El viento nos vio crecer y seguir avanzando, cada tramo con cada paso corto que íbamos dando. Vaya que siempre nos estuvo mirando, asegurándose que estuviésemos bien aunque aveces anduviéramos tropezando.
El viento, fiel a su sentimiento, apostaba todo por nosotros, a pesar de que nos fuimos perdiendo con el tiempo. Siento que lo vió venir, pero nunca dijo nada, trató de evitarlo sin darse cuenta que las cosas poco a poco se acababan. Por las noches, mediante las lluvias, lloraba al ver como, poco a poco, sin poder hacer nada, todo terminaba.
Sentí pena por él, aunque no pude comentarlo, traté de hablarle y que me pueda escuchar, tratar de ayudarlo. Ayudarlo a que entienda, que esta historia se iba a acabar, que ya estábamos en el final de la contienda y nada ni nadie nos podría salvar. Quizás debí ser más sincero y decírselo sin pensar, pero se lo oculté hasta que se terminó, todo por no quererlo lastimar.
Tenía intenciones buenas, sinceramente no quería que lo fuese a tomar mal, pero cuando todo abajo se vino su odio comenzó a hacerse notar.
Me echó la culpa de lo que había sucedido, desde aquella noche en el tren, me dijo que hubiera sido mejor que no te hubiese detenido. Así, toda esta mala historia se pudo haber podido evitar, quizás de esa forma él te hubiera podido salvar.El viento nos seguía mirando hasta esa noche en la que todo pasó, aquella noche en donde todo terminó. Vió cuando me enojé y el arma soltaste, también vió cuando días después, sin pensarlo, tomaste la decisión y te colgaste.
El viento me odia, me habla y me critica. Me recuerda cada día que te fuiste, te marchaste enojada y esta vez no volviste. Me habla mientras duermo y me atormenta con tus recuerdos. Me lleva al límite de la locura y ya no sé cómo pedirle perdón, que se calle y que tenga compasión. Traté de explicarle que te amaba y no esperaba que algo así pasara, llevo tanto tiempo tratando de hacerle entender que nunca te quise perder.
Ya no sé que hacer para que se detenga, he llegado a desesperarme y no dormir en noches. Ya no soporto sus insultos y reproches, mucho menos el choque de mis emociones tras recordar lo que sucedió. Así que un día la decisión se tomó, cogí el arma que me habías dejado, el arma que esa noche pudiste haber usado, aquella que después de discutir soltarías y, tenías razón, al final, yo más la necesitaría.
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Nota de suicidio
PoetryNovela juvenil en estilo de poesía ¿Hay algo peor que perderse a sí mismo? ¿Que tan lejos estás dispuesto a llegar para poder tomar una decisión o ser feliz ? ¿Cuánta valentía se necesita para ser un cobarde? Mil problemas acumulados, un arma car...