capítulo 17

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Britany

Un ruido extraño en mi cocina me sacó de mi descanso. Tomé mi celular de la mesita de luz, la pantalla marcaban las 3:45 am. ~¿Pero quién rayos molestaba a esta hora?~ Me levanté con cuidado de no hacer ruido, no podrían ser los tíos ni Maxi, la puerta del patio se cierra en la noche por seguridad.
Caminé hacia el escritorio de mi habitación, alumbrando con el celular para no golpear nada, tomé mi palo de hockey, hubicado junto a este en una esquina, deje el celular. Con mucho cuidado me dirijo a la puerta y la abro tratando de quién sea que este del otro lado, no me oiga acercarme.
Puedo distinguir una silueta moviéndose en la cocina. Finalmente se detiene. La sombra que proyecta parece llevarse algo a la boca ~ ¿El desgraciado esta comiendo?~ ya me imagino al sujeto diciendo: "Antes de robar algo, voy a calmar mi hambre, total la niña duerme, no lo notará".
Para su desgracia lo noté. Subí mi palo a la altuta de mi hombros, apreté más mis manos al mango y giro hacia la entrada de la cocina dispuesta a golpear al intruso.
El sujeto se sobresalta tanto, que pega un salto de su silla tirando la al suelo, casi se ahoga con su sándwich. Mi palo se detuvo en el aire justo antes de impactar en su rostro.

- ¿Bastian? ¿Pero que mierda haces aquí a esta hora?

- ¡Diablos hermanita! ¿Es así como me recibes? - se agachó a levantar la silla.

- ¿Cómo diablos quieres que reaccione?, me levanto a mitad de la noche escuchando ruido en mi cocina, lo que menos voy a pensar es que mi hermano se mete a la madrugada como ladrón a su propia casa.

- lo siento, esta vez no podía entrar a plena luz del día

- ¿Y eso porqué?

- cuanto menos gente me vea entrar y salir de aquí mejor

- ¿Qué has hecho esta vez?- pregunté llevándome una mano a la frente con pesadez.

- lo mismo de siempre no te preocupes, no pueden atraparme. Para todos soy un chico sin familia, del que nadie conoce demasiado, no vendrán a buscarme aquí, soy como un fantasma cariño, por algo me apodan Ghost - dijo lleno de orgullo.

- bien fantasmita, empieza a hablar ¿Qué pasó?

- créeme, cuanto menos sepas será mejor para ti - mordió una vez más su sándwich.

- suspire - un día de esto van a matarte

- para eso primero tienen que alcanzarme, soy muy rápido para ellos, haber practicado parkour durante mi adolescencia hace que escapar sea mucho más fácil de lo que ellos imaginan - la confianza con la que lo decía era abrumadora.

Me detuve a observarlo con más detalle, él parecia ser el mismo de siempre, no cambió mucho en una primera impresión. Su piel canela no había sufrido cambios, tenía el cabello más largo casi le llegaban a los hombro, unos mechones más cortos le caían a los lados y otros tantos en la frente, casi cubrían su ojo izquierdo. Conservaba su negro natural, esta vez no se cambio el color como acostumbraba. Sus ojos verdes seguían tan encendidos como cuando éramos niños. Desde joven le había gustado el boxeo, lo que dejó paso a un hermano mayor con un físico muy bien formado, su espalda amplia, sus firmes músculos y su altura de 1.80 lo hacían un hombre imponente. A pesar de tener veinticuatro años, se veía un poco mayor, quizás sean esas cicatrices, una en la ceja derecha y la otra sobre el costado izquierdo de su barbilla. Su ropa se veía algo sucia. Junto a él en el piso, yacía su vieja mochila verde militar, aún más sucia que su ropa.

- cuando acabes con ese sándwich ve a ducharte, das asco, ¿Al menos te has labados las manos?, tienes ropa limpia en tu habitación, yo lavare la que tienes puesta mañana.

- oye hermanita, ¿Es mucho pedir que mantengas la puerta del patio con llave? la ultima vez las cosas con Maxi no terminaron muy bien y...

- pensaba hacerlo de todos modos - lo interrumpi - no quiero que tengas que adelantar tu partida

Destino Cruel (terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora