Capítulo 14

3.3K 308 26
                                    

La cuestión es la siguiente:¿Por qué no siento ningún remordimiento? Digo, es un caso típico de un odio y una atracción igual de intensas

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

La cuestión es la siguiente:
¿Por qué no siento ningún remordimiento?
Digo, es un caso típico de un odio y una atracción igual de intensas. No hablo sobre "Amor" y todas las cosas que con llevan a "enamorarte" de esa persona. Andrya no es "esa" persona para mí, no creo que su manera de ser me atraiga más allá de lo que ambos hicimos hace un par de minutos...

El beso subió de tono, ni siquiera me había dado cuenta en que grado subía, hasta que solo entramos en una habitación que parece ser un armario de limpieza

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

El beso subió de tono, ni siquiera me había dado cuenta en que grado subía, hasta que solo entramos en una habitación que parece ser un armario de limpieza. Ambos chocamos con los artículos de limpieza y a mí se me escapa una risita. Dejamos de besarnos para poder tomar aliento y pueda quitar de mi cuerpo la sudadera negra.

— Vaya! — sisea él mirándome como si fuera algo realmente comestible pues he quedado en top deportivo y pantalón deportivo — Veamos que hay aquí — toma el cierre del top y lo baja lentamente. ¡Que tortura! — Estupendo — cuando estoy apunto de preguntarle qué a que se refiere con eso, estampa de nuevo sus labios con los míos. Empieza a descender por mi barbilla, cuello, hombro y finalmente llega a uno de mis pechos dónde muerde y lame el pezón, haciéndome delirar por el movimiento de su lengua sobre éste.

— ¡Joder! — jadeo al sentir ese placentero tirón en mi zona íntima.

— Shhh — me calla mordiendo mi pezón — Seré rápido, estamos en el armario y nos pueden cachar — ruedo los ojos.

— Gracias por el dato Sherlock — repite lo de la mordida siendo reprendida y no puedo evitar gemir.

— ¿Lista? — asiento frenética. Se agacha y baja de un tirón mi pantalón y mis bragas, besa el Interior de mis muslos, mientras yo me retuerzo anhelante por algo más que ese simple tacto y como si pudiera leer mi mente, su boca me hace delirar una y otra vez justo en dónde lo necesito.

— ¡Mierda! — lo tomo del cabello tratando de hacer más intenso el roce y el dulce Vaivén que está efectuando en mi.

— Vamos! — ruge y como si eso fuera la señal me vengo... Duro.

— Exquisita — sube y me besa haciendo que me pruebe a mi misma, posteriormente quita del todo mis pantalones para tener mejor acceso. Me toma del trasero, enrollo mis piernas alrededor de sus caderas y disfruto del placer de sentir la mínima fricción con su erección ya lista.

Miss Jackson Becket©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora