La verdad

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Marianne sacó su cabeza del agua con la mirada sonriente de McGonagall sobre ella.

Mientras tanto afuera de la habitación Draco quien había seguido su camino, pensaba en como una desconocida muggle lo había insultado y avergonzado de tal manera frente a todos, se cuestionaba por que no sentía enojo, teniendo en cuenta como Marianne lo había tratado, las cosas que la chica le dijo tocaron algo en él que no estaba preparado para mencionar, sus comentarios despertaron algo en el que no estaba dispuesto a dejar inconcluso.

- Me comunicaré con tú madre, cariño - dijo McGonagall con su suave voz - Luna, acompaña a Marianne a su sala común mandaré su uniforme de inmediato - Luna asintió para salir dando saltitos hacia los aposentos de Ravenclaw, con Marianne detrás de ella.

Pasaron por los corredores desiertos, cada estudiante que anteriormente ocupan el corredor se encontraba en su respectiva clase, la caminata siguió hasta que llegar a un pasillo inundado de estudiantes a medida que se abrían paso entre la multitud, la cantidad de personas aumentaba, subimos por una escalera de caracol hasta llegar a la sala común al entrar, Marianne observo un par de personas entro de esta, algunas leían otras jugaban ajedrez en un precioso tablero tablero, siguieron subiendo por una escalera que estaba en la sala hasta llegar al dormitorio de la casa Ravenclaw.

- Está es muestra pieza, bueno de las mujeres de Ravenclaw - dijo Luna amable.

- Luna - una chica había entrado a la habitación, tenia rasgos asiáticos con una sonrisa amable sonrisa amable - la profesora McGonagall mando esto, dijo que le pertenecía a Marianne, asumo que es ella- dijo señalando a la chica junto a Luna, continuo diciendo - también dice que te vistas rápidamente y vayas a la oficina porque tu madre te espera ahí  - dejó la ropa en una de las camas que no estaban designadas y salió.

Luna se acercó a buscarla y se la alcanzó a Marianne - ve a vestirte te espero acá - dijo mientras estiraba su mano con el uniforme de Hogwarts hacia Marianne, le señaló una puerta al fondo del lugar para indicar hacia donde debía ir.

Marianne dio paso hacia la puerta que Luna le había señalado, se puso la ropa que le habían entregado, se sentía ridícula, ni en sus recuerdos de pequeña se veía usando una capa, aunque sus recuerdos no eran de fiarse, después de acomodarse el uniforme, salió del baño Luna la esperaba impaciente, se sorprendió y soltó una risita al verla, la tomó del brazo y rápidamente salieron de la sala común,  Luna caminaba a saltitos por lo que Marianne tenia que acelerar sus pasos constantemente, luego de atravesar pasillos y corredores llegaron nuevamente a la oficina de MacGonagall, Luna se despidió de Marianne y esta entro a la habitación, ahí estaba Sussan, quien al ver a su hija de un salto la atrapo entre sus brazos.

- Cariño, ¿te encuentras bien? ¿Cómo llegaste acá? ¿Y tus cosas? ¿Por qué no me llamaste?- decía la mujer tan rápidamente que apenas se lograba entender.

- Señora Kling cálmese - dijo McGonagall con tono neutro.

- Mamá, ¿hace cuánto que llegaste? - pregunte inquisitiva, sin comprender como ella había demorado aproximadamente una hora en tren y su madre estaba acá en un abrir y cerrar de ojos.

- Eso no es relevante ahora, lo importante es que estoy acá contigo - dijo Sussan, como podría decirle a su hija que había llegado por la vieja chimenea.

-ah... Pero ¿Cómo llegaste tan rápido?- Insistió Marianne, su madre vaciló un poco antes de responder.

- Ya lo sabe - Dijo MacGonagall seria mirando a Sussan, quien palideció al escuchar esas palabras

- Por medio de polvo flu... - Dijo tímida, sabia que su hija no entendería pero si ya estaba en este lugar es momento que empezara a familiarizarse con los términos.

-¿Por medio de qué?- pregunto Marianne confundida.

- Polvos flu- dijo McGonagall- se usan para viajar, en el mundo mágico, por supuesto - continuo obvia

- Mundo mágico - Replicó la chica alterada - tú sabias de todo esto - dijo contemplando la frase, ya totalmente alterada.

- Cariño cálmate - 

- ¿Cómo quieres que me calme?, hace no mas de media hora me entere que mi madre y mi padre me han mentido toda mi vida – Marianne soltó de golpe cada palabra, furiosa con su madre por ocultarle toda la verdad.

- Te lo contare todo pero cálmate por favor, cariño, e intenta comprenderme - la chica dio un suspiro de resignación, dando pie para que su madre continuara hablando – cuando naciste, con tu padre nos dimos cuenta de que serías como él, una bruja, pero sabíamos que si tu tío, Isaac, se enteraba de esto te pondríamos en  peligro, por lo mismo tu padre decidió alejarse de nosotros para no exponerte, el tiempo pasó y no supimos nada de Isaac,  cuándo cumpliste 11 años de edad decidí mandarte a la academia Beauxbatons, creí que estarías segura pero te encontró, puse al tanto a tu padre y vino de inmediato, tu habías cumplido recién los 12 años pero no podíamos arriesgarnos te saque de la academia rápidamente, pero no podías saber nada de la magia porque el solo hecho de que tú supieras nos ponía en peligro a todos asique  tu padre decidió hacer el hechizo obliviate en ti, al principio no estuve de acuerdo pero luego accedí, luego del hechizo no nos recordabas al único que reconocías era a tu hermano, Edmon, pasaron los años, tu padre se mantenía al margen, pero al tanto de todo lo que nos ocurría, un día por tu escuela, una muggle por supuesto, tuviste una excursión escolar era solo por el día pero al volver a casa nos encontramos con tu hermano... - soltó unas lágrimas y continuo - nadie había forzado las puertas, la casa estaba intacta, y cuando le hicieron la autopsia no encontraron nada, nos costó darnos cuenta de quien en realidad lo había matado era Isaac fue costoso asimilar que habíamos perdido a tu hermano ahora más que nunca debíamos cuidarlos a ti y a Peter en ese entonces él era un bebe, tu papá decidió enfrentarse a él y encontró el que el momento adecuado era el año pasado en la conocida batalla de Hogwarts – dijo Sussan entre lagrimas.

-Marianne ya que todo ha quedado claro pido, que te retires necesito habar con tu madre a solas, Luna te estará esperando afuera para guiarte al gran salón, necesitas comer algo - dijo McGonagall, la chica se retiro con un nudo en la garganta intentando comprender toda la información que había recibido, ¿ir al salón?, con esta noticia no sabia si comería en los próximos días.

Al salir, Luna la esperaba con una sonrisa abrazadora, Marianne no dijo una palabra en el camino hacia el gran salón, llegaron a las puertas mas grandes que Marianne había visto nunca, el lugar estaba repleto, los estudiantes que comían ahí se giraban a mirar a Marianne que caminaba pálida mirando el suelo, en el momento que las chicas tomaron asiento en la respectiva mesa de su casa asignada, el lugar se inundó de aplausos, Gryffindor y Hufflepuff, de pie aplaudían la valentía previa de Marianne al enfrentarse a Draco, los aplausos cesaron, y Marianne sentía un par de ojos clavados en ella, levanto la vista, y ahí estaba, unos penetrantes ojos grises la examinaban detenidamente.

Never Let Me Go-(Draco Malfoy y Tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora