Todos tenemos un lugar especial, un lugar en el refugiarnos, en el que sentirnos en paz. Un santuario. El General Flug Slys no iba a ser una excepción. Detrás de esa apariencia imperturbable ni en la batalla, aquel hombre que jamás titubea, milimétrico y brutal también podía saturarse con la carga que suponía llevar un imperio a lo largo del multiverso.
Aquel era un lugar privado, de ambiente regio y reflexivo. No reflejaba debilidad, sino que era la muestra de poder máxima del general. La extensión de la sala no se podía determinar a simple vista, las paredes estaban adornadas por el estandarte del imperio, la iluminación de la estancia era proporcionada por los focos de luz de colores que descansaban sobre las cientos de estanterías que llenaban la estancia cual biblioteca, las luces flotaban tintineantes y encerradas en sus cárceles de cristal en forma de sombreros de copa. Cada una de esas luces representaba a un Hat, la esencia de la criatura más poderosa de su propio universo. Pura energía almacenada como trofeos por aquel más poderoso.
El general ocupaba uno de los pasillos con la última alma adquirida. Si se sentía emocionado, exhausto o pensativo, no lo desvelaría su leguaje corporal. Con gentileza abrió la capsula e introdujo el punto llameante en su interior para sellarlo definitivamente en su nuevo hogar. La esencia Hat parpadeó en el interior de la capsula en forma de sombrero. El general no se preocupó, aunque sí despertó su interés. Aquello era lo único que hacían esas esferas luminosas, parpadear, aumentar o disminuir su brillo. No había precedentes de movimientos como para advertir una conciencia, los parpadeos eran como los movimientos involuntarios de los sujetos en coma, carentes de significado o voluntad.
El dictador dirigió su mirada al final del pasillo donde colgaba su estandarte. Voluntad. Sí, eso mismo. Su voluntad subyugando a cada universo que se le antojase, tomando la vida de todo Hat que encontrara, rescatando de su mano al Slys para otorgarle una vida sin daños, sin miseria, sin maltrato, una vida digna bajo las manos del único y autentico soberano.
Él.
La figura oscura bañada por una ficticia iridiscencia se contrajo ante la embriagadora sensación del poder por su cuerpo de guerrero. Era un general, un dictador, un amo, un señor. Se relamió los labios mientras caminaba por la sala sin puertas ni ventanas. Incluso en ese ambiente estéril el ruido de sus problemas eran nítidos en su mente. Los universos conquistados eran administrados con eficacia y a un ritmo adecuado, la ambición debía ser manejada, sobretodo la propia, el orden y la seguridad eran vitales para mantener todo aquel mundo en la forma en la que siempre debió estar. Él era la única llave que hacía funcionar el complejo y perfecto engranaje del sistema, una herramienta recta, firme y delimitada para una máquina en infinita expansión. Agachó la cabeza suavemente. Con ese cuerpo poderoso e incansable podría llevar sus metas más allá de cualquier deseo inicial.
Ya no recordaba el tiempo en el que su ser era plenamente humano.
FELIZ AÑO NUEVO
Gracias por leer el capítulo. ¿Te ha gustado?
ESTÁS LEYENDO
Villainous - Imperator
Fiksi PenggemarCuando tienes el poder lo usas hasta sus últimas extensiones. ---------- El AU Dictadors de Villainous le pertenece a little-geecko de Tumblr. El AU Discord de Villainous le pertenece a @CriXar en Wattpad y Crixarious en Tumblr.