Capítulo 15

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Cuando entro al departamento, inmediatamente busco en el baño el cubo de primeros auxilios para ver si encuentro una pastilla anticonceptiva de emergencia, sé qué Harriet guarda aquí lo necesario

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Cuando entro al departamento, inmediatamente busco en el baño el cubo de primeros auxilios para ver si encuentro una pastilla anticonceptiva de emergencia, sé qué Harriet guarda aquí lo necesario. Busco y encuentro lo que necesito, gracias al cielo que decidimos comprar esto el día que fuimos al centro comercial. Voy a la cocina y sirvo en un vaso jugo de naranja para poder tomarme la pastilla. No me gustaría quedar embarazada y mucho menos del idiota, pero malditamente bueno en el sexo, de Soholob.

— ¡Vaya! Hasta qué apareces — Harriet entra al departamento con una bolsa de comida de la cafetería. Ni siquiera me había dado cuenta que no estaba aquí.

— ¿De qué hablas? Son las ocho y apenas estarías levantandote — rueda los ojos — Rompiste récord — me burlo.

— Atala Jackson son las nueve y media de la mañana, tardaste demasiado en el gimnasio — meto la mano en mi sudadera y no encuentro mi celular.

¡Dios mío! No está!

— ¡Maldición! — Harriet me mira confundida — Olvidé mi celular — tomo las llaves del departamento y salgo ignorando las preguntas de mi amiga.

Corro como el viento y en el camino intento hacer memoria de dónde lo deje. Espero y mi celular haya quedado en el armario. Por favor que esté ahí.

Llegó al edificio e ignoro a Luka y sigo de largo hasta mi objetivo. Abro el armario y busco mi celular por el piso, encima de las escobas (lo cual es estúpido pero lo intento) y por el pequeño mueble de productos de limpieza que está pegado a la pared.

— ¿Atala? — Luka entra al armario — ¿Que buscas? —

— Mi celular — respondo inquieta pues no tengo tiempo para hablar con él.

— ¿Tú celular? — murmuro un "Sí" sin mirarlo pues está a mi espalda — ¿Por qué tú celular tendría que estar aquí? —

— Es que se me cayó y ... — ¡Estúpida! No le vas a decir lo que hiciste con su amigo, es un secreto. Cierto! — En el gimnasio se me cayó y Kloëh me dijo que lo dejo en el armario — le miento.

— ¿En el armario? No era mejor dejarmelo a mi? — ¡Carajo!

— Sí pero... — ¡Inventa algo más! — me dijo que si te lo dejaba lo iban a reclamar y no iba a permitir que alguien que no es su dueño lo obtenga a base de mentira — sigo buscando con la mirada hasta que lo encuentro a lado de uno de los botes de basura que había en una esquina del armario — ¡Aquí estás! — lo levanto y lo guardo en mi pantalón — Le debo una a Kloëh lo escondió muy bien para que nadie lo encontrará — le sonrió débilmente.

— Así es, tan bien escondido que ni tú lo encontrabas — se burla de mi.

— Bueno. Gracias por tu ayuda, detective Luka — rueda los ojos — Lo tuyo no es cantar, de hecho es hacer demasiadas preguntas y no ayudar —

Miss Jackson Becket©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora