Capítulo 4

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Mercy actuó normal durante el tiempo que estuvimos allí. Empecé a ayudarle con la cena cuando Hanzo preguntó si podía hacer algo también. Le indiqué que era nuestro invitado esta vez y que no debía preocuparse por formalidades. Lena se unió a nosotros una hora después, quien recibió a Hanzo de una forma que no me esperaba, después de presentarse animadamente y ver que él respondía, empezó a hablar sin parar sobre todo lo que se le venía a la mente.

Incluso Ángela participaba de vez en cuando en la conversación. Al principio pensé que Hanzo se vería incomodo en toda esa situación, incluso resultaba gracioso en mi mente como el pequeño lobo solitario había pasado a ser el centro de atención, pero él respondía cordialmente cuando era necesario, y parecía escuchar atentamente todo lo que le decían, incluso las largas historias de Lena, las interrupciones y preguntas de Hana sobre el tatuaje de su brazo y los comentarios de Mercy.

No hablé mucho, solo hacia pequeñas bromas de vez en cuando. Era curioso ver al japonés en esa situación, de alguna forma, me alegraba que estuviera ahí y no en las frías rocas del acantilado.

Todos comieron mientras seguían en su animada conversación. Hana fue la primera en irse a su habitación, algo natural y a lo que todos ya se habían acostumbrado. Lena con un bostezo rápido agradeció la comida y se retiró, explicando lo cansado que había sido su día, no sin antes darle un pequeño puño amistoso en el brazo de Hanzo, diciéndole que se alegraba de conocerlo por fin.

Mercy me dedicó una sonrisa, seguida de una pequeña inclinación de cabeza. Excusándose de trabajo que tenía que terminar para esa noche.

Le indiqué a Hanzo que podía irse, debía organizar la cocina, después de todo, no teníamos nadie más que lo hiciera. El no hizo ningún comentario, simplemente cogió una toalla y empezó a secar los platos y a acomodarlos en su sitio.

Lo miré y no pude evitar reírme de la situación. Dos asesinos, de bandas criminales mundialmente famosas, con recompensas por nuestras cabezas, haciendo tareas del hogar. Hilarante.

"Lena Oxton es bastante animada" empezó a decir Hanzo mientras secaba uno de los platos en su mano "su acento es interesante"

<<Podría decir lo mismo del tuyo>> pensé para mis adentros.

"Si, lo es" contesté "Eres bastante formal para hablar, puedes decirle 'Lena', ella lo preferiría"

"¿Puedo llamarlo Jesse?" preguntó rápidamente.

"Eh, claro cariño, puedes llamarme como quieras" respondí.

"Jesse" dijo Hanzo pensativo mientras acomodaba los platos "En Japón decir el nombre de una persona es... algo de confianza. Pero debo admitir que su apellido es complicado de decir, es por eso que pido permiso para usar su nombre"

Él parecía una persona de tradiciones, desde su ropa, hasta la forma en que se expresaba. Estaba orgulloso de su procedencia, es por eso que decidí no hacer una broma al respecto.

"Puedes usarlo tanto como quieras" respondí.

Terminamos y salimos de la cocina. Con una leve inclinación de cabeza, Hanzo se retiró cuando los caminos a nuestras respectivas habitaciones se separaban. Me despedí inclinando mi sombrero.

Abrí mi cuarto, colocando mi mano en el panel de reconocimiento, dejé mi sobrero en la mesa y caí perezosamente en la cama. Recostado ahí pensé en todo lo que había pasado ese día.

Hanzo en mi mente parecía una persona tosca, sería, sin sentimientos y orgullosa. Un poco lejos de la realidad al parecer.

Genji era como un hermano para mí, y con lo impulsivo que yo solía ser pensé que sería difícil no tenerle algo de rencor por lo que había hecho, pero no había sido así. Supongo que ya estoy viejo para tener ese tipo de actitud inmadura.

Just Don't [McHanzo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora