CAPITULO OCHO

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  Domingo, Cuatro con treinta y dos minutos.
El tiempo seguía corriendo en el reloj de Ruggero.
Ya había pasado mas de cuatro hora para que expirará el trato.
Miguel Sevilla estaba a punto de perder todo.

Había pasado el resto de la semana esperando el domingo porque estaba seguro de que Karol llegaría a Nueva Orleans en la mañana. Pero ahora no estaba tan seguro de ello.
Karol siempre había sido una de aquellas chica que trataba de ser perfecta para sus padres. Eso lo había podido observar en los pocos años que la conocía.

Siempre sacaba buenas notas en el instituto.
No hacia nada malo, pero al parecer todo había cambiado cuando se convirtió en una mujer.

Tamborileo con sus dedos su escritorio y decidió esperar un poco más. Estaba seguro de que Karol llegaría.
Algo en su interior se lo aseguraba, Se sirvió en una vaso de cristal dos dedos de whisky.

Abrió su portátil y revisó su correo
Algunos eran mensajes basura.
Otros de sus amigos algún que otro mensaje divertido.
Y el resto era sobre la gente del gobierno Siguió revisando y borrando mensajes cuando bufo y rodo sus ojos al ver aquel nombre en su pantalla.
Fernando Brooks,negó con su cabeza y abrió el mensaje para leerlo.

Fernando Brooks, un encargado del gobierno, obligado a verificar si todo marchaba bien y transmitir información a su gente.
Desde los comienzo de su proyecto había estado simplemente molestandolo. Era peor que un parásito, todas las semanas le llamaba a horas de la madrugada solo para preguntar si había terminado el proyecto.

Ruggero froto sus sienes con dos dedos al recordar los menudos dolores de cabeza que le había ocasionado mas de una vez.

Suspiro frustrado al leer el mensaje. Quería reunirse de nuevo con el. Cerro la portatil y volvió a ver su reloj.

-¿Esperas a alguien? -pregunto una voz masculina.

Ruggero levanto la mirada y se encontró con la de su amigo.
Michael Ronda, Esbozo una sonrisa y lo dejo pasar a su oficina.
Su amigo se sentó al frente de el.

-No has respondido. ¿Esperas a alguien? -volvió a preguntar; esta vez mirándole fijamente.

-No. ¿Debería de estar esperando a alguien? -respondió con otra pregunta.

-No exactamente, pero para que estés mirando el reloj, algo que no haces mucho
debes de estarlo -contesto el seguro.

Ruggero se escogió de hombros restandole importancia. Miro a su amigo y sonrió al pensar en lo que pasaría por todo un mes con una hermosa mujer.
Sin duda que estaba mas que convencido que ella aparecería.

-No espero a nadie, Mike -mintió.

-Vale -lo miro incrédulo- ¿Quieres salir un rato? Podemos tomarnos algo -sugirió Michael.

Ruggero levanto su vaso de cristal y mostro su contenido.

-Ya estoy tomando y no ,no puedo salir.

-Sabias que estas esperando a alguien -Insistió su amigo.
Ruggero cerro los ojos y suspiro.

-No lo hago, Simplemente no puedo salir.

-Claro que si, Solo levanta el culo de ese sillón y muévete -contesto Mike; con tono divertido.
Ruggero no contesto, solo tomo otro trago y lo miro- No me digas que
sigues trabajando en ese jodido proyecto.

Ruggero asintió.

-Sigo prefiriendo mi vida, tengo un trabajo genial y fácil y no tengo complicaciones.

-Eres rico, obvio que la preferirías no necesitas dinero. Tienes suficiente como para tener cinco mansiones.

-Tu también lo eres -gruño.

- Pero lo he conseguido porque trabajo, no por herencia, Mike.
Si no recuerdas tuve que arreglarmelas yo mismo para sobrevivir apenas con veintidós.

Mike hizo un gesto con las manos.

-Ya, tranquilizate solo quiero salir un rato. Hay un nuevo bar donde van unas mujeres que están... -hizo un gesto con los dedos y silbo- espectaculares.

Ruggero negó con la cabeza y sonrió. -Pensaba que ibas a por Valen.

-Sigo haciéndolo, ella es perfecta, se que me acostare con ella tarde o temprano -meneo sus cejas de una manera divertida y sonrió ,de eso no hay duda alguna. 

Un Mes De Placer (Ruggerol)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora