Ya era la hora de cenar y Lula viene tarde, pensé mientras me asomaba por la ventana. Pasadas las 10, llaman a la puerta, era ella y vino pidiendo disculpas.
-Lo siento Pablo, esque el coche no me responde bien, no se ni como he llegado hasta aquí.- Me dijo un poco acalorada
-No pasa nada, lo importante es que estés aquí-Le dije mientras le invitaba a pasar.
Fui enseñándole mi casa, hasta llegar al salón fui a la cocina a coger un par de vasos y platos y ella se levanto del sofá y se dirigió hacia mi piano, se sentó y empezó a tocar una por una las teclas y a entonar una canción. Salí de la cocina:
-¿Quieres?.- Le dije con una sonrisa
-No se tocar el piano.- Me contestó con carita de pena
-Eso no es problema.
Tenía en una estantería varias gomitas de la mudanza, con 10 me sobraba, empece a entrelazar sus dedos con los míos y a tocar una serie de acordes creando una melodía, en ese momento fue cuando me di cuenta de que mi fuente de inspiración floraba cuando estaba a su lado, coño era mi musa, pensé.
-Esto me esta empezando a gustar-Me susurro mientras sonreía sin parar
-¿Si? Más me esta empezando a gustar a mi-Respire de su aire, me volvía cada día mas loco. Nunca la había tenido tan cerca tanto tiempo, mi pecho estaba apoyado totalmente sobre su espalda.
Narra Lula:
Esa sensación de tener sus manos con las mías me ponía demasiado nerviosa pero no quería parar, estaba empezando a sentir cosas y no sabía muy bien lo que era ¿me estaré enamorando? Pensé mientras seguía entre su pecho.
-Hoy tampoco me has dado dos besos.- Me susurro Pablo al oído.
-Ahora cuando te deshagas de mis manos quizás te los doy.-Respondí y acto seguido suspire.
-Se esta enfriando la cena peque.- Me dijo un poco preocupado
-¿Peque?.- Le pregunte mientras sonreía
-Si, peque, mira, levántate.- Me dijo mientras se levantaba.
-Primero quitame las gomas.
-Pues... no puedo mover muy bien mis dedos para quitarnos las gomas, a ver como lo hacemos.
-No me jodas Pablo.- Empecemos a reír a carcajadas
-Espera, espera, mira, creo que ya se van aflojando las gomas-Me dijo Pablo mientras reía sin parar.
Por fin nos deshicimos de las malditas gomas.
-Eres un show-Le dije quitándome las lagrimas de los ojos
-Gracias, se hace lo que se puede.- Me dijo mientras me invitaba a sentarme en la mesa.
-Ah! pero antes de que sientes, mis dos besos señorita-Exigió Pablo. Me acerque me puse de puntillas y le di dos besos.
-¿Me das un abrazo?.- Me pregunto. Con cara rara le abrace, mi cabeza llegaba hasta su pecho. Agachó el la cabeza y la puso sobre la mía.
-¿Ves como eres mi peque?.- Me separé de él y le dije:
-¿O eres tú el que es demasiado alto?- Contesté mientras me reía
-Anda siéntate.- Me pidió mientras me sacaba la silla de la mesa.
Comencemos a cenar macarrones.
-¿Hidratos por la noche Pablo?¿Tu sabes lo que engorda esto por la noche?-Le dije mientras dejaba el tenedor encima del plato.