CAPITULO CUARENTA Y TRES

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  El ambiente era afilado, la tensión que había presente era notable.

Ruggero trago saliva y soltó a Karol.

La miro sin comprenderla y las ilusiones de Karol se destruyeron.

El comenzó a caminar sin mirarla.

Le había dicho que le amaba.

Eso era exactamente lo que el quería ¿no? el la amaba de todos modos.

Siguió caminando hasta escuchar los suaves y rápidos pasos de Karol tras el.

Maldición.

¿Por que tenía que amarla? No se la merecía, se suponía que la usaba como un juguete sexual y mas nada, no tenía planeado que ella también lo amara.

-¡Ruggero! -la escucho gritar desde atrás.
Ruggero apretó la mandíbula y siguió caminando sin responder a la llamada de ella.

Sabia que tenia que alejarla antes de que eso pasara.

Lo sabia muy bien.

Karol siguió a Ruggero casi corriendo, caminaba rápido y no miraba hacia atras.

Era una estúpida. ¿Cómo creía que el la amaría? Bufo y volvió a llamarlo intentando detenerlo.

Debías callarte Karol, pensó, tu y tus estúpidas manías de hacer cosas antes de tiempo.

El corazón bombeaba sangre rápido y su respiración se agito aun mas con el frío.

Cuando ambos entraron en el estacionamiento donde esta el coche de Ruggero, ella suspiro, podría hablar con el.

Ruggero abrió la puerta del copiloto, aun sin mirarla y entro en el lado del piloto rápidamente.

Aferro sus manos al volante e intento respirar calmado, miro de soslayo la sombra de Karol entrar al coche.

-Ruggero... -dijo Karol en voz baja- Mírame.

El soltó el aire con lentitud y se limito de mirar al frente.

Temía que al mirar a sus ojos Verdes la abrazaría y la besaría como si nada.

-Ruggero, lo siento, solo quería decirte lo que siento. No podía ocultarlo por siempre y me carcomía por dentro...

-Te dije que no confundieras el sexo con el amor -respondió con voz baja y gruesa- Te lo dije claro, no quería que esto pasara.

-No es mi culpa, no decido a quien amar.

-¡Deja de utilizar la maldita palabra amor!

Los ojos de el se tornaron negros, Karol se estremeció al verlo molesto.

Quiso llorar y golpearlo.

-No quería que el amor se involucrara, solo quería tener sexo contigo.

-Todo es tu culpa, eres amable y romántico conmigo. Hasta cuando fue mi primera vez -le recordó- no fuiste salvaje, fuiste amable.

El negó y resoplo.

-Fue en ese momento, nunca soy amable o romántico. Ya no. Debiste controlar tus emociones.

-¿Así que me estas sermoneando por enamorarme? -bufo- Eres un estúpido.

-¡Aquí lo único estúpido son tus sentimientos! -espeto con fuerza y quiso tragarse sus palabras cuando observo como ella mostraba decepción y tristeza en sus ojos.

El cerro los ojos y salió de estacionamiento con rapidez.

El trayecto hasta su casa se había hecho mas largo e incómodo de que él creía.

Karol no lo había vuelto a mirar o hablar por media hora.

Si existieran premios por las idioteces que se pueden decir cuando se está molesto, el se ganaría un premio.

De algo estaba seguro ella se iría después de esto y el volvería a ser normal y retomar su proyecto y vida.

Aparco su coche y Karol salió de el rápido, Ruggero abrió la puerta de la casa y dejo que ella entrara.

Cuando se volvió hacia el pudo percibir si tristeza en aquellos ojos grisáceos.

-¿Te irás? -pregunto él. Ella negó con su cabeza.

-Pediste que pasara un mes contigo, eso haré. Todavía faltan dos semanas.

El cerro los ojos y gruño por lo bajo. Era demasiado terca.

-Buenas noches -dijo ella y se fue caminando.

Decidió convencerla de irse antes de que ella siguiera sufriendo o el terminara herido otra vez.

Era lo mejor para ambos.

Un Mes De Placer (Ruggerol)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora