Papá y mamá.
Papá estaba en la oficina de empleo, mamá en la cocina haciendo un pastel cuando llamaron a la puerta, fui a abrir. Había dos mujeres.
- Hola ¿está tu madre en casa?- en eso se asoma mi madre para ver quién era. Salió y se puso a mi lado.
Las mujeres a presentaron, eran de los servicios sociales. Me alegro que mamá me enviará arriba, no quería escucharlas pero oí que mi madre dijo algo con mi nombre y al poco la puerta se cerró. Mamá me llamó y bajé, parecía que había llorado. Me dijo que no íbamos a contarle a papá que esas mujeres habían venido.- Vale- dije.
- Otra cosa, ten cuidado con lo que le dices a tus amigos, la gente cree una cosa que no es... Como que papá y yo discutimos porque somos infelices... o nos hacemos daño- que era justo lo que yo pensaba.Asentí aunque me hubiera gustado negar con la cabeza.
-¿Lo entiendes?- y acarició mi pelo.
- Si, pero....
- ¡Pues ya está Izuku! - me interrumpió y cuando cogí su mano se zafó y se fue.Hice lo que me pedía, pero no pude evitar hecharme a llorar en casa de Ochako esa noche. Su madre me abrazo y me dijo que todo iría bien.
Nuestra vida se calmó por un tiempo. Mi padre consiguió un trabajo a tiempo completo en un almacén. La casa suspiraba, por fin, tranquila. Creo que ese sábado fue el último día que fuimos felices.
La tarde siguiente papá estaba viendo una película bélica, yo iba a ir luego a casa de Ochako a ver pelis, jugar y dormir. Mamá y yo habíamos hecho muffins de chocolate, ella fue a la tienda a por nata dijo que no tardaría.
Me estaba aburriendo, fui a la estantería a por un libro pero todos me parecían muy infantiles, estaba por cumplir diez años pronto. Papá me vió que estaba frustrado.
- Quizá deberías probar con uno de tu madre- se levantó y me alcanzó Jane Eyre podría haberme pasado ese como cualquier otro- Hay un montón de palabras aquí, Izu-chan- dijo pasando páginas.
Luego se detuvo, volvió hacia atrás y sacó un billete, siguió pasando páginas y encontró otro. Me miró, luego al dinero que tenía en la mano y sonrió.
- Vaya, así que hay oro en la colina.
Me pasó el dinero y sacó otro libro, encontró otro billete y otro. Y así siguió la cosa un libro tras otro y yo acumulando cada vez más dinero en mis manos. Cuando la estantería estuvo vacía papá me miró. El hecho de encontrar todo ese dinero debía ser una buena noticia, pero sabía que no lo era.
- ¿Sabías algo de esto?- me preguntó. Negué con la cabeza. Oímos abrirse la puerta.
- Que tranquilo está esto- dijo mamá antes de adentrarse y encontrarnos junto a la estantería, con los libros en el suelo y el dinero en mi mano- Oh.
Papá y yo la mirábamos. Tenía la boca abierta sus ojos fueron directos al dinero.
- Había mucho dinero escondido aquí. Nos ha sorprendido, no sabemos que pensar ¿verdad Izu-chan?
Yo me quedé mudo, la cosa se estaba poniendo fea. Miré a mi madre esperando que dijiera algo que lo calmara todo. Pero se sentó delante de nosotros.
- Ahora no, Sashi. Hablemos más tarde.
- No. Vamos a hablar ahora.
- Espera hasta que se vaya- estaba casi susurrando.
- No lo uses como excusa. Él también quiere saber.
Yo estaba más asustado que cuando discutían.
- ¿Ahora quién lo está utilizando?- replicó mamá, me tendió la mano pero mi padre me estaba sujetando.
- Quiero irme arriba- dije.
- Ya lo has oído- dijo mi madre.
No me quitaban los ojos de encima mientras subía las escaleras poco a poco.
- No me hagas quedar como el malo- la voz de mi padre comenzó a elevarse. Me puse los cascos para no oírles...pero no encendí la radio. Quería saber de donde había sacado ella ese dinero y porque lo escondía. Dejé la puerta abierta.
- He estado trabajando, sólo unas horas cuando Izuku esta en el colegio. Pensé que nos merecíamos unas buenas Navidades.
- ¿Por qué no me lo dijiste?
- Quería que fuera una sorpresa.
Respiré aliviado. Eso era todo. Se había hecho silencio en el piso de abajo. Me pregunté si se estarían besando. Entonces escuché a mi padre.- No me tomes por estupido.
- No voy a dejar que me conviertas en la mala por intentar...
- ¿Intentar qué?
- No importa ¿acaso necesitas saberlo?
- ¿Es tu fondo de reserva para la huida?
- Llámalo como quieras.
- Así que todo lo que hemos habaldo....
- No se te ocurra llevar esto al terreno moral, Sashi. Quería asegurarme de poder escapar si la cosa se ponía peor. Lo habría hecho si pensara que Izuku corre algún peligro.
- Nunca le haría daño.
- Tampoco creías que podías hacerme daño a mí.
- Sabes que no quería...- mi padre se detuvo en la mitad de la frase.
- No vamos hablar de eso ahora- dijo ella en voz baja. Casi me relajé, pero papá volvió a alzar la voz.
- Así que de eso va todo, Inko... de lo que tú quieres.
- Sólo quiero estar a salvo y que Izuku también lo esté... eso es todo.-
Sin darme cuenta en que momento me moví, estaba parado en la escalera viendolos, mamá estaba sentada en el suelo con la cabeza baja llorando y mi padre poniendose la chaqueta. Cuando el se volvió hacia ella para coger el dinero, ella se apartó de su camino con miedo.- ¡Por el amor de Dios, Inko! No voy hacerte daño- se quedó quieto un momento- Voy a comprar Marlboros y tomarme una cerveza- dijo con una voz silenciosa pero no calmada.
La puerta se cerró detrás de él. Bajé las escaleras. Mamá me miró y me dijo:
- Oh Izuku, lo siento mucho.
- Deberíamos comernos los muffins, están más ricos calientes.- fue la única cosa que se me ocurrió.
- Si, la nata está en mi bolso- su voz de quebró.
Fuí a la cocina, cogí tres platos, por si papá volvía a tiempo. Mamá se levantó y puso los libros en su lugar, me fijé que no los ponía ordenados.
- Empecemos ya que papá va a tardar en volver- me dió un abrazo que yo no le devolví.****************
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Lost Books
FanfictionIzuku prefiere los libros a las personas, la librería de segunda mano en la que trabaja hace unos años es su refugio que lo protege de su pasado. Pero un día comienza a recibir señales de que su pasado volvía a atormentarlo. Narrado en primera pers...