Adelaine Brown y Gilbert Blythe han formado una amistad desde que eran solo unos pequeños niños, han pasado por todo juntos: risas, lágrimas, diversión, enfados, separaciones, abandonos e incluso hasta pérdidas. Pero... ¿Qué pasará cuando ambos emp...
El día por fin había llegado, y una emocionada Cassidy subió en busca de su mejor amiga, aún dormida.
-¡Ela! ¡Ela! ¡Despierta ya!- gritaba una y otra vez, la castaña dormida no pareció inmutarse a ninguno de sus gritos.
La rubia comenzó a sacudirla, la chica comenzó a murmurar incoherencias entre sueños, sonrió al divisar entre sus palabras un nombre: Gilbert.
Pese a la ternura del momento, no podía parar con su labor, la chica debía de despertar ya.
-¡Ela, despierta!- la joven chica dormida sin pensarlo soltó una patada en su dirección- ¡maldición!- la rubia tapó su boca con sus manos al darse cuenta de la palabrota que soltó.
Una risa somnolienta llama su atención, Elaine por fin estaba comenzando a despertar.
-Esa boca, señorita- reprende la chica tallándose los ojos, aún cansada. -No quiero bañarmeeee- reprocha con un puchero en sus labios, Grazer no puede evitar sonreír.
-Oh, vamos Brown, yo no soy Gilbert para cargarte como princesa hasta el baño, ¡así que levántate ya!- ahora es el turno de la castaña de ruborizarse.
-Es suficiente- murmura fingiendo seriedad levantándose a paso rápido, si algo ponía mal el humor de la ojimarrón, era que la despertaran bruscamente.
Cass rueda los ojos fastidiada, pero una sonrisa imborrable permanecía en su rostro.
Amaba a su mejor amiga a pesar de todo.
(...)
Adelaine se sentía emocionada, después de todo el que su hermana haya encontrado el verdadero amor en alguien tan cercano para ella como lo era Will la conmovía demasiado. Su amor era real, ambos se amaban tanto y la castaña no podría ser más feliz con eso.
-¿Cómo te sientes?- preguntó la ojimarrón, acercándose a la silla donde estaba la novia sentada, la pelinegra miró a su pequeña hermana con adoración y profunda alegría.
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-Tan bendecida...- sonrió honestamente y sus ojos se llenaron de lágrimas, estaba más que contenta, se casaría con el hombre que amaba, tenía a su hermana, su madre, su familia y amigos, no necesitaba más que eso.
La castaña sonrió enternecida por las lágrimas de su mayor ejemplo. Adelaine siempre había deseado ser como su hermana. A sus ojos, Jo era la chica más hermosa de todo el mundo.
Johanna Brown era la mayor modelo a seguir de Ela.
(...)
Estaban en la gran iglesia, todos ansiosos y emocionados.
