capítulo catorce

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  "Little black dress"

  "Little black dress"

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-Marco, que sorpresa... -Sonrió nerviosa Camille y sin darse cuenta empezó a jugar con sus dedos.

-Dante me invitó. Espero que no haya ningún problema. –Comenzó a decir el mallorquín.

-No, no. Nada de eso. Mi casa es tu casa. –Camille se dio un golpe internamente por lo boba que se ponía al estar con Marco.

Marco rió levemente.- Gracias. –Pasó por su lado y se sentó junto a Dante en el sofá.

-¿Y? ¿Estabas trabajando? –Cuestionó Marco.

-Estaba con su peor enemiga. –Respondió Dante por ella.

-¿Cómo así? –Marco frunció el ceño confundido.

-Una vieja amiga de Ashley vino de visita. Digamos que nuestra relación no es una de las mejores. –Explicó la rubia.

-Una de las peores, diría yo. –Habló Dante y Camille asintió.

-¿Por qué? –Volvió a interrogar Marco.

-Ashley estuvo un tiempo en rehabilitación por consumo de alcohol, pero ella no era así. Julia, fue la que la incentivó a todas esas cosas y cuando Ashley más necesitaba a Julia, ella se marchó sin mirar atrás. Dejándole todas las responsabilidades y culpa a Ashley.

Camille continuó relatándole a Marco los pasados años que Julia le hizo la vida imposible.

-¿Por qué no le mencionáis nada a Ashley? –Sugirió algo obvio Marco.

-¿Crees que no lo hemos intentado? Dani lo hace todo el tiempo. Ashley simplemente nos ignora.

-Es muy terca. –Agregó Dante.

-Sí, demasiado. –Respondió Camille estando de acuerdo con su hermano.

-Parece que hay algo más que te está molestando. –Comentó Marco luego de un tiempo, al darse cuenta que la expresión de preocupación en el rostro de Camille se trataba por algo más.

-Julia invitó a Ashley a salir esta noche de fiesta. –Confesó por fin.
-¿Es en serio? La tía no pierde el tiempo, joder. –Dante negó con la cabeza suspirando.

-Y Dani me pidió que lo acompañara para estar pendiente de ella. Ya sabes, que no sobrepase el límite. –Camille cogió entre sus dedos el puente de su nariz, exasperada.

-Iría con vosotros pero debo cuidar a Susana. Todavía necesito encontrar una niñera. –Camille asintió con despreocupación.

-No hay problema.

-Si quieres os acompaño. Yo no tengo nada que hacer esta noche. –Marco se encogió de hombros.

-Te lo agradecería un montón, Marco. –Respondió sinceramente Camille.

-No te preocupes, guapa. –El corazón de Camille dio un vuelco al escuchar cómo le dijo.

-Eh, te tengo en la mira. –Advirtió Dante a Marco y él rió para tratar de ocultar sus nervios.

El resto del día pasó tranquilo, Dante salió junto a Susana para comenzar la búsqueda de una casa para ellos. Marco se fue para hacer unas cosas y luego buscaría a Camille, como él mismo se ofreció.

Faltaban tan solo diez minutos para que se diera la hora en la que Marco dijo para buscar a Camille y ella estaba terminando su maquillaje, mientras mentalizaba su closet en busca de que colocarse.

Al finalizar su simple maquillaje, se dirigió a su armario y buscó el vestido que había escogido.

Un vestido negro que se ceñía a su figura y se amarraba detrás de su cuello, con pequeñas piedras blancas de adorno, quitándole la necesidad de usar collar.

Se puso sus tacones negros y soltó su rubio cabello.

Justo a tiempo, ya que su teléfono comenzó a sonar. Vio el indicador y se trataba de Marco. Era un mensaje avisando que ya estaba abajo.

Tomó sus cosas rápidamente y salió de su apartamento, cerrándolo con llave y dirigiéndose al ascensor.

Marco la vio venir desde el interior de su carro y casi se le cae la baba al hacer tal cosa. Ese vestido negro que le llegaba un poco más arriba de las rodillas, hacía que su cuerpo se viera deslumbrante. Su melena rubia caía por su espalda, haciéndola ver aún más hermosa.

Él se bajó rápidamente del carro y lo rodeó para encontrarse con Camille, quien lo miraba con una tímida sonrisa.

-Hola. –Sonrió mostrando su preciosa sonrisa.

-Hola. -Marco se rascó la nuca.- Te ves... -suspiró- hermosa.

-Gracias. Tú también te ves bien. –Halagó Camille. Marco le sonrió y le abrió la puerta del copiloto. Ella se subió y en lo que Marco cerró la puerta y estuvo sola durante unos segundos dentro del carro, suspiró un poco nerviosa. Odiaba sentirse así por un chico.

Marco abrió su puerta e ingresó al carro.

-Ojalá todo salga bien. –Decidió decir Camille en lo que el mallorquín puso el carro en marcha.

-Todo saldrá bien. No te estreses. –Marco la miró con una sonrisa que calmó sus preocupaciones y luego le guiñó el ojo, indicándole que todo estaría bien.

-Vale. Eso espero. –El resto del viaje ambos permanecieron en silencio, escuchando la música que salía de la radio.- Creo que es aquí. –Avisó Camille ojeando el mensaje que le había mandado Ashley, explicándole el lugar donde era.

-Aquí hay donde aparcar. Que suerte. –Dijo Marco mientras se estacionaba.

Los dos se bajaron y caminaron hasta la entrada del lugar. Luego de pagar la entrada, ingresaron al lugar.

-Odio tener que pagar para venir a un lugar donde no quiero estar. –Se quejó Camille poniendo los ojos en blanco.- Le voy a decir a Daniel que me pague las bebidas.

Marcó rió negando con la cabeza.

-Mira, ahí están. –Señaló la mesa donde estaban Ashley, Julia y Dani.

-Hola, chicos. –Camille saludó sonriéndole a los hermanos.- Julia. –Asintió levemente a la castaña.

-¡Viniste! –Ashley se levantó de su asiento rápidamente y envolvió en sus brazos a su amiga.- ¿Qué tal, Marco? –Saludó con una sonrisa que Camille conocía a la perfección.

Era una sonrisa coqueta.

-Muy bien. –Respondió Marco simplemente.

-Me alegro. –Parpadeó varias veces Ashley sin borrar su sonrisa hacia Marco.

Camille miró a su amiga con un poco de recelo, pero se quedó callada.

Ella no tenía ningún derecho de reclamarle sobre Marco, Ashley no sabía que Camille sospechaba sentir cosas por él.

-¿Y? ¿Quién brinda la primera ronda? –Julia se cruzó de brazos sobre la mesa y miró a todos con una sonrisa cómplice.

Se venía una noche larga, pensó Camille.

A mis pies / Real MadridDonde viven las historias. Descúbrelo ahora