Papá y mamá.Había llegado el verano, mi padre no encontró trabajo. La casa parecía más pequeña ahora que él estaba allí todo el tiempo.
Esa noche escuché a mis padres discutir otra vez. Sabía por qué discutían. Mamá le había dicho a papá que había visto un anuncio que uno de los hoteles de allí necesitaban personal de apoyo ese verano.
-¿Apoyo?
- Limpiar y servir, supongo- dijo mi madre.
- Ya hablaremos de eso más tarde.-Ella suspiró, tenía los ojos empapados.Antes de que mi padre perdiera su trabajo, nunca los oía después de irme a la cama por la noche. Pero dos cosas habían cambiado desde entonces. La primera eran sus voces, ahora elevaban la voz y a los gritos le seguía un "shhhhhh" y mi madre pronunciando mi nombre, el volumen bajaba pero volvía a subir al rato. No había forma de ignorarlo.
La segunda fue descubrir que la manera y lo que mis padres habían hablado el día anterior me permitía saber como sería el día siguiente. Si se habían reconciliado la mañana sería tranquila como antes de que papá perdiera el trabajo. Y si no hubo reconciliación habría un exceso de cariño hacia mí por parte de mi madre y silencio absoluto por parte de mi padre.
Un día le dije a mi madre que parecía un poco pachucha. Ella me sonrió y dijo que sólo estaba un poco cansada y luego se fue al salón donde estaba mi padre.
- Tu hijo me ha dicho que parezco pachucha.
Un segundo después oí su puño golpear la mesa, se levantó y tiró las fotos de la estantería. Eso fue el día posterior a un conflicto no resuelto. Las cosas habían vuelto a ponerse feas aquella noche. Nunca más le dije a mamá que parecía pachucha.
A veces miraba la foto de boda que estaba en la pared de la sala. ¡¡Qué diferentes parecían ahora!! Reían y se miraban. Una vez le pregunté a mamá de qué se reían, ella me dijo que las risas eran explosiones de felicidad, también le pregunté dónde estaba yo en esa foto y ella señaló su barriga. Al casarse se habían mudado a Kobe, mamá a había enamorado de ese sitio y papá consiguió empleo en la plataforma petrolífera. Y allí nos quedamos. Un flechazo, un par de citas, un embarazo no deseado, suficiente amor para intentarlo... y allí estaba yo, Izuku, el chico de Kobe.Una noche no pude evitar escuchar la voz de mi padre.
- No vas a cocinar y limpiar para extraños.
- Cocino y limpio para ti.
- Y no ganó nada, eso quieres decir?
- Si....pero no va con segundas, Hisashi.
- Cuando nació Izuku llegamos a un acuerdo, tú dijiste que querías cuidarlo durante diez años, que era lo más importante... ser madre.
- Si, pero miranos. Si sólo trabajo en verano ¿que daño va hacernos? Sólo serían unas horas y tú estarías con él, no es que vaya a quedarse con un extraño.
- Oh mujer de poca fe- dijo papá molesto- ni siquiera tú crees que pueda conseguir trabajo.
- No es eso. Lo que digo es ¿que hay de malo? Pero si no te gusta podría buscar un trabajo a tiempo completo. Tú puedes quedarte en casa. No conviertas esto en... No lo hagas.
- ¿Crees que tienes más posibilidades de encontrar trabajo que yo?
- No he dicho eso. Sabes que no es así.- no parecía enfadada, más bien cansada.
Se hizo un silencio.
- Acordamos- dijo mi padre con suavidad- que estarías diez años. Le prometí a tu madre que te cuidaría.
- Eso no tiene nada que ver.
- ¿Por qué?- papá volvió volvió alzar la voz.Ella comenzó a llorar. Oí a mi padre hablar en voz baja; seguramente la consolaba, me imaginé que la estaba abrazando. Me pareció oír "somos un equipo".
-Tienes que dejarme hacer todo lo posible- dijo papá.
- Y tú tienes que dejarte ayudar.
Mi padre volvió a alzar la voz y dijo algo que no entendí.
- Eres tu peor enemigo- dijo ella frustrada.
- Eso es, juzgame. Seguro que ayuda.
Supe por su tono que podía pasar cualquier cosa. Y no paso nada bueno. Podría recordar ese momento como el primero en el que empecé a sospechar que mi padre pegaba a mi madre. Pero no. Nuestra familia dependía de los estados de ánimo de mi padre.No hubo un momento en concreto que me diera cuenta que la golpeaba. Cuando me interrogaron no podía recordar cuando empezó, ni hablar de ninguna de las veces que lo hizo, ni en los lugares que había pasado. Yo no estaba en casa cuando mi madre "cayó por las escaleras" y se hizo daño en la muñeca.
Me hicieron muchas preguntas en el colegio luego de ver el ojo morado de mi madre. Yo sonreía y daba las gracias por preocuparse, pero todavía estaba bien en casa. Lo cierto es que no recuerdo haber querido escaparme.
Y creo que a pesar de todo lo que pasó después, mis padres eran buenas personas y se quisieron y me quisieron. Pese a que no podían dejar de dañarse, hicieron todo lo posible por no dañarme y yo les agradezco que lo intentarán.
Está es la versión oficial de lo que pasó. Me sirve, gracias a ella duermo por las noches. Supongo que Kacchan diría que es mi historia.
***********************
ESTÁS LEYENDO
Lost Books
Hayran KurguIzuku prefiere los libros a las personas, la librería de segunda mano en la que trabaja hace unos años es su refugio que lo protege de su pasado. Pero un día comienza a recibir señales de que su pasado volvía a atormentarlo. Narrado en primera pers...