capítulo veintiuno

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"A veces es difícil afrontar la realidad"

"A veces es difícil afrontar la realidad"

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-No quiero que te vayas. –Marco hizo un puchero mientras sujetaba fuertemente la cintura de la rubia.

-Ojalá pudieras venir conmigo. –Camille hizo una mueca.

-Y lo haría, pero sabes que el partido de vuelta contra el Atleti es la semana que viene… -Comenzó a decir Marco y Camille le siguió sabiendo lo que seguía.

-Sí, y Zizou se pone intenso con los entrenamientos. –Terminó Camille.- Está bien. Cuando ganéis la Champions, nos vamos a recorrer el mundo si quieres.

-Me parece una perfecta idea. –Marco sonrió de acuerdo. La acercó a él y besó sus labios como si su vida dependiera de ello.

-Adiós. –Se separó Camille y Marco, a duras penas, la soltó.

-Buen viaje, hermosa. –La despidió con la mano y ella comenzó a caminar.- ¡No me vayas a cambiar por uno de esos actores que hay allá! –Escuchó Camille exclamar a Marco, soltó una carcajada y se volteó para ver a Marco aun riéndose.

Corrió de vuelta a Marco y lo besó profundamente. –Nunca. ¿Entendiste? Nunca. –Lo tomó por las mejillas y lo miró a los ojos.- Aunque si Chris Evans… -Camille empezó a decir de broma y la cara de Marco se convirtió en un poema rápidamente.- ¡Es mentira, tonto! –Lo llenó de besos.

-Último llamado para el vuelo 345 con destino a Los Ángeles… -La voz femenina que salió de los altavoces del aeropuerto, los sacó de su burbuja.

-Ya debo irme. –Se despidió y con una última mirada atrás, ingresó a la zona de embarque.

El vuelo de Camille estuvo tranquilo, pero largo. Fue directo del aeropuerto de Madrid al de Los Ángeles, y al haber casi doce horas de distancia entre ambos lugares, había llegado cansada de estar tantas horas en un avión y sin poder pegar el ojo. Camille nunca lograba conciliar el sueño en los aviones, son la cosa más incómoda para dormir.

Se dirigió al hotel en el que se iba a hospedar, al llegar dio su nombre y de paso pidió el WiFi del hotel para avisarle a Marco que había llegado sana y salva. Fue hasta la habitación y al estar ya instalada, se tiró en la cama y llamó a Marco.

-¡Cam! –Exclamó apenas atendió la llamada.- ¿Cómo estás? ¿Qué tal todo? ¿Llegaste bien?

-Hola Marco. –Rió.- Estoy bien, todo salió bien. –Respondió en general a todas las preguntas de Marco.

-Qué bueno, preciosa. –Camille sintió como sonreía, gesto que le hizo sonreír a ella.

-Ya te extraño. –Confesó Camille.

-Y yo como no tienes idea. –Continuaron hablando durante una hora y luego colgaron.

(…)

Ya faltaba un día para que Camille regresara a Madrid, la había pasado genial en su nuevo puesto y había conocido grandes personas que esperaba ver pronto.

A mis pies / Real MadridDonde viven las historias. Descúbrelo ahora