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Desde que Abner y yo tuvimos sexo no he parado de pensar que tal vez no estuvo bien. Claro, lo disfruté, pero no creo que haya sido lo correcto... ¿Cómo podíamos seguir siendo amigos después de aquello?...Él actuaba como si nada hubiese pasado y yo no sabía cómo hacer.
Ese día veo a los chicos juntos a la entrada del colegio y los saludo, Nate está un poco raro, dice que tiene una emergencia y se va.

- ¿Y a este que le pasa?- le pregunto a Abner.

- No lo sé, ha estado así desde la última vez que nos reunimos en el sótano.

- ¿Crees que lo sabe?

- No lo creo, siento que no le hemos dado indicios.

- Tienes razón...

- ¿Y si no entramos por hoy?

- ¿Quieres que faltemos?

- Sí, vamos a hacer otra cosa.

- ¿Qué quieres hacer?

- Vamos a pasear o algo...

- Sí, vamos.

Mientras caminamos él habla de muchas cosas pero no lo escucho, estoy perdida tratando de entender que debo hacer, si siento o no algo por Abner...

- ¿En qué piensas?- dice él.

- En nada...

- ¿En nada?

- No sé qué decirte...

- Sabes que puedes contarme cualquier cosa.

- No sé, es que no sé en dónde estamos parados en este momento, nosotros dos.

- ¿Quieres que yo te lo responda? Estamos parados donde queremos estar.

- Es que no sé, desde lo que pasó me siento extraña...

- Debemos dejar que fluya, preciosa, somos amigos... Solo que amigos especiales, no nos hace menos amigos.

- Supongo.

- Además tú eres lesbiana, esto es una cosa de una vez, bueno, a menos que tu quieras que sea algo de más veces...

Le doy un pequeño golpe en el hombro:

- ¡Ya! Pero... ¿Qué le decimos a Nate?

- ¿Eso quiere decir que habrá más ocasiones?

- No sé...

- Tomaré eso como un sí.

Mi mejor amigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora