Capitulo 16: Vuelvo A Verte

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Narra Pablo:

No llegaba a desdoblar bien el papel, con los nervios lo rompí un poco por el medio. Decidí guardar de nuevo la nota en el bolsillo y llegar lo antes posible a casa. Subí el volumen de la música. El aire me golpeaba en la cara, por una parte lo agradecí. No sé muy bien donde me estoy metiendo, pero lo único que sé es que me quiero meter hasta el fondo, me da igual lo que me lleve por delante, si en un futuro ella esta conmigo.

Entré con un nudo en la garganta. Dejé las llaves y la chaqueta encima de la mesa y fui a mi cuarto. Las 6 de la mañana. Fui poniéndome el pijama hasta quedar sentado en la cama con la nota de Lula entre mis manos. No me atrevo a leerla, me pongo nervioso, el estómago se me pone del revés al pensarlo. ¡Si, seré un cobarde! Pero creo que prefiero no saber que pone en esa nota. Así que decidí leerla mañana, más tranquilo, ¡será mejor para mi salud!

Pasaron 8 horas y mi móvil en forma de bomba estallo por toda la habitación. Con los ojos entornados leí que en la pantalla se iluminaba el nombre de Ramón.

No me dejo que dijera nada. Su voz ronca se adelantó.

-Pablete cena exprés esta noche.- Me hizo gracia que me llamara Pablete, cuanto tiempo sin oírlo, en mi familia me llaman así, sobre todo mi hermana.

-¿Como? Hoy no pensaba salir.

-Pues ya tienes planes.- Bromeo Ramón tras la linea.

-¿Vamos todos?.- Pregunté.

-¡Claro! Tío, se acaba el mes y todavía no hemos cenado todos juntos.- Como cada mes organizamos una cena para vernos todos. Lo había olvidado por completo.

-Esta bien, esta bien, allí estaré, ahora déjame dormir que es temprano.- Restregué mi mano por mi cara, se me cerraban los ojos.

-¿Temprano? ¡Pero si son las 14:15!.

-No me jodas... Uf pues parece que no he dormido nada.

Tras otros 10 minutos debatiendo entre quedarme dormido o contestar a Ramón, colgué. La cabeza me daba vueltas y mi estómago se retorcía en mi interior. Los ron con cola querían salir por la manera más rápida. De golpe, con la mano en la boca, salí disparado hacia el baño. Mi cabeza daba vueltas, parecía una noria. “Ya no vuelvo a beber” Me dije mientras me preparaba una manzanilla. O el cuerpo se me asienta ahora o yo esta noche no voy a poder ir a la cena. Me pasé todo el día echo un ovillo encogido en el sofá. Poco a poco me iba encontrando mejor. Puse el despertador a las 19:30 para empezar a arreglarme, a las 21:00 habíamos quedado en el restaurante. El despertador no hizo su efecto. Me quedé totalmente dormido. Las 20:00, tenia una hora, para arreglarme y estar en la puerta del restaurante. Salté de un brinco del sofá y empecé por una buena ducha. No tardé ni 10 minutos, aun con la toalla en mi cintura, me arreglé la barba y me lavé los dientes. A paso ligero me sequé y empecé a vestirme. Me quedé en boxer y abrí de par en par las puertas del armario. ¡No se que ponerme! Me entraron esos sudores fríos. Abrí la ventana y solté mil improperios. Me puse mil cosas las cuales las iba tirando en la cama. Nada me convencía. Terminé por ponerme un pantalón amarillo y una camiseta blanca de manga corta. ¡Por fin! Fui al espejo, me mire de arriba abajo...

-¡Pasable!.- Dije tocándome el pelo.

Me peine como pude y salí echando humo de mi casa.

Llegué como pude a la puerta del restaurante. 20:58 no sé como lo he conseguido pero he llegado a punto. Doble la esquina, estaban en la puerta Pili y Vanesa. Aceleré el paso para que no me riñera Pili, odia esperar.

-¡Hola guapetonas!.- Silbé para halagarlas.

-A mi no me compres con piropos Pablo.- Murmuro Pilar. Se nota que esta enfadada. Esperar puede con ella.

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