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-El puesto es tuyo. –Camille al escuchar eso no pudo evitar saltar de su asiento y abrazar a su nuevo jefe.
-Gracias, gracias, gracias. –Se alejó de él y volvió a sentarse, tratando de contener sus ganas de gritar de la alegría. Siempre se emocionaba, fuera el trabajo que fuera. Se sentía bien de que entre otras personas, la escogieran a ella.
-No es mucho lo que debo explicarte. Modelar las camisetas para mujer del Real Madrid. Las sesiones se harán en el Santiago Bernabéu un día antes del partido de semifinal contra el Atlético. –Anotó unas cosas y subió la mirada a Camille con una sonrisa.- Nos vemos. –Camille asintió y sonrió.
-Hasta entonces. –Camille guindó su bolso en su hombro y salió de la oficina.
-¿Y? –Lucas se paró de su silla y vio expectante a Camille.
-¡Me lo dieron! –Sonrió Camille y no pudo evitar abrazarlo. Lucas al principio estuvo algo sorprendido por la muestra de afecto de parte de Camille pero luego sonrió para él mismo y la rodeó en sus brazos.
-Enhorabuena, Cam. –Dijo en lo que se separó.
-Gracias, Lucas. –Le sonrió y se dirigieron a la salida.
(...)
-Dante, no voy a poder hacerlo. –Camille llevó sus manos a su cara en modo de frustración.- Él no me dijo que lo haría y el equipo estaría entrenando mientras se hace la sesión, ¿y si un balón golpea la cámara o algo parecido? Pensé que ellos entrenaban en Valdebebas.
-Creo que un día antes del partido entrenan en el estadio. –Contestó Dante que observaba el campo con todos los jugadores entrenando.
-Me voy a morir, ayuda. –Camille soltó un falso sollozo.
-¿Camille Nielsen? –Un hombre se acercó a ellos y miró a Camille expectante.
Camille asintió.
-Vale, yo soy el fotógrafo, ya todo está listo para la sesión. Será algo rápido para no incomodar a los jugadores que tienen que entrenar.
-Vale, ya voy. –El fotógrafo asintió y se dirigió a la mitad del campo que estaba desocupada para la sesión. Camille miró a Dante y él le sonrió.
-Suerte y tranquila, a la primera miradita que te den, ya son hombres muertos. –Dante le guiñó el ojo y ella rió levemente para luego asentir y dirigirse al lugar de la sesión.
-Tío, ¿esa no es Camille? –Isco le golpeó levemente el brazo a Lucas para llamar su atención y aclarara su duda si era la rubia o no. Lucas alzó la mirada curioso, pero él no fue el único que había escuchado a Isco.
