CAPITULO CINCUENTA Y UNO (CAPITULO FINAL )

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  El trago saliva y sintió como su cuerpo se ponía rígido al escuchar su dulce voz.

Desearía poder correr y estrecharla contra sus brazos, sentir sus suaves labios sobre el, embriagarse de su aroma a melocotón y hacerle el amor una y otra vez hasta que ambos estuvieran cansado.

Si.

Debía de estar feliz, debería, pero solo si no estuviera siendo apuntado por una pistola...

Karol camino por el vestíbulo para localizar a Ruggero.

El nunca dejaba la puerta principal abierta.

Nunca.

Camino hasta encontrarse con su mirada color miel.

Karol se paro en seco cuando vio la cara pálida y asustada de Ruggero. Algo le decía que debía salir de ahí, correr y volver a casa, pero algo mas le decía que no debería moverse que eso seria aun mas peligroso.

Ella observo como tragaba saliva constantemente y no se había dado cuenta del otro hombre en la sala hasta que este se dio la medio vuelta y le sonrió.

-Cariño, tu no eras parte de la fiesta pero siempre puede haber un invitado mas.

El tono de voz del desconocido la asustaba por completo, este estiro un gran brazo hacia ella y la sujeto cerca de su cuerpo.

Su corazón había comenzado a latir rápidamente y la sangre empezó a bombear por todo su cuerpo aumentando su miedo, la cara de Ruggero seguía del mismo pálido.

Karol jadeo y respiro entrecortadamente cuando algo frío y metálico se sintió en su cintura, bajo su mirada cuidadosamente y observo una pistola, levanto la mirada y la encontró con Ruggero el cual reflejaba temor en sus ojos.

-Camilo..

-Maikol -gruño el hombre.

-Maikol, no es necesario que la metas a ella en esto.

-¿Acaso eso interesa?

Ruggero se relamió los labios.

-Es muy preciosa -acaricio el brazo de ella suavemente. Karol hizo una mueca de repugnancia e intento calmarse a si misma- Seria un pena matarla.

Matarla.

Karol hizo un ruido agudo.

-¿Me darás el proyecto? -volvió a pedir.

-¡He dicho que no! -espeto Ruggero

-¿Ni siquiera por ella?

El miro a Karol la cual estaba a punto de lágrimas.

Su corazón dio un vuelco y suspiro.

-Si, por ella si, pero no puedo darte el proyecto...ni por mi vida lo daría.

Maikol endureció su mandíbula y resoplo.

-Entonces eso es todo, di adiós a tu zorra.

-Mierda ¡no! -Ruggero grito.

Maikol la tiro hacia un lado y en menos de un segundo ya había cargado el arma y apuntado directamente a su pecho.

Karol dejo escapar un grito agudo seguido por lágrimas, cuando Maikol apretaba el gatillo un chillido resonó en el lugar seguido por un grito masculino.

Zafiro se había aferrado del brazo del hombre haciendo soltar su arma, este se zafo rápidamente de la cachorra intentando llegar al arma a un metro de distancia.

Ruggero corrió rápidamente hasta la pistola y la sostuvo con sus manos temblorosas apuntando a Maikol.

Uno, dos, tres balas.

Maikol cayó al suelo dejando un rastro de sangre en el suelo, su pecho subía y bajaba irregularmente intentando lograr respirar, miro el techo y sus ojos se desorbitaron viendo todo casi borroso.

Este levanto su cabeza con suavidad y
miro a Ruggero dedicándole una sonrisa.

-Si yo muero, la mujer también lo hace. -metió la mano en su chaqueta sacando una segunda pistola y disparo.

Una, dos veces.

Karol se tambaleo y puso su mano en el pecho después de jadear fuertemente, Maikol soltó un ultimo aliento antes de morir, Ruggero grito y corrió hasta Karol que caía al suelo, sangrando.

El sostuvo su cabeza y se sentó a su lado sosteniendo sus suaves y pequeñas manos.

-Karol lo siento demasiado -los ojos de el comenzaron a arder por las lágrimas. La castaña lo miro y sonrió.

-Eres un idiota por haber mandado esa nota.-dijo con voz rasposa- Pero te sigo amando.

-Lo siento, solo te queria a mi lado yo..yo también te amo -una lágrima cayó por su mejilla, ella sonrió- Lo siento tanto, por lastimarte, lo siento por todo. Llamare a emergencias.

Intento moverse pero ella no se lo permitio, sostuvo aun mas fuerte su mano.

-No me dejes.

-No lo haré -susurro- tengo que llamar emergencias.

-Ya no me duele tanto -respiro irregularmente- En realidad casi no siento nada.

-Tengo que llamar a emergencias.

Cogió su móvil y marco el numero de emergencias para luego poner el auricular en su oído.

-Sabes... De repente tengo sueño -ella hizo una mueca cuando se movió y puso una mano en la mandíbula de Ruggero- Te extrañe.

Ruggero hablo con la operadora y un gran alivio traspaso por su cuerpo al saber que todo estaria bien en unos minutos.

-Tienes que aguantar, se fuerte, cher.

-No puedo, casi no siento mi cuerpo.

Ella cerro los ojos poco a poco.

-¡Karol, no cierres los ojos! Maldición no te vayas a morir, no en mis brazos -rogó con su voz temblorosas por las lágrimas.

-Gracias por todo, Ruggero, te amo...

Un Mes De Placer (Ruggerol)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora