Tren

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- Soy Harry, ella es Hermione y él es Ron- este último levantó la mano en señal de saludo, Marianne sonrió por el amigable gesto - bueno para salir de aquí debes hacerlo como entraste, atravesando la pared - Continuo Harry con una media sonrisa en su rostro asumiendo que las cosas que decía tenían sentido para la chica.

- Marianne - dijo presentándose ante los tres muchachos frente a ella - ¿bromeas?, esa pared no la atraviesa ni un elefante-

- Entonces, ¿Cómo crees que entraste? - pregunto Hermione.

- A pues me incline sobre la muralla para descansar y...- sin poder continuar la idea Marianne hizo una pausa al darse cuenta lo que realmente había sucedido, por mas inexplicable que pareciera, la joven había atravesado la pared - ¡gracias! - salió disparada corriendo intentando buscar por donde había entrado pero la multitud la atrapó, intentando zafarse del impetuoso mar de gente, pero cada vez se hacia mas difícil liberarse, sintió como avanzaba hasta subir al tren que se encontraba en ese momento esperando a los pasajeros,  poco a poco la gente dentro de este se comenzaba a dispersar para dirigirse a su respectivo compartimiento, dejando una Marianne mas desorientada de lo que había estado en todo este alocado día.

Despistada y resignada, con una lluvia de preguntas atolondrando en su mente comenzó a caminar en busca de un compartimiento desocupado, con la idea y la esperanza de encontrar un lugar en silencio para tratar de resolver el tremendo embrollo en que se encontraba, sin excito en su búsqueda ya llegaba al final del tren, encaminando el vagón restante a lo lejos divisó como uno de los últimos compartimientos tenia asientos restantes, al adentrarse en este entendió  el por que de la situación.

Con un sombrío aspecto el rubio paliducho que previamente se había cruzado en su camino ocupaba el asiento de lado de la ventana, mientras que a su lado descansaba su equipaje, Marianne, imaginando que hubiera sido mejor que el compartimiento hubiese estado ocupado, pero a su vez agotada por todo lo que le había pasado simplemente decidió tragarse su orgullo e intentar olvidar el anterior encuentro con Draco 

- Hola, lamento interrumpir tu sesión de  reflexión - soltó irónica mirando al chico, que le estregaba una insoportable cara de fastidio - ¿están tomados estos asientos?

- Por qué te quieres sentar?-Draco respondió con el mismo tono de ironía, siendo esto mara Marianne una tontearía, la chica le devolvió la cara de fastidio para responder

- no solo ando inspeccionando que los asientos no muerdan el culo de la gente-

- ¿te estas haciendo la graciosita conmigo?- dijo Draco mientras se ponía de pie para extinguir  el pequeño espacio que el compartimiento dejaba entre él y Marianne.

La chica al sentir esta repentina cercanía corporal no puedo evitar sentirse incomoda , por mucho carácter y personalidad que tuviera si un chico técnicamente desconocido se acerca a ti de esa manera no puedes evitar sentir algo de intimidación, Marianne dio un firme paso atrás para alejarse de Draco, agotando el espacio restante dentro del compartimiento.

- Lo siento- soltó rápida y tímidamente mientras tomaba sus maletas para alejarse lo más veloz que pudiera del tipo frente a ella, Marianne pensaba como jamás se a sentido intimidada por alguien antes, notando inmediatamente como este chico era diferente, no solo por la tenue apariencia que los chicos de su edad no acostumbran a mostrar, si no por lo que generaba en ella.

- A mí no me dejas hablando solo, idiota - Draco sostuvo la muñeca de la joven con fuerza tirando de ella hacia él para luego darle un empujón provocando que la chica cayera en el asiento de golpe, la miro como tímidamente se acomodo y encogió sus piernas para ocupar el mínimo espacio posible, Draco se sentó frente a ella, y comenzó a leer un libro que saco de su chaqueta, la chica decidió no prestarle atención al resto del viaje, pero un sentimiento de odio hacia el chico frente a ella había nacido ese día, frustrada apoyo su cabeza contra la ventana y dejo caer una lagrima que rápidamente secó con la esperanza de que el chico no lo notara, en su cabeza brotaban preguntas, no pudo evitar sentir como se encontraba mas lejos de casa de lo que nunca había estado.

A veces puedo llegar a ser un hijo de puta, pensaba Draco mientras sostenía un libro en sus manos sin prestarle realmente atención a lo que este decía, podía soportar todo tipo de cosas menos ver a una chica llorar independiente de la chica, pero esta frente a él le generaba una sensación a la que no estaba acostumbrado, armándose de valor y dejando su orgullo de laso por lo que iba a hacer, acerco lentamente su mano a la rodilla de la joven que yacía a unos pocos centímetros de la de él y con un leve tono de preocupación dijo

- Oye - posicionando su mano en la rodilla de la chica, pero esta se la sacó rápidamente con un movimiento, por un lado comprendía el desquite, pero por otro sólo quería disculparse y saber si estaba bien, rápidamente esos pensamientos empáticos y preocupados abandonar su mente al percatarse de lo que estaba haciendo, él jamás había presentado preocupación por otro que no fuera él mismo, él podía tener a 10 chicas llorando frente a él y no le importaría, él era Draco Malfoy, y no actuaba así, rápidamente movió su mano devuelta al libro y no le presto atención a Marianne en lo que restaba de camino.

Listo, el tren llegaba a su destino ahora solo tengo que esperar a el tren de regreso, pensaba Marianne creyendo que esa seria la solución para que este día de mierda se acabase, pensaba en llamar a su madre pero extrañamente el teléfono no tenia recepción, se consolaba creyendo que al volver a casa le podría contar todo lo que había sucedido, como mágicamente atravesó una pared sólida, como conoció tres extraños y amables sujetos que la ayudaron a comprender en la situación que se encontraba, omitiría completamente el encuentro con el rubio, se bajó de el tren lo mas rápido que las pesadas maletas que cargaba le permitían, con el fin de dejar atrás al desagradable rubio del compartimiento.

- ooh.. lo siento... - dijo un joven que accidentalmente chocó contra Marianne, al chocar dejó caer un par de cosas, pretendía seguir de largo, pero su madre siempre le decía que el resto no era responsable de los inoportunos de nuestro día, recordando esas palabras se inclino para ayudar al chico a recoger sus cosas, extendiéndome su mano el joven dijo - Soy Neville- era un chico tímido, tenia unas expresiones agradables, lucia una túnica negra con una insignia roja con un león.

- Descuida - dijo la chica terminando de recoger un par de libros del suelo.

- Gracias -

- No hay problema, ¿me puedes indicar algo? - Dijo Marianne esperando la respuesta del chico, este le devolvió con movimiento de cabeza en forma de afirmación por lo que ella continuo diciendo - ¿podrías decirme donde esta el encargado de los trenes?- preguntó al chico que aún le sonreía.

-Claro, ¿vez esa pequeña cabaña?- la chica asintió como respuesta, a lo que Neville continuo -bueno ahí lo encontrarás, se llama Markus-

-Gracias, adiós -dijo cordial pero con prisa, necesitaba volver a casa, el tren a Edimburgo había pasado a segundo plano,  simplemente quería volver a su hogar y abrazar a mamá

-¡Hola! -  gritó, golpeando la puerta del encargado, el viejo de no menos de 70 años abrió con calma y molestia la rustica puerta de roble -  lamento molestarlo señor, ¿es usted Markus?- preguntó.

- Depende - respondió el viejo con una fuerte voz ronca.

- Necesito hablar con él- replico Marianne con un tono de suplica.

- Soy yo, ¿Qué quieres niña? - dijo de mal modo el viejo.

-Sólo necesito saber a que hora sale el tren de regreso - Marianne dijo con una sonrisita en el rostro para darle a entender al viejo que no aceptaría malas noticias como respuesta.

El viejo soltó una risotada burlona y respondió - niña el tren de regreso sale cuando termine el año escolar - entregando una cruel sonrisa, entro a la roñosa cabaña y me cerro la puerta de un golpe tras de él, Marianne sin comprender completamente la situación en la que encontraba, frustrada y desorientada caminó a un asiento desocupado ubicado frente a la línea de trenes, Sintiéndose como una niña perdida, lejos de su madre, abrazó sus rodillas soltando pequeñas lagrimas que resbalaban su mejilla.

Never Let Me Go-(Draco Malfoy y Tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora