecía y le miraba de una forma que a Raoul le asustaba un poco. Porque tenía la sensación de que él miraba a Agoney de la misma forma. Raoul había estado convencido de que quería estar con Antonio, que él era el chico del que estaba enamorado. Pero ahora, con ese cambio en su relación con Agoney, no lo tenía tan claro. ¿Y si al final era Agoney el que realmente le gustaba pero él había estado cegado con Antonio? Probablemente lo descubriría aquella misma tarde, y por eso estaba tan nervioso.

Intentó aprovechar la mañana y ser un poco productivo haciendo algún trabajo, pero enseguida se cansó y cogió el móvil. Casi se le cae al suelo al ver el mensaje de Antonio.

Bloqueó de nuevo el móvil, sin ni siquiera contestarle

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Bloqueó de nuevo el móvil, sin ni siquiera contestarle.

Intentó no enfadarse con él, de verdad que lo intentó, pero le estaba costando mucho. Lo de su hermana le sonaba mucho a excusa. Justo cuando se iban a conocer, qué casualidad.

Tal vez es que nunca había querido aquello. Siempre era Raoul quien daba el primer paso en esa "relación" y parecía que Antonio decía que sí a todo para quedar bien. Quizá el chico realmente era majo, pero no quería nada con Raoul y por eso estaba empezando a darle largas.

Vaya iluso, siempre igual.

Siempre se ilusionaba y acababa siendo el único que lo había hecho, porque al final resultaba que no era recíproco.

Suspiró, intentando no sacar todos sus pensamientos negativos solo por aquello. Quizá Antonio le había dicho la verdad.

Lo único que podía hacer era esperar y ver como seguía la cosa.

*^*^*^*^*^*^

Agoney le daba vueltas a la infusión con la cucharilla mientras esperaba a que Miriam y Amaia empezaran a hablar. Estaban en el bar de siempre, lo habían citado allí para decirle algo, pero todavía no habían dicho nada. El chico se sentía cada vez más incómodo y el silencio no hacía más que trasladarle a aquellos odiosos pensamientos que tenía desde que había cancelado la cita con Raoul.

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