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De nuevo esas lecturas.

Flug llevaba encerrado todo el día en el laboratorio, algo que era bastante habitual pero en esta ocasión no era por algún encargo o invento, tampoco estaba terminando alguna de sus maquetas. Prácticamente enterrado entre tiras de datos kilométricas, la máquina no paraba de soltar datos y más datos que en apariencia no tenían ni el más mínimo sentido.

—Que no esté rota, por favor. Que no esté rota. — suplicaba el doctor.

La máquina en cuestión media las ondas de los viajes a través de portales a otras dimensiones o mundos conectados al suyo. La empresa usaba ese espacio entre mundos para llegar a cualquier rincón donde el cliente lo necesitara. Además era una forma de transporte rápido y seguro descubierta por el doctor Flug, y una manera brillante de cobrar peajes y suplementos a quien quisiera utilizarlos.

El problema era sencillo, esos datos indicaban que algo fuera de su universo estaba emitiendo un rastro para desaparecer en momentos. La única opción que encontraba es que alguien estuviera saliendo o entrando del universo o incluso quedándose en la frontera pero eso era imposible, no te puedes mover fuera del universo. Las lecturas estaban ahí, era un hombre listo, podría con ello. De pronto notó un tirón de papel y buscó la causa, quizás se pilló con la silla. En su lugar solo encontró papel arrancado y cubierto de babas.

—¿Pero qué?

Se agachó para recoger y examinar la tira de papel herida. Era realmente asqueroso y así lo reflejaba su cara bajo su bolsa. Un fuerte empujón lo tiró al suelo manchando su bolsa de papel con el viscoso fluido.

—Levántate, nerd. —la villana le estampó un bofetón en su maltratada bolsa—¡Soy yo, Demencia!

La chica comenzó a reír dándole otro bocado a papel que Flug recogió del suelo. Flug se incorporó como pudo tanteando su cuerpo por si había alguna lesión.

—¿Demencia, pero qué haces?

—Calla, nerd. Estoy ayudando a Black hat, la prole debe trabajar.

—¡¿Cómo?! Mira, me da igual, vete de aquí estoy trabajando. — se sentó de nuevo en su silla arrebatándole la tira de papel de las manos.

Flug sacó de un cajón la pistola escogedora y amenazó a la chica, estaba muy cansado de toda su tontería.

—Te haré diminuta y te meteré en la mermelada.

Se puso en modo iguana y huyó del lugar, estaba demente pero no quería volver a esa cárcel dulce y pegajosa, tuvo que lavarse conciencizudamente varias veces. No volvería a eso.

El científico bufó por lo absurdo de la escena, aunque todo en lo que Demencia estuviera involucrada se volvía absurdo. Liberado por toda molestia se enfrascó en sus datos de nuevo, en buscar explicación a todo aquello hasta que la única teoría que podía cuadrar parecía elaborada por la misma Demencia.

Black hat estaba en su sillón, extrañamente calmado, pensativo. Era el silencio en persona casi parecía una estatua si no fuera por suaves movimiento bajo el parpado de su ojo derecho. Por dentro era otro mundo, trataba de concentrarse, mantener en orden la irritación de no alcanzar su objetivo, debía ser sereno o todo sería en vano.

Meditar para alguien que ha vivido eones no es complicado pero había demasiada distracciones. Debía llegar a sentir más allá de los límites que establecían su infinito universo para averiguar aquella sensación que lo incomodaba. Algo se abría camino fuera de su vista, lo único que quería era localizar la amenaza para mandarla lo más lejos posible y no volver a verla nunca más.

Villainous - ImperatorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora