Capitulo 12: Vértigo

208 7 0
                                    

Narra Lula:

-¿Se puede saber quién es?.- Preguntó Pablo tendiendo sus manos por detrás de su cabeza mientras se tumbaba de nuevo en la cama.

-Tranquilo, no es nadie.

-Nadie tendrá un nombre ¿no?

-Te estoy diciendo que no es nadie.

-Solo quiero saber quién es, ¿es malo que me preocupe?

Centre mi mirada en mi móvil pasando de Pablo.

-¿No vas a decir nada?.- Volvió a reincorporarse.

-No.

No quise seguir con esta discusión tan absurda, cogí mi móvil con decisión y dirigí mis pasos hacía el baño, necesito una ducha urgentemente.

Mientras dejaba correr el agua para que se calentará, volví a sacar el móvil y releer los whatsapp.

Tenía uno cerca de las 5 de la mañana:

¡Hola Lula! Esta tarde llego a Madrid, ¿te espero donde siempre a la misma hora de siempre?.”

Luego esta el mensaje que nos interrumpió a Pablo y a mi.

Tengo muchas ganas de verte cariño”

Al volver a leer los mensajes sentí como un vértigo se apoderaba de mi cuerpo, debía de contestar y no sabía como.

Lo que tuve con Jorge ya se lo conté a Pablo en su día, mi conciencia la tenía tranquila.

Escribía, borraba, volvía a escribir y volvía a borrar. Negando con la cabeza dejé el móvil encima de lavabo y me metí en la ducha sin contestar a Jorge. Decidí hacerlo mejor cuando

estuviera sola en Madrid.

Note como una racha de aire fresco se apoderaba del cuarto de baño.

-¿Puedo pasar Lula?- Preguntó Pablo asomando la cabeza tras la puerta.

-Si, pasa.

-¿Sigues enfadada conmigo?

-No me he enfadado, me he agobiado con tanta pregunta.

-Solo quería saber quién era, nada más.

-Ya te lo contaré, entiende que este no es el momento.

-De acuerdo, cuéntamelo cuando quieras...- Note como su voz se aproximaba hacia la bañera.

-¿Puedo entrar?

-Pablo estoy terminando ya.

-Bueno, eso no es problema. Abrió la cortina de la bañera y se adentro en ella. Se fue acercando poco a poco a mi hasta tocar con su pecho mi espalda, rodeo mi cintura con sus manos y apoyó su cabeza en mi hombro. Yo seguí a lo mio, ignorando a Pablo y a sus besos que iba dejando por mi hombro.

-Y dices que no estas enfadada... Murmura Pablo.

Tenía un cóctel de sentimientos, calor, deseo y rabia por el tercer grado en el que Pablo me había sometido por dos mensajes de nada.

-Y no lo estoy.- Eché la cabeza hacia atrás la apoyé en su pecho y cerré los ojos.

El chorro de agua caía entre los dos, sus manos acariciaban mi barriga, y sus besos seguían el camino que llevaban a mi cuello. Sus manos bajan hasta mi ombligo y mi respiración empezó a acelerarse.

-¿Te giras cariño?.

Sin contestar mi cuerpo sin mi se giro. Él se agacho un poco, hasta tener sus ojos en frete de los míos. Terminó por juntar nuestras frentes. Mis manos subieron por su pecho hasta llegar a su nuca.

Algo Más Que Una Historia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora