Chapter 15: Hard to say goodbye

2.1K 172 34
                                    

La tarde parecía irse rápido en compañía de Anne y Ruby, Diana no había podido asistir, ni tampoco Cassidy, así que únicamente estaban las tres niñas saliendo de la casa Cuthbert con dirección a la de la rubia.

Al llegar, lo primero que hizo la pelirroja fue acelerar el paso hacia el ministro, obligando a Adelaine a seguirla entre risas, ambas compartiendo el peso de la canasta en brazos.

-Buenos días, ministro, estoy aprendiendo a cocinar- informó la pelirroja, mirando a sus dos amigas a sus lados.

Adelaine miraba burlona a Ruby, quien estaba atenta a cualquier movimiento de cierto muchacho.

Anne le proporcionó un pequeño codazo a la castaña, quien de inmediato reaccionó.

-¿Gustaría un bizcocho?- pregunto con una sonrisa encantadora, el ministro asintió complacido.

-Es un trabajo muy pesado- comenta limpiándose la frente, Anne reprime una risa y la sonrisa de Adelaine se expande divertida.

Continuaron su camino, la sensación de disgusto al ver únicamente a hombres inundó a la ojimarrón.

-Hey, miren, la rara y su nueva hermana gemela- ríe Billy, dejando de trabajar recién las vio.

La mirada del rubio se perdió en Adelaine, que al conectar miradas le guiño un ojo y esta desvió la vista. Blythe a su lado lo miró mal, Billy se encogió en su lugar, se podría meter con todos, menos con Gilbert y la chica.

Ambos, tanto Gilbert como Ela, tenían cierto respeto por los demás, eran lo suficientemente maduros, inteligentes y capaces a la vista de cualquiera.

A Adelaine la miró con reproche, simplemente sonrió y se encogió de hombros.

-Mientras traigan comida, no me importa si es Quasimodo- Ela soltó una risita.

Ambas amigas pararon su caminar al escuchar un estruendo, Ruby había caído de golpe por estar distraída viendo a Gilbert.

La castaña posó su mano en su boca inmediatamente, odiaba las caídas, siempre la hacían querer reír dejándola en una situación incómoda. Al reaccionar se dirigió a la chica, que había comenzado a llorar en el suelo.

-Las niñas son tan inútiles- al oír el comentario, Anne volteó furiosa a ver al rubio, dispuesta a enfrentarlo, Adelaine por otro lado, apretó los puños, aquello era totalmente falso, podían hacer exactamente las mismas cosas y sin embargo tenían que mantenerse abajo a esperar, eso sí era inútil. -Mejor se hubieran quedado en la cocina.

-¿Qué te pasa?- lo enfrentó la pelirroja, mientras su acompañante le tendía la mano a Ruby.

-Vamos, Rubs, arriba- la rubia se cruzó de brazos y siguió sollozando ignorando a la joven, esta se limitó a levantar el sombrero.

-¡Váyanse a casa!- grita en tono de orden- y horneen galletas.

Tanto Adelaine como Anne fruncen el ceño sorprendidas con la actitud del muchacho.

-Entérate: ya lo hicieron- señaló con obviedad Gilbert.

-Gracias por tanta ayuda, Blythe- responde Brown sarcásticamente.

-Esta es propiedad de Ruby, ¿ya lo olvidaste?- encaró la ojiazul con molestia.

-¿Por qué no se van y dejan a los hombres trabajar?- cuestionó Andrews con sorna.

-¿Y por qué no nos das ese martillo? Haremos ese trabajo ya que estás demasiado ocupado molestando a los demás como para acabarlo- la castaña lo enfrentó, su voz era tranquila y una sonrisa socarrona se posaba en sus labios.

My everything// Gilbert BlytheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora