Narra Lula:
El viento venía de cara, hacia mucho frío. Pablo aceleró el paso para entrar en casa lo antes posible. Mis palabras querían salir y no sabían en que orden. Estaba en busca de la frase perfecta. No tenía ni idea por donde empezar, no me había preparado nada. De un golpe Pablo cogió mi brazo y frenemos en seco antes de entrar en casa.
-... Que es lo que no me has contado.
-No se por donde empezar...- Pasé mi mano por mi nuca.
-Por el principio, dímelo ya, ve directa por favor.- A Pablo se le notaba bastante preocupado e impaciente y eso me ponía mas nerviosa si cabía.
Mire hacia abajo, pensé unos segundos, abrí la puerta de la casa y de un golpe le conté todo.
-Le prometí a Jorge que le esperaría todo este tiempo, e incluso lo hice, hasta que llegaste tú, es más, hoy viene a Madrid y quiere que quedemos.- Fui lo más directa posible, como él me pidió. Se metió en la casa dirigiendo sus pasos hacia el sofá pasando sus manos por su cara.
-¿Yo? Entonces... ¿Soy yo el problema?.- Dijo Pablo mientras se sentaba en el sofá.
-No, yo no he dicho eso, eso lo has dicho tú.
-¿Y donde quedo yo ahora?
-Aquí conmigo.- Me acerqué todo lo que pude a Pablo.
-Ahora que estamos bien no quiero perderte.- Añadí.
-No quiero.- Volví a repetirle, esta vez con una voz más suave.
-¿Y si lo ves y se te despierta todo lo que sentías por él? Puede pasar ¿no?.- Su gesto lucia serio, la mirada la tenía clavada en sus manos las cuales no paraba de frotarlas.
-No va a pasar nada.- Quise tranquilizar la situación, se lo que siento y lo que quiero.
Hubo un silencio de esos de los que ni el aire quiere interrumpir. Ninguno de los dos se atrevía hablar. Mi mirada se centro en el suelo, a Pablo se le notaba nervioso, hizo varias veces el amago de hablar.
-¿Vas a quedar con él?
-Si, creo que lo mejor será contarle todo esto.
-¿A que hora?.
-A la de siempre, osea a las 5 de la tarde en el bar que hace esquina.
-Pues...- Hizo una pausa, pensado bien en lo que iba a decir. -Yo por la noche hablo con María y aclaro las cosas con ella, y mañana estamos tu y yo desayunando juntos, sin problemas, ni terceras personas.- Mordió su labio inferior, su cara seguía igual de seria. Cogió mis manos y con los dedos pulgares empezó a acariciarlas.
-¿Te parece bien?
-Me parece bien. Esboce una pequeña sonrisa la cual invitó a la suya a salir. Me hace gracia la manera que tiene de solucionar los problemas. El plan de Pablo me parecía estupendo.
Le acompañé hasta la puerta, tenía un poco de prisa eran las cuatro y no iba ni medio arreglada. Me dirigí hacia mi cuarto a paso ligero, me coloqué unos pantalones vaqueros negros y una camiseta básica negra, cogí la chaqueta, las llaves, el móvil y salí de casa, quería llegar un poco antes, pensar en mis cosas, pensar en lo que le iba decir, no sé, prepararme algo antes de verlo.
Llegué al bar sobre las cuatro y media pasadas. Me senté en la misma mesa de siempre y empece a pensar, pensar en Pablo. Todo iba a ir bien, de eso estaba segura. Pasó el tiempo demasiado rápido para mi gusto. Eran ya las 5 y estaba apunto de llegar el hombre que ha compartido conmigo algo más de 3 años de mi vida, el único motivo de nuestra separación fue nuestras agendas, yo con mis giras y grabaciones de cd's y demás y él por irse a estudiar a fuera de España. Ni peleas, ni celos, nada.
