Capítulo 50

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-Creí que te arrepentirías- susurró en mi oído mientras bailabamos.

-Debo admitir que estuve por hacerlo- respondí. -Pero no podía dejarte en ridículo frente a todos- quise quitar la tención.

-No es gracioso, Dick- sabía que no lo era, pero quería evitar el tema. -¿De verdad quieres esto?, ¿de verdad lo hiciste por amor... o sólo por obligación?-.

Medite la pregunta, debía usar bien mis palabras y debía saber qué es lo que iba a decir. -Ambas-.

-¿Qué?-.

-Te amo, Raven; eso está claro para mi, y haría cualquier cosa por ti. Pero también tengo miedo de ser la cabeza de una familia. Sin embargo, sé que debo cumplir con mi deber y no huir de mis actos-. Dejamos de bailar, me besó y abrazó.

-Iré con Kory- dicho esto se alejó de mi para ir con la susodicha quien se encontraba con su nueva pareja, Roy.

-Le diste un buen susto a todos- Constantine se acercó a mi lado. -Pero al final elegiste dejar la libertad- reí algo avergonzado.

-Ella es mejor- respondí. -John, hay algo que me preocupa- me miró con más seriedad. -Ustedes dijeron que la profecía hablaba sobre uno de los descendientes de Raven, y Mark resultó no ser la gema, entonces...¿mi hijo?...-.

-No- dijo secamente. -Ella acabó con todo ese ciclo- se llevó un cigarrili a su boca y lo encendió. -Cuando Raven murió, ella ya estaba embarazada, así que por ende el feto también murió; pero cuando ella volvió completamente pura y sin ningún rastro demoníaco, el feto lo hizo igual. Así que, si, tu hijo tendrá los poderes de Raven, pero no tendrá ninguna profecía sobre él-.

Al escuchar todo eso pude respirar, tenía miedo de pasar por todo eso una tercera vez.

-¿Mejor?- preguntó.

-Mejor-.

...

La fiesta terminó casi a las cinco de la mañana. Raven y yo estábamos exhaustos y al llegar a nuestra habitación en la mansión no pudimos hacer más que dormir. Además debíamos descansar, pues al día siguiente nos iríamos a nuestra luna de miel y sería un largo viaje, ya que Verona no estaba a la vuelta de la esquina.

...

-Dick... despierta- fui abriendo los ojos poco a poco, la sombra de Raven estaba justo frente a mi. -Vamos, ya es hora- besó mi frente y se levantó de la cama.

-Sabía que debíamos irnos antes de que acabara la fiesta- dije mientras bostezaba y me estiraba un poco. Ella tenía a Mark en sus brazos y lo trajo a la cama conmigo. -¿Ya le diste de comer?- negó con la cabeza. -Bien, mientras le das de comer iré a subir las maletas en el auto; debemos irnos pronto sino perderemos el vuelo-.

Salí de la habitación aún en pijamas y llevé conmigo las maletas; bajé las escaleras hasta la primera planta donde Alfred me encontró y pidió ayudarme, subimos las maletas al auto y cuando todo estuvo listo entramos de nuevo a la mansión.

-¿Gusta desayunar algo, joven Grayson?- preguntó Alfred, dispuesto a ir a cocinar.

-Por favor. También para Raven, Alfred-.
Estaba por irme pero me detuvo.

-Estoy orgulloso, sin duda, pero sobre todo, estoy muy feliz por usted, amo Richard- me entregó una de sus cálidas sonrisas y yo me le abalance para darle un abrazo.

-Gracias Alfred... De no haber sido por tu atención me habría convertido en alguien más- la indirecta era clara, espero que la haya captado. Pero si, de no haber sido por él, yo habría sido otro Bruce Wayne.

-Dick- solté a Alfred para ver a Raven. -¿Desayunamos?- traía a Mark en sus brazos.

-Si, ya vamos- ambos nos dirigimos a la cocina y yo tomé a Mark.

...

Luego del desayuno ya era hora de irnos; todos salieron a la puerta principal para despedirnos.

-No hagas estupideces- sugirió Jason.

-No te fijes en otras mujeres- advirtió Tim.

-¡Maldición!, ¿qué imagen tienen de mi?- alce la voz. Me seguían viendo como un mujeriego.

-Nos veremos pronto, Grayson- Damian me abrazó y yo le devolví el abrazo.

Finalmente fue turno de despedirme de Bruce.
-Espero que disfruten su viaje, lo merecen... ambos- puso una mano sobre mi hombro. -Esta siempre será tu casa- no recordaba la última vez que lo había visto sonreír, pero hoy lo había hecho, estaba sonriendo justo enfrente de mi. -Eres un Wayne después de todo. Los cuatro lo son- esta vez se dirigió y ella agradeció con un asentimiento de cabeza.

-Hora de irnos, joven Richard- Alfred subió al auto.

...

Luego de que Alfred nos dejara en el aeropuerto, abordamos nuestro avión. El vuelo fue tranquilo y, ya que me dormí la mayor parte, fue muy rápido.
Al llegar a Verona, primero fuimos a nuestro hotel, el "Roseo Hotel Leon d'Oro", era bastante elegante y muy ostentoso, pero muy lindo. Aunque era demasiado para nosotros.
Bruce fue quien hizo la reservación aquí, dijo que el se encargaría de eso y jamás imaginamos que hotel pediría.

...

Por fin estábamos en nuestra habitación y Mark estaba dormido.

-Debería darle inicio a nuestra luna miel, ¿no crees?- la abracé por la espalda y comencé a besar su cuello.

-Si, eso creo- se volteó y me siguió.
Era bastante extraño, debía admitirlo. Hace un año ella estaba con Garfield, y yo sufría por no poder olvidarla; y ahora ella es mía, completamente.

A pesar de que no era la primera vez que teníamos relaciones, sentía como si jamás lo hubiera hecho con ella. Me sentía feliz y alegre, como si fuera la primera vez. Algo que jamás había sentido con ninguna otra. Tal vez ella lo sintió así con Garfield, pero eso no me importa, ahora era mía y eso era lo que importaba.

Porque así debe ser, ¿no?. Disfrutar de estos momentos con aquella persona que amas, cada uno como si fuese la primera vez.

Teen Titans: Still Loving YouDonde viven las historias. Descúbrelo ahora