Capítulo Treinta

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Entre el Pánico y la Tragedia

*Maia*

Es el día del juicio contra Fernando y, a pesar de ser menor de edad, tengo derecho a que escuchen mi versión de los hechos para salvar a mi familia. Ante la noticia de que voy a ser madre, soy consciente que me falta madurar como persona al igual que tantas jóvenes en todo el mundo que tienen un hijo fruto de un atentado a la integridad física y emocional y no disfrutan su vida como se debe pues se dedican a criar a sus bebés para que sean mejores con el tiempo en vez de pensar que harán con su futuro. En fin, volviendo al juicio, fui testigo de la defensa y le conté al abogado toda mi verdad sobre cómo mi padre engañó a mi madre, como él fue cómplice de Sebastián para ser obligada a ser su sumisa y le mostré además las pruebas de su infidelidad que no son ningún cuento chino a diferencia de sus mentiras que nos hacen preguntar si  es la persona que confiámos, pero que todo lo soluciona con dinero. Mi familia pidió la ayuda de Orlando para defendernos en este caso a pesar de no tener suficiente experiencia en leyes, pero eso nos sirvió bastante y mientras las horas pasaban entre tanta discusión de por medio, Viviana despertó del coma en el que estaba cuando Sebastián la atacó brutalmente y la impidió estar presente en la Sala Penal para hacer sus descargos respectivos pues no le faltaron ganas de desahogar su furia contra este maniático que, desde la cárcel, planea como huir de estas rejas que impiden ser libre. ¿Acaso no se cansa de venir por mí? ¿Por qué no quiere entender que no puede existir, al menos, una amistad con él?

Después de un breve descanso para que los jueces se junten con los abogados y así tomar la decisión final, nos piden que regresemos a la sala pues se va a dar el veredicto hecho por ellos donde anunciaran con quien se queda con la custodia mía y la de mi hermano. Los nervios se hacen notorios en mi familia y la tensión se abre paso en el ambiente, Fernando tiene la sonrisa en sus labios y siente que ya tiene la batalla ganada, no sabemos si toda mi ayuda habrá servido de mucho, pero aún así hay que mantener la calma porque esto se decide en cuestión de segundos cuando el fiscal dicte su veredicto.

"Muy bien... Pónganse de pie todos... Habiendo escuchado las versiones del demandado, la demandada Águeda del Pilar Escalona Pardo y los testigos en este caso, los abogados, mis colegas jueces y yo llegamos a un veredicto. Se le niega la demanda en su totalidad al demandante y por ende, la custodia de los hijos Fabián y María Lucía se quedará con la demandada. Además, se pondrá bajo arresto al Sr. Fernando Escalona Arzubiaga y pasará sus días tras las rejas hasta el día de nuevo juicio donde tanto el señor como el joven Luis Sebastián Leaño Córcega escucharán la condena que recibirán de ser declarados culpables por los cargos de intento de violación a una menor de edad y complicidad con el autor principal del hecho. Sin más que aducir, declaro levantada la sesión, llévense al Sr. Escalona y los demás pueden retirarse de la Sala", dijo el juez dando por concluido el caso.

La custodia se quedó con mi madre por decisión del juez que fue justo y honrado al escuchar mi verdad compadeciendo de mi y de mi familia, se nos devolvió el alma al cuerpo, no pudimos más de la emoción y con las lágrimas que abundaban y mojaban nuestros rostros, nos juntamos para elevar una oración en conjunto a Dios agradeciendo por esta nueva bendición que le da la vida, mientras que los oficiales encadenan y se llevan a Fernando en un camión grande hacia un penal donde acompañará a Sebastián y nosotros le seguimos los pasos hasta los exteriores del Juzgado Penal donde fue la audiencia.

"Fernando, antes que te metan a ese vehículo, quiero agradecerte por todos estos años en los que, por causas del destino, nos hiciste feliz e infeliz a la vez. Gracias por ver a mis hijos crecer y evolucionar como yo quería, gracias por hacer de Fabián un muchacho más preocupado por la familia y por permitir que Maia se vuelva más fuerte pese a sufrir demasiado ahora que va a ser madre. Gracias por todo y espero que, desde la cárcel, Dios te haga pensar y reaccionar todo el mal actuar que cometiste estos años para que así realices bien o mejor las obras que Jesucristo tiene para tí... Adiós", dijo Águeda que se despide de su ex esposo con un apretón de manos.

Maia: La Sumisa Joven | TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora