Chapter 1: The start of something new

6.9K 413 51
                                    

1884, 10 años atrás

A la edad de 4, la pequeña Adelaine Brown se sentía feliz por ver a su mamá ansiosa y alegre.

-¿A dónde vamos, Mami?- preguntó la pequeña castaña de uno que otro cabello rojizo brillante a su madre.

Nadia Brown le sonrió a su hija menor con dulzura.

-A ver a viejos amigos, cariño- respondió, la castaña buscó la mano de su madre y la mayor la acarició con suavidad y ternura- tienen un hijo de tu edad- comentó.

La adulta joven miró a la ojimarrón atenta, esperando algún indicio de recuerdo en ella, más la menor no parecía tener presente aquello. La mujer sonrió pensando en los momentos de Ela con el pequeño Gilbert, el cual era simplemente encantador ante sus ojos.

La niña asintió y se dedico a mirar por la ventana del tren en el que andaban.

Ela amaba viajar, cosa que sacó de su madre. Ambas niñas eran muy parecidas a su ella.

Sin poder evitarlo, Adele extrañaba a su compañera de vida.

-Mamá- Elaine llamó a su madre nuevamente, ella volteó con curiosidad- ¿Y Johan?

-En casa de Nath, pequeña- la menor se recargó en el cuerpo de su madre con cansancio- falta poco, corazón, ¿dónde está tu sentido de la aventura?

La sonrisa de la niña de ojos marrones se agrandó.

-Aquí- puso su manita en el pecho donde su corazón se encontraba, y rieron mientras se acurrucaban hasta caer profundamente dormidas.

........

-Señoritas- una voz femenina llamó al par de chicas Brown.
Rápidamente, Nadia despertó.

Parpadeó varias veces para acostumbrar sus verdes ojos a la luz del tren.

Mira a su alrededor para caer en cuenta que había menos de diez personas en el tren, apenada devuelve su mirada a la joven.

La madre sonríe tímidamente, y mueve con suavidad a su hija para despertarla.

La pequeña abrió sus achinados ojos miel con lentitud y bosteza adormilada.

-Buenas tardes- la mujer habló- sólo llamaba para despertarlas- río- con su permiso.

Acto seguido se alejó. Adele notó que no agradecieron, cosa que no podía dejar así.

-¡Gracias!- gritó. La muchacha volteó a la distancia, hizo una pequeña reverencia y se retiró con una sonrisa por la ternura que provocó en ella la pequeña Elaine.

Por fin habían llegado al destino, lo que no sabían era que aquello, cambiaría por siempre la vida de la menor.

My everything// Gilbert BlytheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora