El funeral de Aizawa-sensei fue una locura. Yo llevaba cinco días fuera del hospital. Hacía demasiado calor y había muchísma gente rarísima y extravagante.
Se dieron un montón de besos y se lloró también muchísimo antes de que empezara el servicio. Quería evitar que fuera triste. Parece ser que Aizawa sabía muy bien que clase de funeral quería y lo había dejado todo organizado con su abogado.
Me reí y lloré porque todo era tan Aizawa: todo bien planeado que nadie tenía que hacer nada que no hubiera hecho de todas formas. La Iglesia estaba llena de crisantemos, y olía a crisantemos, claro, y a incienso, que se parece muchísimo al humo de su kiseru. Había instrucciones para todos: "Todos, sin excepción deben ir a mi casa, después del funeral a comer y a beber y a ser felices mientras puedan". Su abogado me dijo que Aizawa revisaba el testamento todos los años.Yo fui el primero en seguir el ataúd. Tenía de un lado a Kacchan y a Nemuri del otro, ambos me cogían de las manos con fuerza.
Una vez sentados, me eché a llorar, otra vez; llorar era lo que hacía cada día desde su muerte. Notaba a Nemuri y a Kacchan mirase por encima de mi cabeza. Kacchan me abrazó y ella me tendió un pañuelo. Traté de calmarme e imaginé a Aizawa gritando: "Izukuuuuuu".
El órgano, que estaba tocando "With a Little Help From My Friends", se detuvo. Todo el mundo se calló. El monje se acercó, puso una mano sobre el ataúd y comenzó la ceremonia.Aunque lo que más temía era el servicio fúnebre y el entierro, lo de después fue peor, porque mi nivel habitual de incomodidad social se multiplicó por diez por la pena y desolación por la muerte de mi amigo y maestro. Yo era el chico que se había quedado con la casa. A algunos les gustaba menos que a otros, porque Aizawa se la había jugado al póquer muchas veces y la había perdido tantas veces. El caso era que habia estrechado la mano a todos pero no había firmado ningún papel.
Mi legado; la casa, la librería y la cuenta bancaria de la tienda, estaba legalmente firmado y sellado. Denki se quedó con su colección de sombreros, Nemuri con una pulsera de diamantes con la condición de que la vendiera y a fuera de crucero.
Me senté en el sofá Kacchan estuvo conmigo todo el rato. A las tres horas me escabullí a la biblioteca y me tumbé en el chesterfield. Me quedé dormido, cuando me desperté la casa estaba más tranquila.
Kacchan me hizo subir las escaleras. Me detuve a la mitad.
- No puedo quedarme aquí.
- Deku, Nemuri ya nos ha preparado una de las habitaciones. En algún momento tendrás que mudarte aquí. Y, de todos modos, aún hay gente abajo. No podemos irnos. Nemuri dijo que te llamará mañana por la noche.Kacchan me despertó a las nueve. Nos bañamos juntos, nos vestimos, bajamos y nos sentamos en la cocina a comer pastel de queso y tomar té.
- ¿Quieres que vaya contigo a la tienda mañana, para hablar con el perito del seguro?- me preguntó Kacchan.
- Si, por favor- y me dio un beso dulce y fuerte, que me dio paz.Una vez el perito hubo hecho su trabajo, contraté un servicio de limpieza y tiré todo lo que quedó inservible y carbonizado del lugar que me había tenido a salvo del mundo. Aún no estaba claro que demonios haría con la tienda.
La casa era una cosa distinta. Sabía que tenía que vivir ahí. Podría convertirla en alguna otra cosa: un hogar para niños abandonados, una casa intermedia para mujeres recién salidas de la cárcel o sufrido algún tipo de abuso. Pero cuando desperté, no me veía capaz de poner en marcha todo eso. Llenar un contenedor era algo mucho más sencillo.
La mañana fue tranquila. Kacchan y yo hablamos de ir a Osaka, él me enseñaría los sitios que recordaba y visitariamos la tumba de mi padre. Mientras Kacchan dormía en el sofá, yo miraba los libros de la biblioteca, le toque la cabeza al pasar y no se movió. Le di un beso suave para no despertarlo, me sentía afortunado de tenerlo en mi vida.

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Lost Books
FanfictionIzuku prefiere los libros a las personas, la librería de segunda mano en la que trabaja hace unos años es su refugio que lo protege de su pasado. Pero un día comienza a recibir señales de que su pasado volvía a atormentarlo. Narrado en primera pers...